Clinton trata de evitar una sorpresa de Sanders en California

Una derrota en el mayor estado del país el próximo 7 de junio le quitaría lustre a la proclamación como nominada presidencial demócrata de la exsecretaria de Estado y aumentaría la influencia del senador en el futuro del partido.

Clinton llegará a las primarias del 7 de junio tras un varios malos resultados en mayo.
Clinton llegará a las primarias del 7 de junio tras un varios malos resultados en mayo.
Imagen Getty

Faltan dos semanas para la primaria de California pero el estado ya se ha convertido en el centro de la campaña electoral, un protagonismo pocas veces experimentado en procesos electorales partidistas por el mayor estado de EEUU.

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Hillary Clinton, Bernie Sanders y Donald Trump pasarán buena parte de su tiempo en California en los próximos días con la mira puesta en la elección del 7 de junio, cuando también voten Nueva Jersey, New Mexico, Montana, Dakota del Norte y Dakota del Sur.

El protagonismo de California se debe a que entrega el mayor número de delegados de todo el país (546 demócratas y 172 republicanos) y a la intensidad que ha adquirido la carrera demócrata en las últimas semanas.

Si Clinton pierde en California, donde vive uno cada ocho estadounidenses, acabaría la carrera debilitada.

A la candidata solo le faltan 90 delegados para echarle el lazo a la nominación presidencial, pero le interesa llegar de modo triunfal al final de las primarias.

Un mal resultado para Clinton generaría dudas sobre su capacidad para vencer al virtual nominado republicano, Donald Trump, el 8 de noviembre en la elección general.

Tras el día 7, solo restarán por votar los demócratas en el Distrito de Columbia, una semana más tarde.

El buen mayo de Sanders

Sanders por su parte sabe que necesitaría casi un milagro para hacerse con la nominación presidencial, pero sus miras están puestas en un objetivo distinto.

El senador por Vermont busca acabar con el máximo número de delegados para tener la mayor influencia en julio, cuando se defina la plataforma del partido en la Convención Nacional Demócrata.

Por ello no ha aflojado el pulso a pesar de que su permanencia en la carrera irrita al establishment demócrata. Este lunes y martes, el senador por Vermont tiene programados una intensa agenda de eventos en el estado, en East Los Angeles Anaheim, Riverside y San Bernardino.

Sanders ganó en Oregon y por poco le arrebató la victoria a Clinton en Kentucky el 17 de mayo.
Sanders ganó en Oregon y por poco le arrebató la victoria a Clinton en Kentucky el 17 de mayo.
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Sanders llega en desventaja en las encuestas. Según la media del sitio web Real Clear Politics, la exsecretaria de Estado le aventaja por 9.7%. Un sondeo publicado este martes da a Clinton una cómoda ventaja (57%-39%) que contrasta con la buena racha del senador.

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En mayo, Sanders ha tenido uno de sus mejores momentos de campaña anotándose victorias en Indiana, West Virginia y Oregon. Sus únicas derrotas frente a Clinton fueron en Kentucky, por 0.5% de votos y en el pequeño territorio de Guam.

Como ha sido habitual en su campaña, Sanders ha celebrado grandes eventos multitudinarios en el estado. La noche de la victoria en Oregon, Sanders dio un discurso en Carson, California, ante 27,000 seguidores eufóricos, a los que les prometió luchar por la victoria.

"Para derrotar a Trump, primero tenemos que derrotar a Clinton", dijo Sanders, insistiendo en que no se han agotado sus posibilidades de ganar.

Apoyo del 'establishment'

Clinton ha celebrado eventos más reducidos. Este lunes, la candidata celebra un evento de recaudación de fondos en Los Angeles y se quedará en el estado el martes y miércoles.

La exsecretaria de Estado cuenta con el apoyo de buena parte del establishment demócrata en el estado, entre ellos hispanos electos como el congresista Xavier Becerra o el secretario de Estado Alex Padilla.

Pero llama la atención la imparcialidad de una de las superdelegadas más influyentes, la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien ha sido crítica con el sistema de superdelegados, argumentando que la carrera debería ser decidida por los delegados comprometidos.

En este estado, donde un 28% de los votantes registrados son hispanos, la comunidad tendrá un especial protagonismo. Sabedores de que los hispanos podrían decidir la contienda en el estado, los dos candidatos demócratas han prestado atención a estos votantes.

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A pesar del apoyo de líderes latinos, Clinton se ha encontrado con la oposición de grupos de activistas que han organizado protestas a las puertas de sus eventos.

Este lunes, la Human Rights Alliance for Child Refugees and Families convocó una manifestación para recordarle "que NO es bienvenida en Los Angeles". En la página de Facebook del evento, el grupo decía que Clinton es "una criminal de guerra que ha llamado abiertamente a la deportación a Centroamérica de niños refugiados que llegaron sin compañía".

Es la tercera protesta de latinos a la que hace frente en California la candidata.

Fiebre del oro

Trump despierta gran hostilidad en el estado con más latinos del país.
Trump despierta gran hostilidad en el estado con más latinos del país.
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Del lado republicano, Trump continúa preparando el terreno para la elección de noviembre.

En California, el virtual nominado republicano comenzará su gira por el país para recaudar los $1,000 millones con los que espera financiar el resto de la campaña. El cubierto en una cena este miércoles en casa de Tom Barrack, uno de sus socios comerciales, cuesta $25,000.

A menos que le suceda una catástrofe, Trump superará el día 7 la codiciada cifra de 1,237 delegados que garantizan la nominación republicana de modo automático. Pero sus rivales aún no han desistido de sus intentos por empañarle la fiesta.

El equipo de Ted Cruz presentó tras su abandono un listado de 172 candidatos a delegados, según informa el diario Los Angeles Times. La movida es un intento de sumar fuerzas al contingente que viajará a la convención de Cleveland para apoyar al senador.

Trump también tiene previsto dar eventos masivos en el estado. Este miércoles hablará en Anaheim y el viernes lo hará en San Diego.

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Al empresario debería preocuparle en California la hostilidad que despierta allí su candidatura entre los latinos del estado.

A causa de una protesta a finales de abril, Trump tuvo que entrar por la puerta trasera a un hotel de San Francisco donde iba a dar un discurso. Al comenzar a hablar, el republicano dijo algo que probablemente no habrá servido para calmar los ánimos: “Sentí que estaba cruzando la frontera”.

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