SALT LAKE CITY, Utah.- Un pastor alemán murió el martes por un golpe de calor tras permanecer al interior de un automóvil durante más de una hora. Su propietario lo dejó encerrado al bajar a hacer unas compras.
Perro muere por un golpe de calor al interior de un auto en Salt Lake City. Su dueño será citado por crueldad animal
El dueño del pastor alemán lo dejó encerrado mientras realizaba unas compras. Los especialistas aseguran que con un calor de 70° Farenheit, la temperatura adentro de un auto puede subir a más de 110°, lo que resulta mortal para los perros.


De acuerdo con Salt Lake County Animal Services, la agencias recibió un reporte sobre un perro acalorado al interior de un automóvil. Cuando los servicios de emergencia de animales llegaron a la escena, el perro estaba “convulsionando y no respondía”.
Sacaron al perro del auto y un oficial de control de animales trató de refrescalo y administrarle los primeros auxilios. El perro dejó de respirar y murió momentos después.
El dueño del perro fue localizado poco después de que sacaran al animal del automóvil. El propietario recibió una citación de la autoridad por crueldad animal.
Dejar un perro al interior de un auto puede ser fatal
Los Servicios para Animales del Condado de Salt Lake responden a aproximadamente 500 llamadas al año de perros que se quedan adentro de autos a elevadas temperaturas.
Los oficiales dicen que en un día de 70 grados, la temperatura al interior de un vehículo puede subir a 116 grados en tan solo 10 minutos, lo que causa que un perro sufra una muerte dolorosa.
Los perros no liberan el calor con sudoración, como lo hacen los humanos, lo que significa que su temperatura corporal interna aumenta rápidamente. Esto puede causar que sufran un golpe de calor y posiblemente mueran. Los perros mayores y los cachorros sufren aún más cuando hace calor.
¿Cómo saber si tu mascota tiene un golpe de calor:
Si tu mascota presenta alguno de estos síntomas, acude con un veterinario.
- Jadeo exagerado (o la interrupción repentina del jadeo).
- Pulso rápido o errático.
- Expresión de salivación, ansiedad o mirada fija.
- Debilidad y temblores musculares o falta de coordinación.
- Convulsiones o vómitos y colapso.




