Ofrecía guía espiritual en una cárcel, pero abusó de una reclusa: el caso del capellán que enfrenta condena de 39 años

El guardia y ministro religioso James Theodore Highhouse se declaró culpable de cinco delitos relacionados con el abuso sexual de una mujer que cumplía una condena en una cárcel de California. Usó su autoridad para obligarla a tener relaciones en su oficina, alegan los fiscales.

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Un capellán del Buró de Prisiones (BOP) que trabajaba en una prisión para mujeres de California se declaró culpable de abusar sexualmente a una reclusa que lo visitaba para recibir guía espiritual, informó la Fiscalía federal en un comunicado.

El acusado, James Theodore Highhouse, de 49 años, se suma a más de 100 empleados del BOP que desde 2019 han sido arrestados, condenados o sentenciados por distintos delitos, incluyendo traficar droga, atacar físicamente a prisioneros y agresiones sexuales, según una investigación de AP.

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Highhouse reconoció esta semana ante un tribunal federal del norte de California que cometió cinco delitos relacionados con el abuso de la reclusa y mentir a los agentes que investigaron el caso.

La víctima ha sido identificada con las iniciales L.I. y se encontraba purgando una condena en la prisión de mínima seguridad FCI Dublin, localizada en el área de la Bahía de San Francisco.

La acusación indica que ella que se reunió a solas varias veces con Highhouse en su oficina entre el 15 de mayo de 2018 y el 9 de febrero de 2019. La mujer buscaba ayuda espiritual, pero el capellán la obligaba a tener sexo. Los fiscales alegan que este tomó ventaja de su cargo en la cárcel.

Una de las funciones de Highhouse en FCI Dublin era ser custodio, “es decir, podía esposar a las reclusas, redactar informes de incidentes y referir a las reclusas para medidas disciplinarias”.

Su otra tarea era más amable: dirigía servicios religiosos y ofrecía orientación espiritual a las internas. “También impartió clases basadas en la religión sobre los límites y la autoestima, con el entendimiento de que muchos reclusos con los que interactuaba provenían de antecedentes de trauma, abuso y adicción a sustancias”, describe la acusación.

En ese rol, Highhouse se reunía con las prisioneras en sesiones grupales e individuales en su oficina.


En dos ocasiones, el capellán rechazó las acusaciones cuando fue entrevistado por agentes del Buró Federal de Prisiones (FBI) y de la Oficina del Inspector General del Departamento de Justicia (DOJ).

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En la primera reunión, el 21 de febrero de 2019, él negó haber tenido actos sexuales con la víctima. La segunda vez, el 3 de febrero de 2020, nuevamente trató de engañar a los oficiales federales. En medio de esas dos entrevistas, sin embargo, escribió a mano una declaración en la que aceptó su culpa. Pero luego se declaró inocente ante la corte y más tarde culpable.

La Fiscalía informó que Highhouse enfrenta una pena de hasta 39 años de prisión. Se ha fijado una fecha de sentencia para el 6 de julio.

La prisión de mujeres donde ocurrió el abuso sexual alberga a poco más de 783 reclusas. Allí estuvieron las actrices Felicity Huffman y Lori Loughlin, quienes fueron condenadas por su participación en el escándalo de sobornos de admisión a universidades de prestigio. Ahora alberga a la hija del jefe del Cartel de Jalisco, Jessica Johanna Oseguera González, quien purga una sentencia de 30 meses tras las rejas por ser dueña y administrar empresas utilizadas para lavar dinero producto del narcotráfico.

Además de Highhouse, otros tres trabajadores del Buró de Prisiones asignados a FCI Dublin han sido acusados de abusar sexualmente a internas en los últimos meses.

“Cualquier oficial de la ley que se aproveche de su autoridad y posición como consejero espiritual, particularmente al abusar sexualmente de un recluso bajo su custodia, debe rendir cuentas por sus acciones”, dijo Kristen Clarke, fiscal general auxiliar de la División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia, refiriéndose al caso de Highhouse.

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Zachary Shroyer, encargado en Los Ángeles de la Oficina del Inspector General del DOJ, dijo en el comunicado que continuarán enfocando sus acciones para erradicar este tipo de abusos. “Highhouse ocupaba un puesto de gran confianza como capellán de la prisión. Explotó esta confianza y abusó sexualmente de un recluso bajo su cuidado, y luego mintió en un esfuerzo por encubrir sus crímenes”.