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Abuso Policíaco

“Teteada masiva” contra la violencia policial en Argentina

Hace unos días, dos policías expulsaron de una plaza a una mujer que estaba amamantando a su hijo. El hecho provocó ayer manifestaciones en todo el país. Reclaman que el Estado garantice los espacios adecuados para la lactancia y frene los atropellos.
23 Jul 2016 – 09:40 PM EDT
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Mujeres se manifiestan amamantando a sus hijos en San Isidro, a las afueras de Buenos Aires. Crédito: Javier Gonzalez Toledo/AFP/Getty Images

SAN ISIDRO, Argentina.- “Doy la teta donde se me cantan los ovarios”. “Piquetetazo contra la violencia institucional”. “La única teta que les molesta es la que no pueden vender”. “Mis derechos y mis tetas no quieren tu opinión”. “Sangre en las venas. Leche en las tetas. Amor en el corazón”. Esos fueron algunos de los carteles que se leyeron ayer en San Isidro durante la “teteada masiva”. La manifestación por la lactancia materna y en contra de los atropellos policiales tuvo epicentro en ese lugar del norte del Gran Buenos Aires, pero la iniciativa se expandió en las ciudades de La Plata, Rosario, Posadas, Córdoba y Tucumán, entre muchas otras.

La convocatoria espontánea nació para repudiar el maltrato sufrido por Constanza Santos el 12 de julio. La joven fue increpada por la Policía de San Isidro, cuando intentaba amamantar a su hijo de ocho meses en una plaza de esa ciudad. Dos oficiales mujeres le dijeron que no podía dar la teta en público, le pidieron los documentos y quisieron detenerla por resistencia a la autoridad. Finalmente, Constanza se fue a un bar porque su hijo lloraba.

Luego, la Comisaría de la Mujer no quiso tomar su denuncia. Y decidió hacerla pública en las redes sociales. El caso repercutió en los medios y se hizo masivo. Gustavo Posse, intendente de la ciudad, dijo que fue un error de las agentes y las mandó a realizar un taller sobre lactancia. En la Argentina, no hay ninguna ley nacional, provincial, ni municipal que prohíba amamantar en público; en cambio, la ley 26.873 de Lactancia Materna busca concientizar sobre el derecho a amamantar, basada en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).


En la misma plaza de San Isidro donde la Policía increpó a Constanza, hay decenas de madres amamantando a sus hijos y acompañando la iniciativa. Una de ellas es Victoria Donda, diputada nacional por el partido Libres del Sur. El año pasado, circuló en los medios una foto de la funcionaria dándole la teta a su hija Trilce en el recinto del Congreso.

“Amamantar es un derecho de la mujer y de los niños. Y es la primera política de soberanía alimentaria. Es una decisión de cada madre que el Estado debe proteger y no reprimir. No debemos quedarnos sólo con el hecho de Constanza. Su caso habla de la necesidad de formar policías vecinales. Actualmente son oficiales que salen a la calle con sólo seis meses de preparación y tienen un ejercicio de poder muy alto. Hay una política de querer manotear cualquier recurso para resolver el problema de la inseguridad”, dijo Donda.

Otro de los referentes que se acercó fue Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz en 1980 y vecino de San Isidro. “Vine a acompañar a las madres en este gesto que es un canto a la vida. El principal problema son nuestras fuerzas policiales: tienen muchas deficiencias y están formadas para la represión y no para la seguridad social ni la prevención”, analizó.

Vendedora de pañales y constructora de juguetes de madera, Yanina Menichina está sentada en el piso amamantando a Lola, de 18 meses. Siente que el machismo no sólo está presente en los hombres argentinos. “Tengo amigas que se ponen molestas cuando doy la teta en el colectivo. Me pareció un horror que quieran detener a una mujer por alimentar a su hijo. Vine a apoyar la causa. No puede pasar más”.

Octavio Hortal era el único varón “amamantando”. Llevó un muñeco al que acunaba para concientizar sobre la sociedad patriarcal y la violencia contra la mujeres. “Todos queremos una sociedad más humana. Encontré esta forma de manifestarme en contra de una sociedad patriarcal y machista, que 'cosifica' a la mujer. Las tetas que aparecen en la televisión están bien porque son eróticas. Cuando alimentan a un niño en la calle son condenadas”.

Otros casos

Las madres argentinas no son las únicas que viven el atropello y la discriminación por amamantar en público. En mayo, un guardia del centro comercial Plaza Galerías de Guadalajara (México) expulsó a una mujer que alimentaba a su bebé. La reacción no tardó: decenas de mujeres se reunieron en el lugar para amamantar en público. En enero de 2014, una mamá fue retirada de un restaurante de Santiago de Chile por el mismo motivo, que provocó días después una “teteada masiva”. “Hagamos visible lo natural. ¡Viva la teta!” decía la consigna.


En la marcha en San Isidro, los reclamos fueron más allá de la lactancia materna. Se pidió la extensión de la licencia por maternidad, la anticoncepción gratuita y de calidad y los espacios adecuados para la lactancia en todos los lugares de trabajo y de estudio. “El Estado debe garantizar los espacios públicos para la lactancia. No digo que las madres debemos escondernos, pero sí tener sitios tranquilos para darle la teta a nuestros hijos. Además, debemos luchar para erradicar la violencia obstétrica y ampliar la licencia por maternidad”, agregó Donda.

Raquel Vivanco, coordinadora nacional del Movimiento Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá), cree que lo más difícil será erradicar los prejuicios arraigados en la sociedad. “En las campañas, las madres nos cuentan que la gente les dice cosas horribles en la calle cuando sacan la teta. Hay una aceptación y naturalización de la exhibición de las mujeres como mercancía en los medios. Es un debate que tiene un alto nivel de hipocresía”.

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