Luego de seis años de detención, el expresidente egipcio Hosni Mubarak abandonó este viernes el hospital militar en el que ha pasado buena parte de su condena, informó su abogado.
Luego de seis años preso, sale en libertad el expresidente egipcio Hosni Mubarak
El exmandatario egipcio abandonó el hospital militar donde estuvo arrestado y regresó a su vivienda particular en El Cairo. Una sentencia reciente lo exculpó de las muertes de manifestantes durante las protestas de 2011, que lo obligaron a abandonar el poder.

Mubarak abandonó el hospital y fue hasta su casa en el vecindario acomodado de Heliopolis en medio de fuertes medidas de seguridad.
"Sí", ha abandonado el hospital, confirmó el abogado Farid al Dib. A principios de mes, la justicia egipcia autorizó la puesta en libertad de Mubarak, de 88 años, tras una última sentencia que lo exculpaba de la muerte de manifestantes durante las protestas de 2011 que finalmente lo obligaron a abandonar el poder.
En 18 días de revuelta, unas 850 personas murieron en enfrentamientos entre la policía y los manifestantes.
El expresidente fue sentenciado a cadena perpetua en 2012, pero un tribunal de apelación ordenó un nuevo juicio dos años después donde los cargos fueron retirados y la más alta instancia de apelación del país lo absolvió el 2 de marzo.
En enero de 2016, la corte había mantenido la sentencia de tres años para Mubarak y sus dos hijos por cargos de corrupción, pero la sentencia tuvo en cuenta el tiempo que ya habían pasado en detención, por lo que Alaa y Gamal quedaron libres.
El jueves, un tribunal ordenó una nueva investigación para esclarecer si el antiguo rais recibió regalos del periódico de propiedad estatal Al Ahram.
Mientras, varios de los principales activistas de la revuelta de 2011 se encuentran en prisión cumpliendo largas penas y los grupos de defensa de derechos humanos aseguran que cientos más se encuentran desaparecidos.
Mubarak fue detenido de forma preventiva en abril de 2011, poco después de haber sido obligado a dejar el poder, y ha permanecido desde entonces en la cárcel o bajo vigilancia en el hospital de las Fuerzas Armadas de Maadi, debido a su delicado estado de salud y su avanzada edad, 88 años.
Su puesta en libertad representa para muchos revolucionarios y activistas el final de los intentos de que se haga justicia por los abusos y la corrupción durante los 30 años de dictadura (1981-2011) y por la violencia durante la revolución del 25 de enero





