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CityLab Política

Los pueblos del 'Cinturón de Óxido' que los latinos han salvado

Durante una campaña presidencial que ha puesto un foco negativo en los inmigrantes, se ha olvidado un lado fundamental: los pueblos industriales que estaban muriendo antes de la ola de inmigrantes hispanos.
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19 Sep 2016 – 03:27 PM EDT
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La decadencia económica obligó a muchos a dejar la ciudad de Hazleton, Pennsylvania. Crédito: Spencer Platt/Getty Images

A pesar de que a muchos les gusta creer que la inmigración no es buena para el país, hay ciudades que son ejemplos vivos de que esto no es así. Está Postville, Iowa, por ejemplo, donde una ola de inmigrantes latinos se mudaron para trabajar en una planta procesadora de carne y resucitaron a un pueblo moribundo. Sin embargo, después de una redada de inmigración en 2008, en donde casi 400 inmigrantes indocumentados fueron arrestados en la fábrica durante su trabajo, los latinos huyeron, dejando el pueblo casi vacío y luchando otra vez por su vida.

El fenómeno de Donald Trump se ha explicado una y otra vez como producto de apoyo por hombres blancos no latinos en áreas industriales en decadencia ( algo que también ya hemos cuestionado). Supuestamente, ahí la pobreza, los efectos duraderos de la globalización y rabia sobre la inmigración han creado un efecto singular. Pero, así como Postville hay muchos otros lugares que muestran el efecto positivo de los inmigrantes en zonas necesitadas de renovación.

En Worthington, Minnesota, pasó algo muy semejante al pueblo de Iowa, aunque la redada no tuvo un efecto tan drástico y hoy en día todavía existe una gran presencia de latinos en el pueblo, los que han mantenido el lugar fuera de la ruina. En Marshalltown y Perry, Iowa, inmigrantes latinos también se mudaron a trabajar en faenadoras de carne, revitalizando los centros de la ciudad y abriendo negocios.

Y quizás ningún caso es tan ilustrativo de esta tendencia como el de Hazleton, Pennsylvania, una localidad que fue primero pueblo minero exitoso y luego un típico pueblo industrial. Ahí los trabajadores habitualmente pelearon por sus sueldos y otros beneficios laborales como parte de la lucha sindical. Como muchos pueblos en su situación, en los años ochenta Hazleton lentamente empezó a perder los trabajos sindicalizados, y también comenzó a perder su población, ya que los jóvenes huyeron a universidades y a ciudades con más oportunidades, según explica Jamie Longazel, profesor en la Universidad de Dayton Ohio, quien nació y creció en Hazleton.

“El condado de Luzerne, donde se encuentra Hazleton, perdió más que el mitad de sus trabajos industriales de 1980 a 2010 debido a la globalización, competencia económica, y fenómenos de este tipo ”, dice Longazel. “El pueblo se estaba muriendo”.

Pero en 2006 algo diferente pasó: empezaron a llegar los latinos. Poco a poco, atraídos por el empleo en faenadoras de carne y otras fábricas que ofrecieron trabajo más temporal (y a su vez más peligroso por la falta de regulación) de los que existían antes, los latinos se convirtieron en un gran parte de la población de Hazleton. En el censo de 2000, Hazleton era 95% blanco no hispano. Pero en 2006, esa cifra había subido a 36%. Ahora ya es casi un 50% latino, de acuerdo a las estimaciones de Jamie Longazel.

Esto ha creado un efecto económico que ha diferenciado a Hazleton de otros pueblos industriales. Antes el centro del pueblo agonizaba, pero hoy está lleno de tiendas y restaurantes latinos. “Yo diría que casi un 50% de los negocios en el centro son latinos, y casi la mitad de los negocios nuevos que acaban de abrir son latinos”, dice Kristen Schneider, el director ejecutivo del Downtown Hazleton Alliance. “Es cierto que los latinos han contribuido positivamente a la economía de Hazleton”, dice.

“Hazleton recibió lo que realmente necesitaba [con los latinos]” añade Longazel. “Era una población que estaba envejeciendo, mucha gente se iba a buscar otras oportunidades. Los latinos ayudaron mejorar las cosas un poco”.

Pero el cambio no ha sido fácil. La población blanca no hispana de Hazleton nunca había vivido con latinos y al principio esta nueva presencia no les cayó muy bien. En 2006, el alcalde Lou Barletta, quien había enfocado su campaña en el tema de inmigrantes ‘ilegales’ residentes en Hazleton, aprobó la llamada Ley de Alivio de Inmigrantes Ilegales (IIRA, por sus siglas en inglés). Esta se trató de una serie de normas que castigaban a los propietarios que rentaban hogares a ‘ilegales’ y a empleadores que los contrataban. También obligó a que el inglés fuera el idioma oficial del pueblo. La ley fue inmensamente popular entre los blancos no latinos en Hazleton en ese tiempo.

“[Lou Barletta] logró reconocer lo que sentía la gente, pero también les ofreció una versión alternativa de la realidad. Culpó los inmigrantes indocumentados (y la verdad los latinos generalmente) por crímenes y molestias. No había evidencia para demostrar eso, pero logró proveer a los blancos pobres con una razón por la que su pueblo estaba fracasando”, dice Longazel, quien escribió un libro sobre este tema llamado Miedos Indocumentados. “Te puede sonar familiar con lo que está pasando en la actual elección presidencial”.

Eventualmente, la ley IIRA fue declarada inconstitucional. Pero los efectos de la norma todavía se sienten en el pueblo, aunque las relaciones entre los blancos e hispanos han ido mejorando poco a poco, dice Longazel. Hoy en día, hay padres blancos tratando de separarse del distrito escolar en Hazleton, y Longazel opina que esto tiene que ver con la gran presencia de niños latinos en esas escuelas. Y aunque entre 2000 y 2006 los indocumentados representaron solo un 0.25% de los arrestos en Hazleton, se les continúa relacionando con la delincuencia, opina el profesor.

Todo esto tiene gran importancia al nivel político. El condado de Luzerne, donde está ubicada Hazleton, es el 6º condado con mayor crecimiento de la población latina en todo EEUU, según el Pew Research Center. Pero, a su vez, es el condado donde Donald Trump obtuvo su victoria más contundente en toda Pennsylvania durante las primarias republicanas, con un asombroso 77% del voto republicano.

“Muchas zonas aquí eran áreas demócratas, incluyendo a Hazleton”, dice Thomas Baldino, profesor de Ciencia Política en Wilkes University, cercana a la ciudad. “Pero, en parte, la llegada de los latinos hizo que Hazleton y todas las partes al sur del condado se hicieran más rojas [republicanas]”. El sur del condado es donde la mayoría de los latinos en el área viven y trabajan en las fábricas y faenadoras de carne.

Aún así, no se puede negar que el pueblo de Hazleton muy probablemente estaría en una situación mucho peor sin la presencia de los latinos. Y muchos residentes en el pueblo sí reconocen eso, según Ben Medina, director ejecutivo del Hazleton Integration Project, una organización que se enfoca en proveer servicios a la comunidad latina y blanca en Hazleton.

“Tienes que entender, este lugar era casi completamente de blancos”, dice Medina. “Pero [la situación] ha mejorado. Yo tengo muchos amigos blancos aquí. Somos una comunidad unida”.

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