DIMONDALE, Michigan.- Las tres cuadras que componen a Dimondale son lo que se puede esperar de un pueblo en medio del llamado Cinturón del Óxido, en el estado que fue la cuna de la industria automotriz: verde, rural, carreteras sin fin bordeadas por tractores, por fábricas de tractores, por camiones, por tiendas de reparaciones de camiones.
El esfuerzo de Trump para convencer a pueblos prósperos de lo 'mal' que están
El discurso del magnate de una economía deprimida y un pasado glorioso al que hay que retornar a veces no encaja con la realidad de los sitios que visita.
Por:Juliana Jiménez
El discurso, y la campaña entera, de Donald Trump se basan en retornar a un pasado glorioso. Eso implica convencer al público de que las cosas están peor que nunca.
Imagen Juliana Jiménez
No se ve gente en las calles. Es un pueblo construído por y para los carros.
La carretera entre Dimondale y Lansing, Michigan, a minutos de donde habló Donald Trump el viernes en la noche, y a un par de millas de la fábrica de General Motors, el 19 de agosto de 2016.
Imagen Juliana Jiménez
Aquí llegó Donald Trump a dar un discurso un viernes en la noche, en un estadio de hockey de hielo rodeado de un pastizal, una carretera interestatal y una tienda de Harley Davidson. Llegó a hablar de ese mítico decaímiento de la industria automótriz que conocemos muy bien, y de cómo el presidente Barack Obama, los demócratas, y por consiguiente Hillary Clinton, son los responsables.
Solo que el mayor problema con el discurso de Trump es que las políticas de Obama en la zona, en específico el rescate automótriz, evitaron su inminente colapso.
Como le ocurrió en Indiana durante las primarias, a veces el discurso del magnate sobre una economía deprimida y un pasado glorioso al que hay que retornar no encaja con la realidad de los sitios que visita.
Discurso en déja vu
Este era un discurso que de cierta manera Trump ya había dado. En un enorme recinto, tibio y húmedo y a medio llenar, Trump desplegó sus mejores hits: elogió su muro fronterizo, criticó las compañías que "exportan trabajos al exterior", y criticó fuertemente el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, o NAFTA, “quizás el peor tratado de la historia del mundo”, aprobado por Bill Clinton (abucheos de la audiencia), y apoyado por su esposa (más abucheos).
Miembros de la prensa se preguntaban si no era acaso el mismo que había pronunciado la semana pasada, también en Michigan, cuando, frente al Club Económico de Detroit, dijo que la ciudad estaba pasando por el peor de sus momentos y todo gracias a los demócratas.
En ese evento no reconoció el esfuerzo de la ciudad, que en julio de 2013 presentó la mayor bancarrota municipal de la historia estadounidense, y que desde entonces ha logrado reencausar sus finanzas mediante un exigente plan de ajuestes.
Al igual que como lo hizo en Detroit, en Dimondale no mencionó una sola vez el bailout, como se le conoce en inglés al rescate de la industria automótriz, ni a su mayor beneficiario en la zona, la compañía multinacional General Motors, la cual aceptó $422 mil millones de doláres del gobierno para no disolverse enteramente.
Tampoco mencionó, por supuesto, que esta fue una iniciativa que la administración de Obama llevó a acabo, que aunque impopular, muchos consideran exitosa.
Un estudio del Centro de Investigación Automótriz, citado por la revista Forbes, concluyó que el rescate "salvó 1.2 millones de empleos y preservó $39.4 mil millones de doláres en aportes de seguro social y personal".
Sin duda el eje manufacturero del centro del país no es lo que era en su apogeo, y nunca había sido tan desoladora la situación como durante la recesión de 2008. Pero para algunas zonas del país el rescate hizo la diferencia entre la vida y la muerte.
Una fabrica yace al lado de la vía ferroviaria en Dimondale, Michigan.
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Del rescate a la expansión
"En los últimos años no nos ha ido tan mal", le dijo a Univision Noticias Fred, quien prefirió no dar su apellido. Fred trabaja como cajero en JB’s Party Store, una tienda y pizzeria en el centro de Dimondale, el único sitio abierto un jueves en la noche.
Además de la expansión de GM, añadió el exmarine, la policía estatal transladó su sede a la zona recientemente, lo cual también ayudó a atraer empleos y nueva actividad.
Fred nació y creció en este pueblo, y dice que puede ver cómo, aunque conoce mucha gente que sigue a Trump, la mayoría de sus vecinos se inclinan hacía los demócratas.
El condado de Eaton, donde se encuentra Dimondale, había votado tradicionalmente por presidentes republicanos, hasta el 2008, cuando escogieron como presidente a Obama, para luego reeligirlo en 2012.
Esta es una zona de plantas de carros, donde la más grande es GM. La compañía automotriz es el principal motor de empleos en la zona, donde trabajan 1,780 residentes, según la página web de GM.
La fábrica de ensamblaje de carros de General Motors, Lansing, Michigan, 19 de agosto de 2016.
Imagen Foto por Juliana Jiménez
Este año sumaron una nueva línea de carros, el Chevrolet Camaro, lo cual los llevó a añadir un tercer turno y traer 500 puestos nuevos de trabajo. Puede no sonar como mucho, pero en un pueblo donde la población es de 1,234 personas según el último censo, es un número considerable.
La planta de GM también incluye ensamblajes de la línea Cadillac.
Imagen Foto por Juliana Jiménez
El rescate financiero de la industria automotriz hizo popular al presidente en esta región, y por consiguiente a su partido. Esa popularidad continúa hasta hoy y la campaña de Trump, si no el mismo magnate, lo siente: en Michigan, las últimas encuestas según el portal Real Clear Politics sitúan a Trump detrás de Clinton por más de 7 puntos. Incluso, como le está ocurriendo en otras partes del país, ya está perdiendo condados que solían ser bastiones republicanos.
No todos creen en la resurección
Elizabeth Paul, una mujer de edad avanzada que usaba camiseta, gorra y botones de Trump, ha vivido en Lansing, Michigan, a pocos minutos de Dimondale, toda su vida.
Sus hermanos, su padre y su esposo han trabajado en la industria automotriz. Sin embargo no puede decir que haber rescatado a la industria fue algo bueno para la ciudad.
“Las compañías tienen que ser responsables por lo que hacen”, le dijo Paul a Univision Noticias. “Creo que no debieron haber hecho el rescate”, dice reproduciendo la crítica que hicieron muchos en su momento al multimillonario plan de ayuda.
¿Fue esa iniciativa de Obama algo positivo para la industria, para Michigan, donde tantos dependen de trabajos ligados a la industria automotriz? ¿Si las cosas no están bien ahora, no estarían peor si GM hubiera cerrado del todo?
“No sé qué quiere que le responda. No importa”, contesta Paul. “Todo lo demás está mal. Hay menos empleos, las bienes raíces están mal. Los colegios cierran, los profesores se van. No sé qué hizo Obama, pero estoy segura que Hillary Clinton será peor”.
La planta de ensamblaje de GM es el principal motor de empleos de la zona.
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Fred, de la tienda/pizzeria, está de acuerdo, no con que la zona haya empeorado pero sí con que Clinton sería desastrosa como presidenta.
"Ella es una bitch”, dice usando una expresión en inglés para referirse a una mujer mandona, quejumbrosa, mala persona.
"Soy republicano de toda la vida, pero no soy fan de Trump. Creo que como persona exitosa, como hombre de negocios, puede hacer muchas cosas. No sé por qué viene acá, si no estamos tan mal. Voy a ir a verlo por pura curiosidad".
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