El sacerdote pedía que contaran sus “pecados”: Así fue como espiaron a los empleados de la Taquería Garibaldi

Testimonios de los trabajadores detallaron que los dueños les llevaron un sacerdote católico por si querían confesarse, pero el presunto cura comenzó a hacerles preguntas. Mira más sobre la sentencia de $140,000 contra Taquería Garibaldi.

Video Taquería Garibaldi en Sacramento es acusada de robo de salario a sus empleados

SACRAMENTO, California. – En noviembre de 2022, los dueños de la Taquería Garibaldi en Sacramento buscaron obtener información de sus trabajadores a través de un presunto sacerdote, cuando eran investigados por un caso de robo de salario.

De acuerdo con el Departamento de Trabajo, el uso de un sacerdote católico falso es uno de los intentos “más despreciables” que han investigado sobre empleadores que toman represalias contra sus trabajadores o que buscan acallarlos.

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El sacerdote está para escucha los “pecados” en Taquería Garibaldi

La presencia de un presunto sacerdote en la Taquería Garibaldi es parte de las investigaciones que el Departamento del Trabajo llevó a cabo contra los dueños y operadores de este restaurante.

Según las declaraciones de una exempleada, uno de los dueños de la taquería llegó un día en compañía de lo que parecía un cura católico.

Según las indagatorias y los testimonios recabados, el padre católico llegó a la Taquería Garibaldi para que los empleados que lo desearan pudieran confesarse.

Sin embargo, los documentos de la Corte detallan que el presunto sacerdote tenía otras intenciones y buscaba que los empleados le contaran “pecados” cometidos en sus trabajos.

Esto ocurrió apenas unas semanas después de que los dueños de la empresa Che Garibaldi, Eduardo Hernández, Héctor Manuel Martínez Galindo, y su operador, Alejandro Rodríguez, fueron notificados que era parte de una investigación por un caso de robo de salario.

Un momento en la Taquería Garibaldi para confesarse

Fue Eduardo Hernández, uno de los dueños de Taquería Garibaldi señalados en la demanda, quien llegó al restaurante acompañado por un cura católico.

Estos hechos ocurrieron en la sucursal que Taquería Garibaldi tiene en el número 1841 de avenida Howe, al noreste del centro de Sacramento.

Hernández llegó con sus trabajadores y les preguntó si alguno tenía el deseo de confesarse, aprovechando que el sacerdote se encontraba en el restaurante.

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La investigación detalla que algunos empleados aceptaron la invitación de Hernández y accedieron a confesarse con el cura en la taquería.

Sin embargo, según una declaración jurada contenida en la demanda de la trabajadora, María Parra, el presunto sacerdote no quería saber los pecados de los trabajadores.

“Tan pronto como comenzó la confesión, me percaté que la conversación se tornó extraña y diferente de las confesiones normales”, apuntó Parra.

El cura comenzó a cuestionar a Parra sobre su trabajo, su comportamiento en la taquería y el de sus compañeros, todo menos sobre su vida espiritual.

“Me preguntó si había robado algo, si llegué tarde, si hice algo para dañar a mi empleador (la Taquería Garibaldi) o si tenía malas intenciones contra mi empleador”, aseguró en su declaración.

Represalias en Taquería Garibaldi contra los trabajadores

Cuando el presunto sacerdote interrogó a los empleados de la Taquería Garibaldi, el Departamento del Trabajo ya tenía abierta una investigación contra sus dueños por casos de robos de horas y de salario.

Los trabajadores que se “confesaron” con el presunto sacerdote fueron despedidos, al menos así quedó asentado en los documentos judiciales en el caso de María Parra, quien perdió su trabajo tres meses después.

Las autoridades federales consideraron que su despido fue represalia por haber cooperado en la investigación en contra de los dueños de Taquería Garibaldi y de sus operadores.

Un sacerdote para encubrir robo de salario en Taquería Garibaldi

La investigación concluyó que el uso de un presunto sacerdote buscó obtener información de los empleados de Taquería Garibaldi y un intento de sus dueños para bloquear una investigación federal en su contra.

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Esa investigación seguía un caso de robo de horas extra trabajadas y no pagadas, denuncias de jornadas que se extendían por más de 12 horas diarias y de 40 horas a la semana.

Además, señalaba que, en Taquería Garibaldi, los dueños presuntamente retenían las propinas que sus trabajadores ganaban y luego las usaban para repartirlas entre los supervisores.

También, los investigadores documentaron que los dueños y operadores de Taquería Garibaldi buscaron activamente que sus empleados no cooperaran con la investigación federal, bajo amenazas de represalias.

En su momento, los abogados de la Taquería Garibaldi negaron las acusaciones; sin embargo, esta semana un juez federal sentenció a los dueños y al gerente del restaurante de Howe a pagar $140,000 a 35 de sus empleados.

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