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Abuso Policíaco

Se declaran culpables seis expolicías blancos acusados de torturar a dos hombres negros en Mississippi

Los exagentes entraron a una casa sin orden judicial y esposaron y agredieron a dos hombres negros con pistolas paralizantes, un juguete sexual y otros objetos. Se burlaron de ellos con insultos raciales durante la sesión de tortura que duró 90 minutos.
Publicado 14 Ago 2023 – 11:51 AM EDT | Actualizado 14 Ago 2023 – 12:48 PM EDT
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Seis exagentes de policía blancos de Mississippi se declararon culpables de cargos estatales este lunes por torturar a dos hombres negros en un ataque racista que incluyó el uso de pistolas paralizantes y un juguete sexual. Los seis exagentes se habían declarado culpables de cargos federales a principios de agosto por violación de derechos civiles presentados en su contra por el mismo incidente.

Los fiscales dicen que los oficiales se apodaron a sí mismos como el "Escuadrón de Matones" debido a su disposición al uso de la fuerza excesiva y a encubrir sus actividades, incluido este ataque en el que una víctima terminó con un disparo en la boca.

Un acto de racismo, violencia y tortura

En enero, los agentes entraron a una casa sin orden judicial. Allí esposaron y agredieron a dos hombres negros con pistolas paralizantes, un juguete sexual y otros objetos. Según la acusación, los oficiales se burlaron de ellos con insultos raciales durante la sesión de tortura que duró 90 minutos.

Luego planearon encubrir los hechos colocando drogas y un arma en uno de los hombres, lo que podría haberlos enviado a prisión por años.

Entre los cargos estatales de los que se declararon culpables están allanamiento de morada, obstrucción a la justicia y conspiración para obstaculizar un enjuiciamiento, así como agresión con agravantes para el oficial que apretó el gatillo.

Los acusados se declararon culpables después de llegar a acuerdos individuales, que incluyen sentencias de prisión que van de cinco a 30 años, según muestran los registros judiciales. El tiempo cumplido por los cargos estatales correrá consecutivamente.

Se trata de cinco exagentes de la policía del condado de Rankin: Brett McAlpin, Hunter Elward, Christian Dedmon, Jeffrey Middleton y Daniel Opdyke. También está un oficial de policía de la ciudad de Richland, Joshua Hartfield.

Elward admitió que metió un arma en la boca de una de las víctimas y apretó el gatillo en una “ejecución simulada” que salió mal.

Cultura policial de abuso de poder

Después de que salieron a la luz los actos de violencia policial en el condado de Rankin, algunos residentes señalaron que la cultura policial les da a los oficiales carta blanca para abusar de su poder.

Los cargos federales por violación de derechos civiles siguieron a una investigación de The Associated Press que vinculó a algunos de los oficiales con al menos cuatro encuentros violentos con hombres negros desde 2019 que dejaron dos muertos y otra víctima con heridas permanentes.

El Departamento de Justicia inició en febrero una investigación de derechos civiles sobre el caso.

Quiénes son las víctimas del episodio de abuso policial en Mississippi

Las víctimas, Michael Corey Jenkins y Eddie Terrell Parker, presentaron una demanda federal de derechos civiles contra el condado de Rankin en junio en busca de $400 millones en daños. En los documentos legales solo se identifican por sus iniciales, pero Jenkins y Parker han hablado del episodio públicamente.

Los oficiales inicialmente fueron a la casa en Braxton porque un vecino blanco se quejó de que dos hombres negros se estaban quedando con una mujer blanca propietaria de la casa. Los documentos dicen que Parker era un viejo amigo de la propietaria y estaba ayudando a cuidarla.

Los oficiales usaron insultos racistas contra los dos hombres durante la redada y “les advirtieron que se mantuvieran fuera del condado de Rankin y regresaran a Jackson o a ‘su lado’ del río Pearl, áreas con mayores concentraciones de residentes negros”, dicen los documentos.

Elward metió un arma en la boca de Jenkins y disparó, según documentos judiciales. La bala laceró la lengua de Jenkins y le rompió la mandíbula antes de salirle por el cuello.

Mensajes de texto intercambiados antes de la redada, muestran que los oficiales acordaron ingresar sin una orden judicial si podían evitar ser detectados por las cámaras de seguridad de la casa. También planearon usar fuerza excesiva pero no causar lesiones visibles en los rostros de los hombres para que no hubiera “fotos policiales malas”, dicen los documentos.

Los agentes arrojaron huevos a las víctimas esposadas y las obligaron a acostarse boca arriba mientras les vertían leche, alcohol y jarabe de chocolate en la boca. Obligaron a los hombres a desnudarse y ducharse para retirar las pruebas.

Los oficiales también electrocutaron repetidamente a las víctimas con pistolas paralizantes para comparar las armas del departamento del sheriff con las del departamento de policía y ver cuáles eran más poderosas. Uno de ellos, Middleton, se ofreció a plantar un arma de fuego no registrada en la escena.

Los documentos judiciales identificaron a Opdyke y Dedmon como los sospechosos que agredieron a los dos hombres con el juguete sexual.

Con información de The Associated Press.

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