Luis Rubiales renuncia a la Federación Española de Fútbol tres semanas después de su beso no consentido a Jenni Hermoso
Luis Rubiales anunció en un comunicado su renuncia al cargo de presidente de la Real Federación Española de Fútbol (FEF).
En el mensaje, difundido a través de sus redes sociales, asegura que su decisión se basa en que “hay poderes fácticos” que impiden su vuelta.
La dimisión de Rubiales llega tres semanas después del beso no consentido a la jugadora de la selección española de fútbol femenino Jenni Hermoso durante la celebración del campeonato en el Mundial de Australia.
El ahora expresidente de la FEF dijo no querer "que el fútbol español pueda resultar perjudicado por toda esta campaña tan desproporcionada”.
Además, Rubiales también dimitió de su cargo en la UEFA, donde fungía como vicepresidente.
La FIFA, máximo organismo del fútbol mundial, ya había suspendido de sus funciones a Rubiales durante 90 días y lo había vetado de “toda actividad relacionada con el fútbol a nivel nacional e internacional”.
Asimismo, también le prohibió cualquier tipo de contacto con Hermoso.
Horas antes de la resolución de la FIFA, la FEF había emitido un comunicado incendiario acusando a Hermoso de decir mentiras sobre el beso e incluso amenazando con "acciones legales" contra ella o quienes hablen en su nombre difundiendo esas afirmaciones.
“Tras la veloz suspensión realizada por FIFA, más el resto de procedimientos abiertos contra mi persona, es evidente que no podré volver a mi cargo. Insistir en quedarme a la espera y aferrarme a ello no va a contribuir a nada positivo, ni a la Federación ni al fútbol español”, dijo Rubiales.
Rubiales indicó que tomó esta decisión tras haberse asegurado de que su partida “contribuirá a la estabilidad que va a permitir que tanto Europa como África sigan unidas en el sueño de 2030”, al referirse a la candidatura ibérica para el mundial de fútbol que se celebrará ese año.
A pesar de la renuncia, Rubiales continuó reacio a reconocer las acusaciones en su contra al decir que tiene “fe en la verdad” y que hará todo lo que esté en sus manos “para que prevalezca”.
“Mis hijas, mi familia y la gente que me quiere han sufrido los efectos de una persecución desmedida, así como muchas falsedades, pero también es cierto que en la calle, cada día más, la verdad se está imponiendo”, aseveró.
El beso en la boca forzado que Rubiales le dijo a Hermoso, no solo generó una ola de masivas reacciones en España sino en gran parte del mundo, desatando -en su mayoría- críticas y rechazo.
A pesar del gesto del beso, ya de por sí "inaceptable", como lo calificara el presidente del gobierno Pedro Sánchez, Rubiales apenas esbozó una disculpa y minimizó lo ocurrido, insistiendo en que había sido algo consentido.
"¿Un 'pico' consentido es para sacarme de aquí?", cuestionó, dejando claro que no iba a dimitir por eso, a pesar de que se lo están pidiendo desde el gobierno del país hasta las propias futbolistas: más de 80 firmaron una declaración diciendo que no volverían a integrar la selección nacional hasta que Rubiales dejara el cargo.
Jenni Hermoso niega consentimiento
Aunque al principio intentó deshacerse de la prensa evitando acusar directamente a Rubiales, desde el primer momento en que la increparon en los vestuarios la jugadora dijo, entre sonrisas evasivas que el beso no le gustó. "¿Y qué hago yo?", dijo.
Pero una vez que el presidente de la RFEF fue subiendo el tono y aseguró incluso que Hermoso lo había levantado y que él le había preguntado si podía besarla y ella le había dicho que sí, la número 10 de España terminó emitiendo un comunicado en el que asegura que "en ningún momento se produjo la conversación a la que se refiere el señor Rubiales en su discurso, y sobre todo, su beso nunca fue consentido".
"Siento la necesidad de denunciar este incidente porque creo que ninguna persona, en ningún ámbito laboral, deportivo o social, debería ser víctima de este tipo de comportamientos no consensuados. Me sentí vulnerable y víctima de comportamientos impulsivos, sexistas y fuera de lugar, sin ningún consentimiento de mi parte", continuó.
El pasado miércoles, Hermoso, de 33 años, formalizó una denuncia ante la fiscalía por el beso no consentido que Rubiales.
Una vez confirmada dicha denuncia, la fiscalía española presentó el pasado viernes una querella contra Rubiales, por considerar que pudo haber cometido un delito de agresión sexual y otro de coacciones.