En Estados Unidos el miedo al terrorismo y a la violencia masiva no es común, pero existe, y cada año afecta a más personas. El ataque en el club Pulse en Orlando representa otro recordatorio trágico y repentino de que puede haber un atentado en cualquier lugar, en cualquier momento. Esta sensación de incertidumbre, según expertos de salud mental , alimenta el temor y la ansiedad, y puede llegar a afectar a las personas física, mental y emocionalmente.
Ansiedad: cómo combatir el miedo a la violencia masiva
El miedo y la incertidumbre pueden afectar a las personas física, mental y emocionalmente.


“Las heridas psicológicas de un trauma de esta magnitud pueden ser graves. Para los sobrevivientes, el mundo ya no se siente seguro. La violencia masiva, antes pertenecía a las películas de acción y zonas de guerra, pero ahora se convirtió en una realidad cercana", dijo a Univision Noticias Linda Rosenberg, presidente de National Council for Behavioral Health, a propósito del ataque en Orlando.
La experta en servicios de salud mental asegura que la sensación de inseguridad y la ansiedad son respuestas naturales a la violencia masiva y que es posible sanar, "incluso después de una terrible tragedia". Por eso insta a los residentes de Orlando o de cualquier otra comunidad que se sienta afectado por las noticias a tomar conciencia de las posibles señales de trauma y pedir ayuda. Los síntomas pueden incluir dolores de cabeza, espalda y estómago, sudoración, palpitaciones del corazón, cambios en los patrones de sueño y en el apetito. Para Rosenberg recibir apoyo puede hacer una gran diferencia a la hora de sanar heridas.

“El terrorismo no genera tanto miedo o ansiedad como el vivir en una zona de mucha violencia, estar desempleado, o tener que lidiar con asuntos familiares. Sin embargo, sí creo que la gente se está volviendo cada vez más ansiosa con respecto a estas amenazas”, explicó a Univision Noticias el doctor Frank H. Farley, profesor de la Temple University , en Philadelphia, y antiguo presidente de la American Psychological Association (APA).
Mientras más próximo geográficamente se está a los ataques, mayor será la ansiedad que se experimente, añadió Farley.
También existen otros factores que aumentan la vulnerabilidad, como nos indica Cheryl Sharp, consultora del National Council for Behavioral Health's Trauma Informed Services . “Las personas que han sufrido otros traumas en sus vidas tienen, probablemente, un mayor riesgo. Los que tienen otros tipos de ansiedad también. Y, siempre, ser vulnerable de otras maneras como la pobreza u otros problemas sociales, aumentan el riesgo”, señaló la doctora.
Poner las cosas en perspectiva

El primer paso para reducir la ansiedad es recordar que las probabilidades de ser víctima de un acto de violencia de este tipo siguen siendo bajas y que tener miedo no es igual a estar bajo una amenaza inminente.
La doctora Beth Salcedo, directora de The Ross Center for Anxiety and Related Disorders LLC en Washington, DC, compartió sus cálculos con Univision Noticias Salud: “Usted tiene 35,000 veces más probabilidades de morir de enfermedad cardíaca que de un ataque terrorista. Usando números aproximados de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades y otros lugares, se puede afirmar que el riesgo de un individuo de morir en un ataque terrorista es extremadamente bajo al compararse con las demás 15 principales causas de muerte”.
Farley, quien a lo largo de su carrera ha estudiado temas como la política y la psicología, la toma de riesgos y los tiroteos en las escuelas agrega: “La vida está llena de cosas que dan miedo, pero hay que recordar que la mayoría de los incidentes terroristas no ocurren en los jardines de nuestras casas, al menos no en Estados Unidos. El número de incidentes no se aproxima ni remotamente a la cantidad de personas que mueren al año al volante, en las autopistas. (...) Poner esto en perspectiva es la clave para sobrellevar la ansiedad. Pensar que la probabilidad es esencialmente cero”.
Convivir con la incertidumbre
Jennifer Shannon, M.F.T., cofundadora del Santa Rosa Center for Cognitive-Behavioral Therapy , ha escrito dos libros sobre la ansiedad: The Shyness and Social Anxiety y The Anxiety Survival Guide for Teens, y se encuentra preparando un tercero sobre el tema, que será publicado en 2017. Allí explora qué suposiciones aumentan la ansiedad y cómo cambiarlas por pensamientos que la disminuyen, a través de lo que denomina pensamientos expansivos, como muestra en esta tabla:
Respirar conscientemente
Una de los ejercicios más recomendados por los especialistas para calmarse es la respiración profunda. “Nosotros sentimos la ansiedad con nuestros cuerpos. Tal vez nos sentimos temblorosos, nuestro pulso puede acelerarse o nuestra respiración se acorta. Inhalar y exhalar profundamente es muy poderoso. (...) Aprender a desviar nuestra atención de lo que nos genera ansiedad también es útil. Por ejemplo, pararse, caminar o hacer algo tan simple como hacer una pequeña tarea que requiera nuestra atención, puede ser muy positivo”, mencionó Sharp, quien trabaja en la Star Foundation , donde realizan talleres con personas que sufren de ansiedad.
Socializar, cuidarse y buscar ayuda
Hablar de la ansiedad que se siente con amigos, familiares o compañeros de trabajo, puede ser beneficial para superar la ansiedad. El apoyo del entorno social es importante, especialmente para reconocer que otros también pueden estarse sintiendo igual. También tomarse el tiempo para hacer ejercicio, preparar comidas saludables y descansar.

Pero si el temor le está impidiendo vivir su vida, si interfiere con sus actividades diarias o con su bienestar, es necesario recurrir a un especialista que le pueda brindar herramientas para manejar la ansiedad.
"Sin duda, mi comportamiento ha cambiado progresivamente desde los atentados del 11 de septiembre y creo que el comportamiento de la mayoría de las personas también ha cambiado. Ahora estoy más alerta cuando me encuentro entre multitudes de personas y, desde luego, cuando estoy en el aeropuerto", indicó la consultora Cheryl Sharp.
"Si una persona está particularmente preocupada por el terrorismo, podría cambiar su comportamiento de manera radical, al punto de dejar de acudir a actividades que anteriormente le causaban placer. Algunas veces nuestra mente no es racional y puede llevar las cosas al extremo. Si estos extremos impactan realmente la vida, el trabajo y las relaciones, tiene sentido buscar ayuda profesional. Sí se pueden cambiar nuestras mentes y aprender a dominar la irracionalidad”, añadió la especialista.








