La exitosa serie de televisión de Netflix/Marvel Luke Cage, que relata las aventuras de un superhéroe afroestadounidense inmune a las balas que intenta salvar Harlem, muestra el vecindario de Manhattan, históricamente de mayoría negra, como un lugar lleno de matones violentos y pistolas.
Los mitos sobre la población negra que Trump perpetúa
En el último debate, el candidato se refirió a los ‘inner cities’ o centros urbanos como foco de delincuencia y pobreza. Esta visión no sólo es anticuada, sino que no identifica los reales problemas de los afroestadounidenses.


Eso puede haber sido así en el Harlem de las décadas de 1940 y 1950, durante la época de Bumpy Johnson, o el Harlem de las décadas de 1960 y 1970, la época de Frank Lucas y Nicky Barnes. Incluso podría describir el Harlem de las décadas de 1980 y 1990, cuando gángsters como Alpo y Rich Porter y bandas como The Supreme Team estaban en su apogeo. Pero ciertamente no describe perfectamente el Harlem de hoy, ni siquiera el de los últimos 25 años.
Sin embargo, en una escena de la serie, un grupo de matones se reúne ante su jefe contrabandista de armas, lanzando ideas sobre cómo derrotar a Cage. Uno de los secuaces del líder cuenta una breve historia urbana sobre Robert Moses, la autopista Cross-Bronx, la huida de los blancos que ambos provocaron y las prescripciones de política urbana pregonadas por Daniel Moynihan en la década de 1970.
"Este tipo llamado Moynihan fue y le gritó a Nixon", dice, "y le dijo al presidente que quizás la ‘inner city’ [centro urbano] podría beneficiarse de cierta negligencia benigna".
Es una línea interesante, excepto que la teoría de Moynihan de "negligencia benigna" no se trataba de las “inner cities”, concepto utilizado recientemente por Trump para refererise a los barrios pobres y afroestadounidenses en el centro de las ciudades. La referencia es de un memorándum que Moynihan escribió al presidente Richard Nixon el 16 de enero de 1970, sobre la situación económica y social de los "negros". He aquí las palabras exactas que Moynihan utilizó al mencionar su teoría de "negligencia benigna":
"Quizás haya llegado el momento en que el problema de la raza podría beneficiarse de un período de ‘negligencia benigna’. El tema se ha hablado demasiado. El foro ha sido tomado por histéricos, paranoicos y estafadores políticos de todos lados. Puede que necesitemos un período en el que continúe el progreso de los negros y se desvanezca la retórica racial".
Moynihan hablaba sobre las relaciones raciales. Pero, para ser justos, para ese momento, la frase "inner cities" o centros urbanos se había convertido en un eufemismo de todo lo que andaba mal con las comunidades negras y la población negra. Como el historiador N. D.B. Connolly de la Universidad John Hopkins dijo a Emily Badger en The New York Times: "El centro urbano es el lugar que ardió cuando King fue asesinado. Donde ocurrieron los disturbios de Watts. Fue donde Ronald Reagan tuvo que intentar llevar a cabo la guerra contra las drogas".
Nixon acabó invirtiendo poco en la teoría de Moynihan de "negligencia benigna", y en su lugar tomó la vía opuesta, amplificando la retórica racial, haciendo del aumento de la delincuencia y el consumo de drogas una característica puramente de los afroestadounidenses en las principales ciudades estadounidenses. Nixon utilizó esta caracterización para justificar su postura política de que esos centros urbanos necesitaban ser doblegados mediante tácticas agresivas de “ la ley y el orden", otro concepto que Trump ha estado repitiendo.
El candidato republicano está siguiendo el mismo patrón. En el debate presidencial del 9 de octubre, dijo que “los centros urbanos” en todo el territorio estadounidense son "un desastre en términos de educación, empleo, seguridad, en todas las formas posibles". Como señala Badger, esto está muy lejos de ser cierto en las ciudades estadounidenses.
El problema aquí es que Trump inmediatamente acude a este diagnóstico de "centros urbanos" cada vez que se le pregunta sobre la raza. Sus soluciones en materia de relaciones raciales, específicamente para " los negros", son tan erróneas como la representación de Harlem en Luke Cage como un vecindario que sigue asediado por el crimen violento. Como Justin Charity de The Ringer escribió sobre el superhéroe de Marvel: "Cualquier otro nativo de las afueras de la ciudad hubiera descubierto más rápidamente que la mayor amenaza intocable de Harlem es el Departamento de Policía de Nueva York. ¿Pero qué sucede, se pregunta Luke Cage, con la violencia entre la población negra?".
Trump se pregunta eso también. Mientras tanto, incluso el NYPD está desconcertado por la descripción errónea del crimen por parte de Trump, particularmente en la Ciudad de Nueva York, de la que su mejor amigo, Rudy Giuliani, fue alcalde. El hecho es que la delincuencia —y el crimen violento específicamente— están en sus tasas más bajas en décadas (y esto ha ocurrido a pesar de, y no a causa de, el riguroso régimen policial de Giuliani). Eso no sólo sucede en Harlem, sino en toda la ciudad de Nueva York y en casi todas las ciudades importantes de Estados Unidos. Esto explica por qué tantos líderes de agencias de la ley y el orden están en desacuerdo con las propuestas de Trump en materia de la lucha contra el crimen, incluyendo su mal planteado llamamiento a ampliar la política de detención y cacheo.
Ya es suficientemente grave que Trump relacione a todos los afroestadounidenses con los problemas de los "centros urbanos". Es peor aún el hecho de que Trump no tenga un conocimiento actualizado de la pobreza, que actualmente se encuentra más en los suburbios que en las ciudades. Parece que él no se ha dado cuenta de que muchos de los asesinatos importantes de afroamericanos a manos de la policía han sucedido en los suburbios: Michael Brown en Ferguson, un suburbio de St. Louis; Philando Castile en Falcon Heights, un suburbio de la ciudad de St. Paul, Minnesota; Walter Scott en North Charleston, un suburbio de la ciudad de Charleston, Carolina del Sur.
Lo que Trump convenientemente omite de sus diatribas sobre los "centros urbanos", al igual que hacen muchos teóricos de las conspiraciones de que la cultura negra provoca la delincuencia urbana, es cómo la complicidad de la huida de los blancos fue lo que más influyó en la conversión de los núcleos urbanos en guetos de indigentes. Este tipo de negligencia no fue benigna, sino que tenía un propósito.
A continuación, se muestra cómo James Baldwin, autor afroestadounidense nacido en Harlem, abordó la cuestión, en 1980, en una entrevista con Wolfgang Binder:
Binder: ¿Cómo ve usted el estado de los guetos negros en los centros urbanos de Estados Unidos?
Baldwin: Son guetos y la gente blanca los convierten en guetos para alejarse de los de raza negra. Es un círculo vicioso: Se mudan fuera de esos sitios, toda la base económica de la ciudad se desmorona, porque nada se cuida en Harlem. La ciudad no se hace responsable del gueto, la policía no vive en el gueto, los contribuyentes no viven en el gueto, así que nada llega. Lo poco que llegaba se pierde. Nada es propiedad de la población negra de Harlem, o solo una fracción de lo que hay en Harlem es propiedad de la población negra. Es propiedad de bancos, inmobiliarias, de grandes organizaciones incluyendo la Iglesia Católica y las universidades. Así que las casas están tapiadas y, actualmente, lo que sucederá, lo que está sucediendo en otras ciudades es que llegan las retroexcavadoras, sacan a los negros, los mandan a otro lado, y los blancos reclaman la tierra.
Ésta es la verdadera historia de los "centros urbanos" estadounidenses y así ha sido durante al menos el siglo XX en adelante. Pero las malas interpretaciones de las palabras de Moynihan y el parloteo de otros entusiastas de la "mano dura contra la delincuencia" todo este tiempo han infectado no sólo la toma de decisiones políticas sino también la cultura pop. Éstas no son las visiones de "centros urbanos" de Stevie Wonder o Freestyle Fellowship; son las visiones de personas que sólo ven a la gente negra como criminales. La vida dista mucho de ser perfecta en cualquier ciudad y ciertamente no es perfecta para muchos de los vecindarios negros de Estados Unidos. Si la vida de la población negra no está mejorando en estos lugares, tal vez sea porque en nuestros debates políticos no se nombran los verdaderos villanos.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.









