SAN FRANCISCO, California. – California, particularmente las franjas del centro y el norte del estado, terminaron el 2022 con niveles de lluvia mucho más bajos de lo normal, en algunas regiones hasta 20 pulgadas por debajo de su promedio habitual, según la organización Climate Central.
Los ríos atmosféricos le cuestan a California y la costa oeste $1,000 millones al año, según reporte
Un reporte de la Universidad de California advierte que los ríos atmosféricos que provocan inundaciones en las costas de California seguirán aumentando en intensidad debido al cambio climático.

No obstante, el 2023 comenzó con una serie de ríos atmosféricos que en ciudades como San Francisco han dejado cantidades récord de precipitaciones, mientras que en otras como Santa Cruz y Capitola han llegado convertidos en ciclones bomba causando devastación en carreteras, viviendas y negocios por igual.
De acuerdo con un reporte del Instituto de Oceanografía Scripps de la Universidad de California en San Diego, estos fenómenos les cuestan a los estados de la costa oeste $1,000 millones de dólares anuales, según datos de los últimos 40 años analizados por científicos climáticos.
En ese periodo, los daños estimados totales ascienden a $51,000 millones de dólares.
El Instituto subraya además la necesidad de que los gobiernos locales inviertan más recursos en investigación sobre ríos atmosféricos para fortalecer las medidas de prevención y mitigar su impacto, especialmente ante la premisa de que estas tormentas aumentarán en intensidad debido al calentamiento de los océanos y el cambio climático.
Los daños causados por los ríos atmosféricos
Los ríos atmosféricos son regiones relativamente largas y angostas en la atmósfera, como "ríos en el cielo", que transportan vapor de agua en forma de nubes fuera de los trópicos.
Estas enormes columnas de vapor se mueven con los fenómenos meteorológicos, y sus bandas de humedad pueden tener varios miles de kilómetros de longitud y cientos de kilómetros de ancho, por lo que uno solo puede transportar el equivalente al flujo promedio de agua en la desembocadura del río Mississippi o incluso mayor al de cualquier gran río en el planeta, incluido el Amazonas.
Según el reporte, el 84% de toda la devastación causada por tormentas e inundaciones en la costa oeste es causada de manera directa por estas plumas de vapor de agua que se pueden extender desde Hawaii hasta California.
Pero en las zonas costeras el norte de California y partes de Oregón, los ríos atmosféricos son los causantes del 99% de todos los daños por inundaciones, de acuerdo con los hallazgos del estudio de UC San Diego.
El reporte detalla también que más de la mitad de las pérdidas económicas generadas en los últimos 40 años han sido causadas tan solo por 10 ríos atmosféricos, cifra que equivale a unos $23,000 millones de dólares. Los condados de California que han sufrido más daños entre 1978 y 2017 son Sonoma, Los Ángeles, Marin, Sacramento, Monterey y Napa.
El río atmosférico más devastador de las últimas décadas
Durante los primeros días de 1995 un potente río atmosférico empezó a formarse en las aguas del Océano Pacífico en el norte de California. Para la segunda semana de enero de ese año, la columna de vapor de agua que se extendía desde Hawaii hasta la costa continental comenzó a azotar con fuerza el condado de Sonoma.
Las lluvias torrenciales que ese fenómeno trajo consigo provocaron que el afluente del Russian River se saliera de su cauce por 7 días seguidos, inundando en su totalidad la localidad de Guerneville y causando daños en unos 4,000 negocios y viviendas que ascendieron a 50 millones de dólares tan solo en bienes asegurados en el condado de Sonoma.
Los científicos consideran que ese río atmosférico ha sido el más costoso de los últimos 40 años en la costa oeste de Estados Unidos, periodo durante el cual la región ha sufrido pérdidas económicas por $51,000 millones de dólares debido a las inundaciones y daños a la infraestructura causados por este fenómeno.
Aunque los ríos atmosféricos vienen en muchas formas y tamaños, aquellos que contienen la mayor cantidad de vapor de agua y los vientos más fuertes pueden provocar tormentas e inundaciones extremas, sobre todo cuando se estancan en zonas con cuencas vulnerables a las inundaciones.
















