Dos bombas explotan durante una misa de domingo en Filipinas y dejan 20 muertos y más de 100 heridos
Al menos 20 personas fallecieron y 111 más resultaron heridas el domingo tras la explosión de dos bombas, con apenas minutos de diferencia, en una catedral católica durante una misa, en una isla del sur de Filipinas con una presencia activa de insurgentes musulmanes, dijeron las autoridades.
Según los testigos, la primera bomba estalló en el interior del templo de Jolo, la capital de la provincia de Sulu, e hizo que los fieles, algunos de ellos heridos, salieran en estampida por la puerta principal. Soldados y policías apostados en el exterior corrieron hacia el lugar cuando estalló el segundo artefacto, alrededor de un minuto más tarde, en la entrada principal, causando más muertos y heridos. El ejército estaba verificando un reporte que apuntó que la segunda bomba podría haber estado adosada a una motocicleta estacionada.
La explosión inicial destrozó los bancos de madera de la nave principal de la catedral y rompió los vidrios de las ventanas, mientras que la segunda esparció los restos humanos y escombros por la plaza de delante de la catedral de Nuestra Señora del Monte Carmelo, según contaron testigos.
La señal de telefonía móvil se cortó en las primeras horas posteriores al ataque. Los testigos que hablaron con la agencia AP se negaron a dar sus nombres o estaban ocupados en la escena de los atentados.
"Hasta los confines de la tierra"
La policía dijo que al menos 20 personas perdieron la vida y otras 111 resultaron heridas, corrigiendo los datos oficiales ofrecidos antes. Quince civiles y cinco soldados fallecieron, mientras que entre los heridos había 17 soldados, dos policías, dos guardas costeros y 90 civiles.
Soldados a bordo de vehículos blindados cortaron la calle principal que va a la iglesia mientras los muertos y heridos eran trasladados al hospital de la ciudad. Algunas víctimas fueron evacuadas por aire a la cercana ciudad de Zamboanga.
"Perseguiremos hasta los confines de la tierra a los despiadados agresores detrás de este cobarde delito hasta que cada asesino sea llevado ante la justicia y encarcelado. La ley no tendrá compasión con ellos”, señaló la oficina del presidente del país, Rodrigo Duterte, en Manila.
Por el momento nadie se atribuyó la responsabilidad por el ataque del domingo.