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Cristina Jiménez Moreta: de indocumentada a ganadora de uno de los premios más prestigiosos en EEUU

Nacida en Ecuador, ella es una de los tres latinos que obtuvieron la reconocida beca de la Fundación MacArthur, por su labor de defensa y organización de los inmigrantes.
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11 Oct 2017 – 08:36 PM EDT
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Cristina Jiménez Moreta liderando una manifestación en las afueras del Congreso, en Washington DC. Crédito: Mauricio Anturiano/Citylab Latino

En Queens, Cristina Jiménez Moreta vivió mucho de lo que la ha marcado para llegar a ser quien es. “Yo casi no crecí alrededor de anglosajones; crecí en una comunidad diversa, con personas latinas, asiáticas y africanas, una experiencia que te hace entender la diferencia y las similitudes”, recuerda. Pero con esa riqueza también vino el aspecto duro de ser indocumentada: ver cómo no le pagaban a su padre, sentir el miedo a la deportación de ella o sus familiares, vivir la discriminación.

“A los 11 años mi hermano fue detenido y un policía le rompió el cuello sin ninguna razón. Esa no es una experiencia única. Es algo que pasa en nuestras comunidades diariamente”, dice la cofundadora y directora ejecutiva de United We Dream, una de las principales organizaciones de inmigrantes en el país.

La labor creando esta organización es parte de lo que llevó este miércoles a la Fundación MacArthur a distinguir a esta ecuatoriana llegada a los 13 años con uno de los premios más prestigiosos en todo Estados Unidos, una beca que entrega 625,000 dólares. Los ganadores de este fondo incluyen destacados personajes de todos los ámbitos como el escritor Junot Díaz o el inventor de la internet, Tim Berners Lee. Los beneficiados -conocidos como ‘Genios MacArthur’- pueden hacer lo que quieran con este dinero, el que busca “invertir en la originalidad, visión y potencial de una persona”, como dicen en la fundación.

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Generación Dreamer: Cristina Jiménez

En el caso de Jiménez Moreta, el dinero será utilizado para profundizar la misión de su organización, que tiene más de 100,000 miembros y 55 organizaciones afiliadas en todo Estados Unidos. "Este premio nos ayuda a asegurarnos que la visión colectiva de United We Dream se mantenga en camino”, explica ella, quien con 33 años es la más joven de los ganadores de 2017. “Particularmente queremos apoyar y desarrollar el liderazgo de los jóvenes inmigrantes para que sean líderes de justicia social, que van a crear cambio en sus comunidades a nivel local y federal".

En definitiva, esto es crear más Cristinas alrededor de todo el país, algo que no es fácil en una época en que los indocumentados están amenazados por un gobierno hostil y que DACA acaba de ser derogada. El hermano de Jiménez Moreta es beneficiario de DACA y, aunque ella ya regularizó su situación migratoria, sus padres siguen siendo indocumentados. Por todo esto, ella sabe lo difícil que es manifestarse y tomar acción, como explica en esta entrevista.

En un comienzo, ¿cómo venciste el miedo a hablar a pesar de ser indocumentada y por qué fue importante hacerlo para ti?

Muchos de nosotros teníamos miedo de ser deportados. Yo no quería compartir mi historia públicamente. Cuando me pedían que lo hiciera, utilizaba un nombre falso. En ese tiempo casi nadie compartía sus historias de manera pública. El espíritu de ser indocumentado y sin miedo todavía no se construía. La primera vez que compartí mi historia fue una liberación completa, como que sales de ese secreto y eso me marcó para toda la vida. El ver cómo la comunidad me apoyó, mis amigos y mis maestros, eso me llenó de esperanza de que se puede generar un cambio.


Un amigo de ese tiempo, que hoy es mi pareja, fue detenido y casi lo deportan. Estar tan cerca de una deportación de un cercano es tan difícil y te agita tanto que eso fue algo que me hizo separar el miedo del hecho de que te detengan. Eso me sacudió y desde ahí yo dije que teníamos que seguir compartiendo nuestras historias, alzando nuestra voz y qué importa si es con mi nombre o no. Decidí volcarme por completo en esta lucha, porque no quería que otros jóvenes pasaran por las mismas experiencias.

Tú hoy diriges una organización nacional, pero comenzaste como organizadora de base, en la agrupación Se Hace Camino Nueva York. ¿Cómo influenció eso tu carrera?

Yo empecé este trabajo simplemente para poder sobrevivir. En la organización Se Hace Camino Nueva York, comencé trabajando en un comité de trabajadores y con jóvenes. Mi deseo de seguir empoderando a las personas de mi comunidad, para alcanzar justicia y dignidad, me llevó a conocer a otros jóvenes con historias similares a la mía alrededor del país. Después de tener amistades así por año, un grupo de nosotros decidimos crear la red United We Dream, en 2008, con el sueño de que jóvenes tengan su propia voz.

En United We Dream no han tenido miedo a tomar acciones radicales, incluyendo utilizar métodos de desobediencia civil o protestando en oficinas de congresistas. ¿Por qué es importante esta actitud?

La lucha que tenemos es por una vida con dignidad y que nos vean como humanos en este país. Eso aplica no solo para los inmigrantes, sino para las comunidades discriminadas, como las mujeres, los LGBTQ, los afroestadounidenses. Ese es el trabajo que se hace, de justicia social. Nosotros utilizamos varias estrategias y prácticas para alcanzar esa visión, lo que incluye inspirarse en movimientos sociales como el de derechos civiles de las comunidades afroestadounidenses.

Ellos utilizaron todas las estrategias, en las cortes, en la política -como presionar por el acta del sueño que necesitamos que pase ya- y también en acciones directas que confronten la inmoralidad, la injusticia y el racismo. Aplicamos diferentes estrategias de desobediencia civil de manera pacífica, ya que eso es uno de nuestros valores, pero sin dejar de confrontar la inmoralidad, el racismo y el odio que han sido la raíz de muchas de las leyes que estamos tratando de cambiar.

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La activista Cristina Jiménez es premiada por MacArthur Foundation por su trabajo comunitario


Ustedes ya lograron que el presidente Obama firmara DACA hace unos años. Hoy están presionando a los políticos para que aprueben la ley Dream. ¿Qué lecciones sacaron de lo primero que están aplicando ahora?

Una de las lecciones es que sin presión no se consigue nada. Esto quiere decir, poner presión a los dos partidos políticos, para que haya una ley Dream este año y así proteger a los jóvenes inmigrantes. Esto lo conseguiremos solo si nos involucramos y mantenemos la presión bien alta y bien fuerte en el congreso, sin importar de qué partido sean.

Lo segundo es que el cambio viene cuando personas que son afectadas por las leyes son las que lideran la estrategia. Esto ha quedado demostrado en casi todos los movimientos sociales: es algo elemental.

Y lo otro es que lo último que se pierde es la esperanza en nuestra propia comunidad y en los aliados que nos apoyan.

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