En realidad, ¿qué ha dicho Trump nuevo sobre inmigración?

Toda la semana los medios y analistas han estado buscando los signos del supuesto nuevo discurso del candidato republicano.

Video La vuelta de 360 grados de Donald Trump sobre la inmigración esta semana

Al cabo de una semana de aparentes cambios discursivos del candidato republicano Donald Trump, declaraciones contradictorias, aclaratorias y silencios importantes sobre el tema de la inmigración ilegal en EEUU podemos concluir que no hay nada concluyente en ese frente.

Todos estos días, Trump ha hecho lo que mejor sabe hacer: manejar la información y mantener al público y a los medios a la expectativa tratando de analizar la situación con lo poco que dice el magnate y lo poco que se sabe de su plataforma.

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Salvo una mayor insistencia en el hecho de que deportará a los “indocumentados malos”, esos que tengan antecedentes criminales o hayan sido procesados por delitos, la campaña republicana no ha aclarado el alcance de ese supuesto giro que estaría dando.

Todo empezó el sábado pasado, cuando Univision Noticias reportó desde la reunión con líderes hispanos en la Torre Trump en Nueva York que el candidato estaba dispuesto a suavizar su enfoque y crear un sistema que permitiera que algunos indocumentados regularizaran su situación migratoria.

Y aunque la campaña aseguró que lo que varios participantes habían dicho a Univision Noticias no era exacto, desde ese día empezó a cambiar el discurso migratorio, justamente en línea con lo que dijeron las fuentes.

Desde entonces las declaraciones han sido muchas, aunque parcas y a veces contradictorias.

El mismo Trump ha desmentido o corregido lo que han dicho sus portavoces, como cuando declaró a CNN la noche del jueves que habría un sistema que permitiría a muchos indocumentados regularizar su situación sin que necesariamente tengan que salir del país, algo que iría contra lo dicho días antes por su jefa de campaña Kellyanne Conway.

¿Qué pasará con los 11 millones de indocumentados?

Trump ni los suyos han aclarado suficientemente qué harán con los 11 millones de indocumentados que se calcula que viven en Estados Unidos. Ahora incluso pone en duda una cifra que gobierno y organizaciones especializadas dan por buena y que él mismo ha repetido a lo largo de la campaña.

No se sabe a ciencia cierta si ya no quiere deportarlos, como venía asegurando desde las primarias republicanas, o si simplemente reconoce que es logísticamente imposible y humanamente inconveniente hacerlo.

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Ambos argumentos los habían presentado sus críticos en su momento cuando Trump asomó sus ideas de expulsar a los inmigrantes indocumentados, pero el magnate los desestimó asegurando que él era el único con un plan y con la voluntad para atacar la inmigración ilegal.

Esta semana, cuando los periodistas han querido conocer una posición definitiva sobre el tema, simplemente no ofrece respuestas directas, siempre evade con la referencia a la necesidad de aplicar la ley y garantizar el orden.

La fuerza de deportación

Otro punto de la propuesta migratoria que hizo en noviembre de 2015 Trump, la llamada “fuerza de deportación” para buscar y sacar del país a los indocumentados, parece haber perdido fuelle en esta semana.

El domingo, Kellyanne Conway aseguró que esa fuerza estaba “to be determined” (por determinarse) y en declaraciones posteriores insistió en que en cualquier caso ese es el trabajo de la ICE (siglas en inglés de Immigration Custom Enforcement), una agencia que la campaña republicana promete reforzar triplicando su número de efectivos.

Video Los signos que muestran cómo ha cambiado el discurso migratorio de Trump

En el caso de la "fuerza de deportación", los críticos del magnate, incluyendo sus rivales del momento por la nominación republicana, le recordaron que ese grupo ya existía, en referencia a ICE.

¿Suavizar o endurecer?

Al final, entre tantas idas y venidas, algunos interpretan que ha habido un cambio de tono en el discurso de la candidatura republicana, pese a que no haya propuestas concretas para analizar todavía.

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El miércoles, en un cabildo abierto organizado por Fox News, Trump dijo estar dispuesto a suavizar partes de la ley para proteger la unidad de familias inmigrantes trabajadoras, pero no especificó cuáles ni cómo.

Al día siguiente, durante una entrevista con Anderson Cooper de CNN, Trump negó que su posición se haya “suavizado” y afirmó que, por el contrario, se ha “endurecido”, quizá tratando de contrarrestar las críticas de algunos de los más fervientes partidarios de su línea dura con la inmigración como la comentarista conservadora Ann Coulter o la ex gobernadora de Alaska Sarah Palin, a quienes el “cambio” o la posibilidad de él no hace mucha gracia.

La campaña informó que el magnate dará un discurso sobre el tema, pero también la fecha ha sido motivo de confusión. Primero se dijo que lo daría esta semana en Colorado, luego que la próxima en Arizona. Ahora sucede que el tema será ley y orden, dentro del cual es posible que toque aspectos de política migratoria.

La estrategia de fondo

Más allá de dilucidar qué es lo concreto que queda de todos estos dimes y diretes, está la intencionalidad de la nueva estrategia discursiva. Trump logró la nominación republicana con su discurso políticamente incorrecto que desbarató a sus rivales, políticos de raza.

Un cambio muy radical en materia migratoria enfrenta a Trump con el riesgo de enajenar a esa base de votantes blancos molestos con la que ha sido la razón de su éxito.

El republicano bien puede estar tratando de llegarle a ese público igualmente blanco, pero más moderado, que desconfía del estilo del magnate pero al que espanta la posibilidad de que Hillary Clinton llegue la presidencia, tratando de parecer más suave en temas polémicos como el migratorio.