Una mujer se declaró culpable el lunes de fingir su propio secuestro y mentirle al FBI al respecto, sin aclarar el motivo que le llevó a elaborar el engaño. Su falsa denuncia desencadenó una búsqueda masiva de tres semanas antes de que apareciera el Día de Acción de Gracias en 2016.
Mujer que acusó a “dos hispanas” de secuestrarla acepta frente a un juez que mintió
Sherri Papini, de 39 años, se declaró culpable de fingir su propio secuestro y mentirle al FBI al respecto. Su sentencia está programada para el 11 de julio.

Sherri Papini, de 39 años, de Redding, California, no ofreció ninguna explicación de su elaborado engaño durante la audiencia judicial de media hora. “Me siento muy triste”, dijo entre lágrimas cuando el juez federal de distrito William Shubb le preguntó cómo se sentía.
“¿Fuiste secuestrada?”, le preguntó el juez.
“No, su señoría”, respondió ella.
“¿Mintió a los agentes del gobierno cuando dijo que la habían secuestrado?”.
“Sí, su señoría”, aceptó.
Papini aceptó declararse culpable tras un acuerdo con los fiscales y su sentencia está programada para el 11 de julio.
Los fiscales acordaron recomendar una sentencia en el extremo inferior del rango de sentencia, estimado entre ocho y 14 meses bajo custodia, por debajo del máximo de 25 años para los dos cargos. También accedió a pagar una restitución superior a los 300,000 dólares.
Acusación contra “dos hispanas”
El pago incluye el costo de la búsqueda de ella que abarcó varios estados del oeste del país, y la posterior investigación de las “dos mujeres hispanas” que, según ella, la habían secuestrado a punta de pistola.
Papini en realidad se estaba quedando con un exnovio a casi 600 millas (966 kilómetros) de distancia en el condado de Orange, en el sur de California. Tres semanas después, la dejó en la Interestatal 5 a casi 240 kilómetros (150 millas) de su casa.
Tenía ataduras en el cuerpo y lesiones autoinfligidas, la nariz hinchada y una “marca” borrosa en el hombro derecho. También tenía otros moretones y erupciones en muchas partes del cuerpo, marcas de ligaduras en las muñecas y los tobillos y quemaduras en el antebrazo izquierdo.
La mujer, casada con dos hijos, siguió mintiendo hasta agosto de 2020 cuando, de hecho, no hubo secuestro, admitió en su declaración de culpabilidad. Papini no ha explicado por qué lo hizo.
Su abogado, William Portanova, dijo la semana pasada que duda incluso de que ella lo sepa. Sugirió que Papini padece “una situación de salud mental muy complicada” y dijo que aceptar su responsabilidad y el castigo , es parte del proceso de curación.
Papini dijo el lunes que Papini ha estado recibiendo atención psiquiátrica por ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático desde su regreso: más de 30,000 dólares en tratamiento, por el cual facturó a un fondo estatal de compensación para víctimas y que ahora es parte de su restitución.
Los fiscales dicen que su secuestro fingido no fue impulsivo y que lo planeó durante más de un año sin que su esposo lo supiera. Su exnovio le dijo a los investigadores que no tuvieron relaciones sexuales mientras ella se quedó con él.
La organización y la planificación de Papini hace que condiciones como la esquizofrenia, el trastorno bipolar y la depresión sean una explicación poco probable, según dos expertos en salud mental consultados por la agencia AP.
Ambos subrayan, no obstante, que no han examinado a Papini y que muchos factores del caso siguen siendo desconocidos para el público.
Trastornos narcisistas y la búsqueda de “fama y fortuna”
Papini pudo haber esperado que su supuesto secuestro le traería “fama y fortuna”, según el doctor Ian Lamoureux, psiquiatra forense y testigo experto frecuente que enseña en la Facultad de Medicina de la Universidad de Arizona y en la Clínica Mayo.
La mujer se benefició financieramente: además de la compensación a la víctima, consiguió 128,000 dólares en otros tipos de pago. Además, los 49,000 dólares recaudados en una campaña de GoFundMe para ayudar a la familia por su supuesto "secuestro".
Como posible factor relacionado, Lamoureux analiza el fenómeno del falso héroe o “héroe patológico”, que se aprovecha del trato que la sociedad da a las víctimas como héroes. Aquellos que fingen su propia victimización pueden estar buscando reconocimiento o popularidad, y si se trata de una enfermedad mental, puede sugerir un trastorno de personalidad narcisista o histriónico.
Otra posible explicación es que fingió su secuestro para evitar alguna otra consecuencia adversa, como un divorcio o un despido, aunque Papini era ama de casa.
Lamoureux, que se especializa en casos penales y civiles complicados, dijo que fabricar una crisis puede ser una forma para que aquellos con egos frágiles y malas habilidades de afrontamiento traten de evitar que ocurra un mal resultado.
Este caso es inusual porque Papini no tenía un motivo claro y “esto está creando conscientemente algún tipo de situación traumática falsa”, dijo Ziv Cohen, director del Principium Psychiatry de Nueva Yok y profesor del Colegio Médico Weill Cornell y la Universidad de Columbia. “Ella se lastimó a sí misma, en realidad nadie abusó de ella”.
Pero para algunos mentirosos patológicos, la motivación es simplemente engañar a otros, dijo, en este caso quizás a su esposo e investigadores.
“Estos pacientes a veces pueden permanecer bastante misteriosos y, a menudo, pueden negar sus mentiras hasta el final”, aseguró Cohen. “Insistirán y dirán frente a toda evidencia que su versión es cierta”.












