Uber y Lyft prometen portarse bien

En Massachusetts, Nueva York y otros lugares estas empresas están haciendo gestos de conciliación, aunque los grandes ganadores de estos acuerdos son ellos mismos.

El marzo el 
<b><i><a href="https://www.nytimes.com/2017/03/03/technology/uber-greyball-program-evade-authorities.html?smprod=nytcore-iphone&smid=nytcore-iphone-share&_r=0">The New York Times</a> </i></b>reveló que la empresa utilizó 
<i>Greyball</i> cpara identificar y bloquear a personas concretas.
El marzo el The New York Times reveló que la empresa utilizó Greyball cpara identificar y bloquear a personas concretas.
Imagen Geoffrey Van Der Hasselt/AFP/Getty Images

Reuters reportó este lunes que el gobernador de Massachusetts Charlie Baker firmó una ley por la que se agregará un cobro de 20% en los viajes en compañías como Uber y Lyft, las que ofrecen servicios de transportes vía smartphone. Esto no es algo raro: muchas municipalidades ya están cobrando impuestos en estos servicios. Con este cobro, 10 centavos se designarán para los municipios y 5 centavos se designarán para el fondo de transportes del estado.

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Lo que sí fue raro es que, el resto de los cinco centavos de este cobro se le pasarán a los archienemigos de estos nuevos sistemas: la industria tradicional de taxis. De acuerdo a Reuters, este sería el primer subsidio de este tipo en Estados Unidos. Y parece que será una resolución donde todos ganan, dentro de esta batalla sobre la disrupción existente en la industria, la que ha sido duramente discutida en este estado como en el resto del mundo.

Por años, la industria de taxis de Massachusetts y sus líderes han luchado para que se impongan las mismas regulaciones que ellos tienen sobre su competencia digital, incluyendo la solicitud de huellas dactilares y chequeos de antecedentes para los conductores de Uber y Lyft. Leyes estatales previas también habían propuesto prohibir estos sistemas en los aeropuertos, dándoles derechos exclusivos a los taxis y otros transportes tradicionales en este importante terreno.

El cobro de estos cinco centavos le “compra” a Uber y Lyft un atajo para evadir estos requerimientos: la nueva ley no habla de huellas dactilares ni zonas prohibidas en el aeropuerto. Por su parte, las compañías de taxi podrían meterse en el bolsillo millones de dólares cada año, divido a que “Lyft y Uber sólo entre ellos tienen 2.5 millones de viajes al mes combinados en Massachusetts”, de acuerdo a Reuters. No está claro aún cómo esos fondos se transferirán a las compañías de taxi o cómo se gastarán, pero los representantes están entusiasmados con este potencial beneficio.

“Definitivamente necesitamos algunos cambios de infraestructura”, dijo a Reuters Larry Meister, gerente de la Asociación de Operadores de Taxis Independientes del área de Boston, refiriéndose a posibles mejoras en aplicaciones para smartphones y sistemas de pago.

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Brishen Rogers, profesor de Derecho en la Universidad Temple y especialista en temas laborales concernientes a la “economía colaborativa”, sugiere que los fondos se puedan usar también para reentrenar a los conductores para que ellos puedan cambiarse a otros empleos. “También sería justo ayudar a los dueños de taxi y a los conductores a salir de deudas incurridas cuando el valor de sus medallones [licencias] disminuyeron”, comentó.

Imagen Getty Images

¿No puedes vencerlos? Únete a ellos

En los últimos meses Uber y Lyft han hecho gestos conciliadores en ciudades donde el lobby de los taxistas les ha dado dura lucha para conseguir una cancha pareja. En Portland, Oregon (un lugar donde las protestas han sido de las más consistentes y fuertes por parte de la industria tradicional), Uber aceptó que las compañías de taxis locales presenten sus servicios a través del mismo app de Uber. Esto abre un gran espacio de clientes para los conductores de taxi de Portland, los que vieron un descenso de un 16% en sus viajes cuando se legalizaron Uber y Lyft en 2015, de acuerdo al medio The Oregonian.

La concesión fue un triunfo menor entre lo que, hasta el momento, ha sido una guerra desequilibrada a favor de los sistemas vía smartphone. La industria de taxis no ha logrado promover regulaciones propuestas en Oregon (y Uber se lleva un 15% de las ganancias de viajes a través de su plataforma).

Victorias de los sindicatos

En otros lugares, los conductores de estos nuevos sistemas han hecho suficiente ruido como para superar la insistencia de Uber y Lyft de tratar a sus choferes como contratistas temporales. Seattle aprobó una ley a fines de 2015 permitiendo a los miembros de Uber y Lyft formar sindicatos.

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A principios de este año, en Nueva York se cerró un acuerdo con el Gremio de Conductores Independientes del estado para permitir un sindicato en ese lugar también. La compañía permitió similares concesiones en 2016 como parte de acuerdos legales por dos demandas judiciales en California y Massachusetts, permitiendo a los choferes unirse a asociaciones locales de empleados, de acuerdo a Fortune.

“A largo plazo, las más importantes reformas serán las que protegerán los derechos de los conductores de este tipo de servicios, garantizándoles sueldo mínimo, horas decentes, tratamientos no discriminatorios y derechos de negociación colectiva”, dice Brishen.

Cuando las murallas ceden

Justamente ayer, en Victoria, Australia, reguladores locales aprobaron una inusual estrategia para compensar a la industria de taxis. Los pasajeros de Uber tendrán que pagar 2 dólares australianos extra (poco más de 1.50 dólares estadounidenses) para ayudar a compensar a los actuales conductores y pagarles las licencias de taxi, de acuerdo al Herald Sun de Melbourne.

El valor de las licencias de taxi en el estado ha quedado en el suelo, disminuyendo en alrededor de un 70% en la última década, y el plan busca nivelar el terreno de juego para todos los conductores. Este ‘fondo de justicia’ esencialmente desregula todo el sistema, legalizando Uber y permitiendo que todos los conductores establezcan sus propios precios.
Otra variación del modelo de Massachusetts puede ser encontrada en Nueva York, otro duro terreno en la lucha de Uber y Lyft. Ahí se propuso una ley que daría un 25% del impuesto de venta que pagan los pasajeros a la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA). De acuerdo al New York Daily News, “la agencia de tránsito ha estado recolectando 50 centavos de cada viaje en taxi amarillo y verde, pero esto está disminuyendo desde que los servicios por app comenzaron a funcionar.

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Pero a largo plazo, los grandes ganadores de estos acuerdos serán Uber y Lyft. Las regulaciones legitiman el lugar por el que otros han tratado de echarlos y les permiten operar sin la carga legal que se les acusa no tener. A cambio, las ciudades pueden sacar algún tipo de compensación y control de una industria que rechaza jugar bajo las viejas reglas. Y, en el caso de Massachusetts la industria de taxis consigue un pequeño regalito.

Ni Uber o Lyft respondieron a las peticiones de comentarios de CityLab, pero en previas coberturas sobre la nueva ley de Massachusetts, las compañías sonaban apropiadamente agradadas. “Estamos agradecidos por el apoyo del gobernador Baker y los esfuerzos de la legislatura para crear un marco legal que abrace una industria innovadora y la forma en que el Commonwealth se mueve”, dijeron representantes de Uber a The Verge. “Esperamos seguir trabajando con la administración para implementar la ley y asegurar que se aumenten las opciones de transporte y crecimiento económico”.

Por supuesto que deben estar agradecidos. Como dicen en Slate, deberían estar maravillados, por haber logrado cambiar los deseos de las ciudades. Ahora están mejor posicionados para el éxito.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.