Luis Antonio Méndez Brahan es de Tijuana, tiene 55 años y es considerado un fugitivo desde la semana pasada por supuestamente ser el jefe de una organización de traficantes de migrantes en la cual colaboraban sus tres hijos en el norte de California, que ahora se encuentran detenidos.
El oscuro negocio de los Méndez, una familia de 'coyotes' que cobraba $8,500 a los migrantes
Aunque las autoridades creen que esta banda de contrabandistas ha operado desde hace casi una década, hasta ahora han logrado golpear sus operaciones. Se cree que son los responsables de cruzar a cientos de indocumentados por una zona al este de Tecate, en la frontera México-California.


Esta familia criminal ha estado en la mirilla de la Patrulla Fronteriza (USBP) desde que se descubrió que operaba en una zona al este de la garita de Tecate. Para facilitar sus actividades delictivas, los Méndez usaron una red de guías, choferes y vigilantes. Estos últimos se encargan de espiar los recorridos de los oficiales migratorios para notificar cuándo era conveniente cruzar a los indocumentados.
Tenían un negocio redondo: a cada inmigrante que llegaba a su destino le cobraban entre 7,000 y 8,500 dólares. La USBP alega que los Méndez son los responsables de que cientos de inmigrantes pasaran sin autorización hacia Estados Unidos. Aunque las autoridades creen que esta banda de contrabandistas ha operado desde hace casi una década, hasta ahora han logrado golpear sus operaciones.
El pasado 16 de mayo, la Policía arrestó a los hijos y cómplices de Méndez: Christopher Méndez, de 28 años; Wendy Monserrath Méndez, de 24; y Nancy Jacqueline Suárez, de 31. Los detuvieron en sus casas en las ciudades de Wasco y Madera, en el Valle Central y el norte de California, respectivamente.
Ellos están acusados de un cargo de conspiración para traer extranjeros indocumentados con el fin de obtener ganancias económicas, transportar migrantes sin papeles y realizar transacciones financieras con el producto de actividades ilegales.
Los tres comparecieron ante una corte federal en San Diego el pasado 17 de mayo. Si son encontrados culpables se enfrentarían a una condena máxima de cinco años en una prisión federal y una multa de 250,000 dólares.
El padre sigue en libertad y se cree que se oculta en algún lugar de México, posiblemente en la ciudad fronteriza de Tijuana, donde fundó y expandió la llamada organización criminal Méndez-Graham.
Contra este hombre pesan cinco cargos relacionados con el coyotaje. Cada uno de esos delitos conlleva un castigo mínimo de tres años en prisión y uno máximo de diez años tras las rejas.
Se conocen pocos detalles sobre las operaciones de este grupo delictivo y sobre la investigación para llevarlos ante la justicia, ya que la acusación criminal fue sellada por el Distrito del Sur de California de la Fiscalía Federal.
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Según la acusación, los sospechosos utilizaron empresas de envío de dinero, como Western Union y Money Gram, para enviar las ganancias producto del coyotaje de EEUU hacia México.
Los detectives rastrearon algunas transacciones financieras realizadas en EEUU por los hijos de Méndez-Brahan a negocios de servicios monetarios ubicados en Tijuana. Quien recibió ese dinero fue su padre.
“Los tres hijos de Méndez-Brahan usaron a familiares en México y Estados Unidos para enviar y recibir ingresos del tráfico de personas”, señala el Departamento de Justicia (DOJ).
Este caso fue investigado por agentes de la Patrulla Fronteriza en el sector San Diego.
Entre el 1 de octubre y el pasado 3 de mayo, la USBP arrestó a más de 37,000 personas en esa zona, lo cual significó un incremento de 60% respecto al mismo período del ciclo fiscal anterior. Más de la mitad de los detenidos no provenían de México y más de un tercio eran familias.
El gobierno federal estima que el coyotaje generó hasta 2,300 millones de dólares tan solo en 2017 y advierte que este negocio tiene un estrecho lazo con los carteles de la droga.
Timothy J. Tubbs, agente especial a cargo de la unidad de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) en Texas, advirtió en una comparecencia ante un comité del Senado el pasado 9 de abril que los líderes y asociados de los carteles de la droga dictan cuándo y dónde se permitirá a los traficantes de personas cruzar por sus territorios. Su propósito es no llamar la atención de las fuerzas del orden en EEUU.
“Nuestras investigaciones han demostrado que cuando los contrabandistas de personas no prestan atención a las advertencias de las organizaciones de narcotráfico sobre dónde y cuándo operar, los miembros del cartel pueden atacarlos físicamente y hasta asesinarlos”, advirtió Tubbs.















