Estas son las áreas metropolitanas de clase media que elevaron a Trump a la Casa Blanca

Desde Johnstown, Pennsylvania, a Wausau, Wisconsin, los pueblos con grandes porcentajes de hogares de ingresos medios cambiaron sus lealtades políticas en 2016.

Un grupo de partidarios de Trump en Johnstown, Pennsylvania.
Un grupo de partidarios de Trump en Johnstown, Pennsylvania.
Imagen Jeff Swensen/Getty Images

Buffalo, Nueva York. Erie, Pennsylvania. Youngstown, Ohio. Estos y otros condados con poblaciones mayoritariamente de clase media votaron por Barack Obama en 2008 y le allanaron su camino hacia la Casa Blanca. En 2016 una mayoría de ellos cambiaron su preferencia y votaron por Donald Trump.

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Esa estuvo entre las razones clave por las que ganaron los republicanos en esta elección, según indica un nuevo análisis del Centro Investigativo Pew. En este trabajo, los investigadores revisaron los patrones anteriores de votación de áreas metropolitanas en que por lo menos un 55% de la población vivió en hogares de ingresos medios en 2014 (una cada de tres miembros era de ingresos medios en 2014 si ganaba entre 42,000 y 125,000 dólares al año; un 51% de estadounidenses viven en hogares de este nivel de ingresos en todo el país).

Había 57 de dichas comunidades, la mayoría en el Medio Oeste y el Noreste. Se trata de lugares como Monroe, Michigan, Scranton, Pennsylvania, Fort Wayne, Indiana y Owensboro, Kentucky. Estos son pueblos que ni están en auge ni están muriéndose. Económicamente se están manteniendo y tiene grandes porcentajes de hogares que ganan entre dos tercios y un doble del ingreso nacional medio.

Las áreas metropolitanas de ingresos medios más o menos se dividieron a la mitad en 2008: 30 de ellas votaron por Obama y 27 por John McCain. Ocho años después, las áreas inclinadas hacia los republicanos se mantuvieron leales, pero 18 de los 30 que habían votado por los demócratas en 2008 cambiaron de partido. Esto significa que 48 de las 57 áreas metropolitanas de clase media votaron por Trump (se analizó un total de 221 áreas metropolitanas).

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En algunos lugares el descenso en el apoyo por la candidata demócrata fue drástico. En Wausau —cuya población es casi un 70% de la clase media— sólo un 38% de los votantes optaron por Hillary Clinton, comparado con un 54% para Barack Obama en 2008. En Johnston, Pennsylvania, el descenso en el porcentaje demócrata de los votos fue de hasta 20 puntos porcentuales.

Las áreas metropolitanas con un porcentaje más bajo de personas de clase media (de 50 a 55%) también mayormente votaron por Trump. Pero en las 49 áreas metropolitanas en que la clase media forma menos de un 50% —comunidades con porcentajes mayores de personas que ganan menos o más que la clase media— los demócratas ganaron en 31 de ellas frente a 18 en que ganaron los republicanos, lo cual prácticamente no representa un cambio comparado con 2008. En el gráfico debajo de Pew los puntos rojos y sólidos representan las áreas metropolitanas que cambiaron de demócrata a republicano entre 2008 y 2016:

Cambio en el porcentaje del voto demócrata en la elección presidencial, entre 2008 y 2016 (Centro Investigativo Pew).

¿Qué hizo que el mensaje de Trump resonara tanto en estas áreas metropolitanas de clase media? Esta es la pregunta que ha lanzado miles de artículos analíticos sobre el verdadero (o imaginado) rebelión del Cinturón de Óxido (el área de estados que antiguamente tenían fuertes industrias de fabricación, como Michigan, Pennsylvania, Ohio e Indiana, entre otros). Desde un punto de vista de políticas, parece poco probable que la presidencia de Donald Trump les haga muchos favores a sus residentes. Revocar Obamacare va a dañar a los miembros de la clase media que ganan menos de 50,000 dólares al año, particularmente en el Cinturón del Óxido y en el Medio Oeste, tal como mi colega Vann Newkirk II escribe en The Atlantic. Y es probable que su plan fiscal tampoco les ofrezca muchos beneficios.

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Quizás este sea el último capítulo en la historia de cómo el Partido Republicano ha logrado pintarse exitosamente como el verdadero representante de la clase media —en particular la clase media blanca— incluso si sus políticas económicas no siempre respaldan esa aseveración. Así lo explicó hace más de una década Thomas Frank en What’s the Matter With Kansas?: How Conservatives Won the Heart of America (¿Qué le pasa a Kansas?: Cómo los conservadores se ganaron el corazón de EEUU).

“En la imaginación de la respuesta negativa, Estados Unidos siempre está en un estado de cuasi guerra civil: en un lado están los humildes millones de estadounidenses auténticos; en el otro están los estudiosos liberales todos poderosos que manejan al país pero que sienten desprecio por las creencias y gustos de la gente que vive en ella”, explicó Frank en el libro. “Cuando en 1992 el presidente del Comité Nacional Republicano anunció a una audiencia nacional en televisión ‘Somos Estados Unidos’ y ‘esas otras personas no lo son’, simplemente estaban dando una nueva y más directa expresión de una fórmula que existe desde hace décadas”.

Resulta que aquella fórmula sigue funcionando bastante bien en 2016.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.