Una citación del Departamento de Justicia (DOJ) publicada en documentos judiciales esta semana reveló que la administración de Donald Trump exige información confidencial de hospitales y médicos que ofrecen atención de afirmación de género a menores.
Esta es la información médica confidencial que el gobierno de Trump está pidiendo a hospitales infantiles
Una citación del Departamento de Justicia reveló detalles inéditos sobre las exigencias de la administración actual para acceder a información médica confidencial de menores transgénero.

El requerimiento, enviado en junio al Children’s Hospital de Philadelphia, incluye una lista de siete páginas con exigencias que abarcan “todo escrito o registro” de los médicos sobre estas atenciones, como terapias, bloqueadores de pubertad, hormonas o cirugías. También pide datos sensibles como fechas de nacimiento, direcciones y números de Seguro Social de los pacientes.
La medida forma parte de una ofensiva más amplia del gobierno federal para restringir la atención de afirmación de género a adolescentes.
Una campaña federal de alcance inédito
Un reporte de The Washington Post señala que la citación al hospital de Philadelphia no solo exige historiales médicos y registros financieros, sino también correos electrónicos, textos, grabaciones de Zoom e incluso mensajes en aplicaciones cifradas como WhatsApp.
Los fiscales buscan “toda escritura o registro de cualquier tipo” emitido desde 2020, antes de que en algunos estados comenzaran las prohibiciones.
Además, fuentes anónimas consultadas por el medio señalaron que los hospitales en la mira están ubicados tanto en estados con leyes restrictivas como en aquellos donde los tratamientos siguen siendo legales.
De acuerdo con The New York Times, las citaciones son apenas una pieza de un plan más amplio. Desde mayo, el Centro de Servicios de Medicare y Medicaid envió cartas a nueve hospitales infantiles de prestigio solicitando información sobre tratamientos de género en menores y advirtiendo que el financiamiento federal depende de estándares “rigurosos”.
En paralelo, en junio, el FBI pidió al público denunciar cirugías de transición en adolescentes, mientras que el DOJ abrió pesquisas contra fabricantes de fármacos empleados en estas terapias.
Consecuencias en hospitales y advertencias de expertos
El despliegue del gobierno ya provocó que más de una docena de hospitales redujeran o cerraran sus clínicas para adolescentes trans, incluso en estados gobernados por demócratas.
Médicos citados por The Washington Post señalaron un clima de miedo, pues algunos han tenido que entregar teléfonos de trabajo a sus superiores o revisar constantemente si están bajo vigilancia, pues temen posibles cargos criminales por ofrecer tratamientos legales en sus jurisdicciones.
Esta campaña ocurre pese al consenso de la comunidad científica, ya que las principales asociaciones médicas del país —como la Academia Americana de Pediatría, la Asociación Médica Americana y La Sociedad Endocrina— respaldan la atención de afirmación de género como segura, eficaz y basada en evidencia.
También estudios publicados en JAMA Pediatrics confirman que menos del 0.1% de los adolescentes en Estados Unidos accede a bloqueadores de pubertad o terapias hormonales, lo que desmiente la idea de un uso extendido o inapropiado.
El intenso escrutinio federal surge apenas semanas después de que la Corte Suprema de Estados Unidos respaldara, en el caso United States v. Skrmetti, la ley de Tennessee que prohíbe el acceso a tratamientos de afirmación de género a menores de 18 años.
Expertos legales advierten que este fallo podría abrir la puerta a que otros estados también prohíban estos cuidados para adultos trans. Leah Litman, profesora de derecho constitucional en la Universidad de Michigan, dijo a The Advocate que la mayoría conservadora del Tribunal está sentando las bases para implementar restricciones aún más amplias.
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