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Tiroteo en San José

"¿Cómo pudieron dejar que esto pasara?": A un año de la masacre del VTA, familias continúan asimilando la tragedia

Familiares de las víctimas y empleados de la Agencia de Transporte del Valle de Santa Clara recordaron en una vigilia a los 10 empleados que murieron tras el peor tiroteo masivo en la historia del Área de la Bahía.
Publicado 26 May 2022 – 12:13 PM EDT | Actualizado 26 May 2022 – 02:50 PM EDT
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SAN JOSÉ, California. – En medio de una racha de tiroteos masivos que mantiene a la nación en vilo, incluido el del pasado martes en el que murieron 19 niños y 2 maestras en una escuela de Texas, este jueves se cumple un año de la masacre en la base de trenes del VTA, la cual dejó 10 trabajadores muertos, incluido el pistolero.

Nueve empleados que trabajaban en la División Guadalupe, muy cerca de las oficinas del Alguacil en San José, fueron acribillados por un compañero de trabajo identificado como Sam Cassidy, quien tenía un historial de indisciplinas y conflictos laborales y a quien los investigadores describieron como un “empleado resentido”.

Tres meses más tarde, uno de los sobrevivientes del tiroteo se quitó la vida el mismo día que regresó a trabajar en la base de trenes tras lidiar con “una profunda depresión” y el “estrés postraumático” derivados del ataque.

La jornada de luto comenzó con una vigilia privada que arrancó en punto de las 6:30 am a la que solo pudieron asistir empleados de la Agencia de Transporte del Valle de Santa Clara y sus familiares, pero desde el inicio de la semana iniciaron los homenajes para recordar a las víctimas.

En el Concejo de San José se guardó un minuto de silencio luego de leer en voz alta los nombres de los fallecidos, mientras que este 26 de mayo se ha decretado oficialmente un día para recordar su memoria: ellos fueron Paul Delacruz Megia, de 42 años; Taptejdeep Singh, de 36; Adrián Balleza, de 29 años; José Dejesus Hernández III, de 35; Timothy Michael Romo, de 49; Michael Joseph Rudometkin, de 40; Abdolvahab Alaghmandan, de 63; Lars Kepler Lane, de 63; Alex Ward Fritch, de 49; y Henry González, este último fallecido tres meses después del tiroteo.

Dos semanas atrás, la agencia demolió el Edificio B de la base de trenes donde ocurrió la tragedia en un esfuerzo para ayudar a sus empleados emocionalmente.

Familiares de las víctimas siguen buscando respuestas

“¿Cómo pudieron dejar que esto pasara?”, se preguntó Annette Romo, esposa de una de las víctimas. “Necesitamos tener la mente tranquila, de alguna forma”, dijo.

La mujer compartió con el diario The Mercury News cómo en el último año ella y otros familiares de las víctimas han alzado la voz exigiéndole una rendición de cuentas a las instituciones que se suponía debían proteger a sus esposos, padres y amigos. Hasta ahora, las respuestas siguen en el aire.

A un año de la tragedia, los administradores del VTA ni el sindicato que representa a los trabajadores ha explicado por qué le permitieron al pistolero volver a su centro de trabajo después de una fuerte confrontación verbal con una empleada que llevó a otro trabajador a decir: “Me da miedo. Si alguien va a perder la cabeza uno de estos días, va a ser él”.

Las investigaciones tampoco han revelado cómo fue que Cassidy obtuvo los 32 cargadores de alta capacidad con los que perpetró la masacre. Cada uno de ellos podía almacenar hasta 12 balas, haciéndolos ilegales en California, donde la ley permite un máximo de 10 rondas por cartucho.

Pero esa vuelta a la página que buscan las familias parece estar lejos de llegar. En noviembre pasado comenzaron un proceso buscando una indemnización de cientos de millones de dólares y esta semana prevén presentar demandas de homicidio por negligencia en contra del VTA, la Oficina del Alguacil y Allied Universal, la compañía de seguridad privada encargada de proteger las instalaciones de la agencia de transporte, según reporta The Mercury News.

“Desde el VTA hasta el Sheriff y la compañía de seguridad, hubo demasiada gente que falló al hacer su trabajo, y mi familia ha sido la que ha tenido que pagar los platos rotos”, dijo Vicki Lane, viuda de una de las víctimas en un comunicado citado por el medio local.

El diario reporta que el próximo 15 de junio los familiares de las víctimas comenzarán el proceso de negociación con el VTA previo al juicio, es espera de que puedan llegar a un acuerdo económico con la compañía. Ese proceso se podría prolongar hasta por un año.

El peor tiroteo masivo en la historia del Área de la Bahía

La masacre ocurrida la mañana del 26 de mayo de 2021 en una base de trenes del VTA en San José se convirtió en el peor tiroteo masivo en la historia del Área de la Bahía, superando en el número de víctimas al perpetrado en julio de 1993 cuando un cliente molesto entró a una firma de abogados en San Francisco y mató a ocho personas antes de suicidarse.

“Hace un año, San José amaneció durante lo que se convertiría en el día más oscuro para nuestra ciudad: el peor tiroteo masivo en la historia de la Bahía. El saldo catastrófico para muchos miembros de nuestra comunidad incluyó seres queridos, amigos y valiosos colegas”, dijo el alcalde Sam Liccardo en un comunicado.

Aquella mañana, el pistolero llegó a las instalaciones del VTA y abrió fuego en 39 ocasiones en dos edificios de la Division Guadalupe.

Un video de cámaras de seguridad mostró al atacante caminando de un lugar a otro en la base de trenes, cargando una maleta donde las autoridades creen que llevaba tres pistolas semiautomáticas y 32 cargadores de alta capacidad. Las nueve víctimas quedaron tendidas en dos edificios de la compañía, donde los investigadores encontraron los cartuchos percutidos.

Las autoridades identificaron al pistolero como Sam James Cassidy, un hombre blanco de 57 años que trabajaba como mecánico para el VTA. Al mismo tiempo que ocurrió el ataque, los bomberos de San José sofocaron un incendio en su vivienda a casi nueve millas del lugar del tiroteo, el cuál se presume que él mismo pudo haber provocado para desviar la atención de las autoridades mientras perpetraba la masacre.

En uno de los casilleros revisados en la base de trenes que presuntamente pertenecía a Cassidy, los investigadores encontraron material para fabricar bombas caseras como cables detonadores y precursores de explosivos, mientras que en su casa hallaron un arsenal compuesto por bombas molotov, al menos 12 pistolas y cerca de 22,000 municiones útiles de distintos calibres.

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