Sin papel ni tinta por órdenes del gobierno, cierra uno de los principales periódicos de Nicaragua

La portada de este 27 de septiembre de El Nuevo Diario (END) causó conmoción en Nicaragua. Tras casi 40 años de publicación, el periódico anunció su cierre inmediato. "Debido a las circunstancias económicas, técnicas, y logísticas adversa", explica su último editorial. Este diario lidió durante los pasados 14 meses con un embargo aduanero impuesto por el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo como represalia política por la cobertura de la crisis sociopolítica del país. Sin tinta y papel para su impresión, tuvieron que reducir el tiraje y suprimir las ediciones de fin de semana, hasta que el grupo editorial ND-Medios tiró la toalla en un momento de asfixia para el periodismo en ese país.
"Aunque conocíamos los problemas y se especulaba sobre el cierre, la verdad es que el editorial publicado esta madrugada nos sorprendió", dice a Univision Noticias Eliud Garmendia, periodista de El Nuevo Diario. “Es una mezcla de emociones en la redacción: nostalgia por los recuerdos pero caras rotas; tristes tratando de encontrar una explicación”.
El Nuevo Diario es uno de los dos periódicos de mayor circulación nacional en Nicaragua junto al diario La Prensa. Ambas publicaciones denunciaron en 2018 que la Dirección General de Aduana (DGA) retuvo sin mayor justificación toneladas de papel y tinta. El Nuevo Diario tomó varias decisiones para lograr alargar sus reservas de material —como imprimir en blanco y negro—, pero la falta de insumos los obligó a suspender la publicación impresa y también su edición digital, confirmaron sus periodistas.
Además, el grupo editorial ND-Medios también decidió cerrar dos publicaciones asociadas de menor tiraje: Metro y Maje. Decenas de periodistas, diagramadores, personal administrativo y técnico quedan desempleados.
Los medios, en el foco del gobierno
El fin de operaciones de estos medios ocurre en un contexto sociopolítico en el que el gobierno de Ortega y Murillo ha arremetido contra el periodismo independiente. Desde diciembre de 2018 cerró el diario Confidencial, el canal 100% Noticias, y apresó a los periodistas Miguel Mora, Lucia Pineda Ubau y Marlon Powell, excarcelados meses después.
Asimismo, la Policía y grupos paramilitares afines al gobierno han continuado el acoso contra periodistas y medios de comunicación en los departamentos. Esta persecución derivó en que más de 70 reporteros hayan tenido que exiliarse.
Por ejemplo, este jueves, oficiales intentaron ingresar a Radio Darío en la ciudad de León para suspender su programación. No es la primera vez que esta emisora es atacada. En abril de 2018, fue quemada y saqueada por simpatizantes sandinistas, y aunque no ha callado, sus periodistas son hostigados de forma permanente.
El bloqueo aduanero a los dos principales diarios impresos de Nicaragua —algo similar a lo ocurrido con El Nacional en Venezuela— es “una vergüenza”, a juicio de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
“Con el cese de la publicación de El Nuevo Diario se apaga una nueva voz, producto de la política represiva del régimen de Daniel Ortega para castigar a la prensa”, criticó María Elvira Domínguez, presidenta de la SIP.
Mientras que el PEN Internacional Capítulo Nicaragua, una organización que defiende la libertad expresión y es encabezada por la laureada escritora Gioconda Belli, expresó que tanto El Nuevo Diario como La Prensa “han sido objeto de un boicot aduanero arbitrario e ilegal por parte del gobierno de Daniel Ortega, que impuso restricciones a la importación de papel, tinta y otros insumos indispensables para la publicación”.
“PEN Internacional expresa su consternación por el cierre de El Nuevo Diario, y llama al gobierno de Daniel Ortega a detener la campaña de acoso, intimidación y agresiones contra medios independientes, así como la injustificable censura de prensa que viola el derecho de los nicaragüenses a informar y recibir información”, insistió Pen Internacional.
Una política "antidisentimiento"
La salida de circulación de El Nuevo Diario supone un “duro golpe” para la libertad de prensa en Nicaragua, según el especialista en medios de comunicación Guillermo Rothschuh. En especial porque las ediciones impresas de El Nuevo Diario y La Prensa llegan a sitios del país en los cuales el acceso a la información a través de internet todavía no es posible.
“Es grave que un periódico de circulación nacional salga porque no llegará a amplios sectores de la población”, lamentó Rothschuh ante Univision Noticias. Para el experto, el cierre de este diario “sin duda” se inscribe en las agresiones perpetradas por el gobierno contra los medios independientes, aunque el editorial de cierre no lo menciona específicamente.
“Cuando una voz como esta se calla, pierde toda la sociedad, pero demuestra la política deliberada del gobierno de no aceptar el disentimiento. Hay que recordar que el gobierno ha usado distintas instancias del Estado, no solo la DGA sino el ente regulador de las telecomunicaciones, la dirección de ingresos y la misma seguridad social, para perseguir a los medios de comunicación críticos”, afirmó Rothschuh.
Viraje de línea editorial
El Nuevo Diario fue fundado en 1980 por Xavier Chamorro Cardenal y dirigido por el periodista Danilo Aguirre, una leyenda periodística de Nicaragua, quien falleció en 2015. Por esa redacción pasaron y se curtieron los mejores periodistas de ese país. En 2011, El Nuevo Diario fue comprado por el grupo financiero Promérica y viró su línea editorial a un enfoque más empresarial y condescendiente con el gobierno de Ortega.
Sin embargo, a partir de la crisis de abril de 2018, cuando los principales empresarios del país rompieron su alianza corporativista con el gobierno sandinista, El Nuevo Diario retomó una línea editorial crítica, denunciando e informando sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas por policías y paramilitares. En las últimas semanas, los medios de propaganda del gobierno sandinista también iniciaron una campaña de desprestigio contra el grupo Promérica, acusando al Banco de la Producción (Banpro) de “lavado de dinero”.
Para la organización Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN), la asfixia contra El Nuevo Diario corresponde a represalias del gobierno. “Esta es la consecuencia de todas las presiones económicas encaminadas a asfixiar a los medios de comunicación independientes que impulsa el Gobierno de manera descarnada para acallar todas las voces disidentes que existen en el país”, sostuvo PCIN.
"El editorial es la última publicación que hacemos”, dijo el periodista Eliud Garmendia. “Sigo confiando en algún momento veremos la luz como periodistas y ciudadanos. Apuesto por seguir en Nicaragua informando. Alguien me llamaba y me preguntó ¿ganó Ortega? Yo les dije que no. Que en especial la batalla de la libertad de expresión y la lucha por la democracia sigue”, aseguró.
Mientras tanto, a pocos kilómetros de la sede de El Nuevo Diario, el diario La Prensa, el único independiente de tirada nacional que queda en el país, continua imprimiendo en sus ediciones el reclamo por las 92 toneladas de papel y tinta que el gobierno sandinista mantiene retenidas en al aduana.