Si bien Estados Unidos es famoso por sus poco menos que lamentables paradas de autobús –pese a los esfuerzos comunitarios por mejorarlas–, Singapur se las toma muy en serio y, por lo tanto, exhibe paradas admirables. Durante el año y medio que viví allí, nunca encontré una sin bancos o sin techo, imprescindibles en un clima tropical proclive a los aguaceros. Aun así, se les ve como algo rutinario y no como lugares en que permanecer por mucho tiempo.
¿Es esta la mejor parada de autobús del mundo?
En Singapur, una oficina de arquitectos y el gobierno local han creado un espacio donde da gusto esperar el bus. En ella se puede desde rentar un libro a cargar tu celular.


Pero, ¿qué tal si una parada de autobús fuese algo más y, por así decirlo, se convirtiera en un sitio al que deseáramos volver? Esa es justamente la pregunta que la firma de arquitectura singapurense DP Architects buscaba responder. “Queríamos rediseñar un espacio común que pasara inadvertido”, sostiene Seah Chee Huang, director de la compañía. Ahora, gracias a DP Architects, y el apoyo de numerosas agencias del gobierno, existe una singular parada en Jurong, un área del suroeste del estado insular. Su singularidad radica en que cuenta con elementos que uno podría hallar en un café, un parque o bien en la sala de su casa, quizá todos esos lugares que uno preferiría que convergieran en una parada de autobús.
(Infocomm Media Development Authority)
Del peculiar sitio de espera resaltan sus asientos espaciosos, los estantes con libros para todas las edades, que van desde Enid Blyton hasta Ray Bradbury, un parqueo para bicicletas, un impensado columpio, las obras de arte del ilustrador local Lee Xin Li, y un jardín en pleno techo, rematado por un pequeño árbol.
El espacio, a su vez, está hiperconectado. Además de los libros impresos, los usuarios pueden escanear un código QR para descargar libros electrónicos de la Biblioteca Nacional, cargar sus teléfonos y escudriñar en las pantallas digitales interactivas la información pertinente a horarios de arribos, por no hablar de un planificador de viajes que te indica, a menudo, la vía más rápida. Las pantallas también dan información acerca del tiempo, transmiten noticias y promueven eventos de la comunidad. Los paneles solares, por su parte, ayudan a compensar el gasto de energía eléctrica.
No es nada casual que la parada se encuentre en Jurong. El gobierno ha hecho de esta área un sitio de prueba de innovaciones, lo que está en consonancia con su proyecto, lanzado en 2014, de hacer de Singapur una ‘nación inteligente’. Las tecnologías que están siendo desarrolladas incluyen los llamados vehículos autónomos, las luces que se intensifican o se atenúan en función del movimiento y un sistema automatizado que percibe cuando las latas de basura requieren ser vaciadas.
(Infocomm Media Development Authority)
La parada lleva ya seis meses siendo usada y en otros seis el gobierno determinará cuáles de sus características pueden ser absorbidas por proyectos análogos. Mucho va a depender de la respuesta y las reacciones del público, indica Khoong Hock Yun, subdirector ejecutivo de Infocomm Media Development Authority, una organización gubernamental que cooperó con el proyecto.
Khoong añade que, hasta el momento, está claro que uno de los elementos más populares es la estación para cargar el teléfono. “Las baterías de los celulares nunca se cargan lo suficientemente rápido para nosotros”, sonríe. “La gente siempre necesita cargadores”. También refiere que los pasajeros están usando adecuadamente las pantallas interactivas.
Por su parte Seah, de DP Architects, espera que su compañía tenga la oportunidad de diseñar más espacios de este tipo. “Queremos que la experiencia de aguardar por un ómnibus sea lo más placentera y enriquecedora posible”.
Este artículo fue publicado anteriormente en inglés en CityLab.com.


















