La relación entre los gobiernos de Donald Trump y Gustavo Petro no muestra signos de mejorar, al menos en el corto plazo, después de que el presidente estadounidense acusara a su homólogo colombiano de no hacer lo suficiente por frenar el tráfico de drogas.
Cómo la pelea entre Trump y Petro hace peligrar la relación de EEUU con Colombia, uno de sus principales aliados contra el narcotráfico
Expertos coinciden en que la suspensión de la financiación de Washington a Colombia impactaría en la seguridad y su lucha antidrogas que, paradójicamente, es una de las prioridades de Trump.

“No creo que estemos viendo una desescalada por parte del desquiciado líder de Colombia en este momento”, dijo este jueves la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. “Francamente, no creo que al presidente (Trump) le interese eso en este momento”.
Apenas horas antes, el mandatario colombiano calificó de “ejecuciones extrajudiciales” los ataques que Washington está llevando a cabo en el Caribe y el Pacífico sobre supuestas embarcaciones con drogas a bordo y que han dejado al menos 38 muertos.
También aseguró que Trump lo ha “calumniado” e “insultado a Colombia”.
“Este tipo de maniobras (bombardeos a lanchas) rompen el derecho internacional”, dijo Petro un día después de que EEUU anunciara dos nuevos ataques, esta vez en el Pacífico y cerca de la costa colombiana.
En días anteriores, el republicano llamó a Petro “maleante y mal tipo” que “fabrica muchas drogas”, además de “líder del narcotráfico”. El colombiano respondió asegurando que se defendería de estas “calumnias” ante la Justicia de EEUU y dijo que Trump era “grosero e ignorante con Colombia”.
La tensión entre ambos mandatarios ha aumentado vertiginosamente en las últimas semanas, especialmente tras las críticas de Petro a los ataques mortales de EEUU a presuntas “narcolanchas”.
En respuesta a las declaraciones de Trump, Colombia llamó a consulta a su embajador en Washington, lo que intensificó la crisis diplomática entre ambos países que ya había tenido un punto de inflexión a inicios de año.
En enero de 2025, Colombia se negó temporalmente a permitir el aterrizaje de dos vuelos militares estadounidenses que traían ciudadanos colombianos deportados desde EEUU en aviones militares.
Trump reaccionó a esa negativa con amenazas de imponer aranceles de 25% sobre todos los productos colombianos que entran a EEUU, con posibilidad de subirlos al 50% en una semana si Colombia no accedía, lo que Petro finalmente hizo.
En julio, EEUU también llamó a consultas a su embajador en Bogotá, luego de que Petro acusara al secretario de Estado Marco Rubio de un supuesto intento de golpe de EEUU.
La crispación llegó a un punto crítico cuando Trump descertificó a Colombia por un presunto incumplimiento de sus obligaciones en materia de control de drogas en septiembre y luego, retiró la visa a Petro tras unos polémicos comentarios frente a Naciones Unidas en Nueva York en una marcha propalestina.
Las tensiones entre ambos llegó a otro nivel esta semana, cuando Trump anunció el fin de la ayuda financiera a Colombia por su supuesta inacción frente al narcotráfico.
Y aunque Petro ha tratado de quitarle importancia al anuncio, lo cierto es que esta medida podría tener importantes consecuencias —incluso para los propios intereses de Washington en Colombia— teniendo en cuenta que el país sudamericano ha sido durante años uno de sus principales aliados en materia de seguridad y narcotráfico en la región.
¿Cómo es la alianza entre Colombia y EEUU que hace del país sudamericano uno de sus principales aliados en América Latina?
Desde la década de los 2000, Colombia destacó como uno de los principales destinos de ayuda estadounidense a través del conocido Plan Colombia, que tenía como objetivo hacer frente a grupos narcotraficantes, reducir el flujo de drogas hacia EEUU y mejorar el desempeño de la Fuerza Pública del país latinoamericano.
A este apoyo se atribuye, en parte, el debilitamiento de las guerrillas de las FARC, hasta que en 2016 firmaron un histórico tratado de paz con el gobierno.
“Colombia llegó a ser el segundo receptor mundial de ayuda militar, cuando estábamos en plena guerra contra las FARC y llega (el presidente Álvaro) Uribe Vélez. Ello se inscribió dentro de la guerra global contra el terrorismo”, le dijo a CNN el analista en temas de seguridad Luis Fernando Trejos, profesor de la Universidad del Norte en Colombia.
“Se trata de una relación de más de tres décadas de colaboración entre las fuerzas de seguridad en el combate contra el crimen organizado, tanto policiales como militares, entre los servicios de inteligencia y a nivel judicial”, remarcó Elizabeth Dickinson, analista sénior del International Crisis Group para Colombia y la Región Andina, en declaraciones a Deutsche Welle (DW).
En los últimos años, sin embargo, la inversión de Washington en Bogotá fue disminuyendo. El año fiscal que recién concluyó en septiembre, por ejemplo, EEUU destinó $230 millones en asistencia, según datos preliminares del Departamento de Estado.
Aunque es una cantidad mucho menor que los $720 millones del año anterior, hizo que Colombia continuara siendo el país de la región que más apoyo recibió del gobierno estadounidense, como ha ocurrido durante casi toda la última década, a excepción de dos años en los que fue superado por Haití.
¿Cómo podría perjudicar a Colombia (y EEUU) que Washington haya suspendido su financiación?
Sin embargo, la finalización al 100% de la financiación de Colombia ordenada ahora por Trump traerá grandes impactos en áreas de seguridad para un país que fue considerado durante años como el aliado más confiable para Washington en esta área, coinciden expertos.
Y podría debilitar su capacidad de lucha contra el narcotráfico que —paradójicamente— es una de las prioridades para el gobierno del republicano.
Por ello, para Trejos hay “una profunda contradicción” con la decisión de frenar la asistencia a Colombia, que “está más en el plano de lo personal” por el cruce de declaraciones que Trump mantiene con Petro.
El corte de asistencia de EEUU “golpea el funcionamiento de algunas unidades policiales y militares que están dedicadas a actividad antinarcóticos”, afirmó el experto, quien opinó que también limitará el uso de infraestructura y herramientas como helicópteros Blackhawk enviados por Washington, que aportaba dinero para su mantenimiento y combustible.
La medida, insisten analistas, no solo perjudicará a Colombia, sino que tendrá efectos negativos sobre los propios intereses de la Casa Blanca.
“No se trata tanto del dinero, porque ya con la suspensión de USAID hay una reducción del 70% del presupuesto proyectado para 2026, sino también de programas militares y de asistencias en otros campos que le interesan mucho más a EEUU que a Colombia", aseguró en entrevista con DW Camilo González Posso, presidente de la ONG colombiana Indepaz.
Petro trata de restar importancia al impacto que tendrá en Colombia la ausencia de asistencia estadounidense
Pese a la opinión de expertos, Petro trató de minimizar el impacto de la finalización de asistencia a su país por parte de EEUU.
“¿Qué pasa si nos quitan la ayuda? En mi opinión, nada (…). Nunca he visto en el presupuesto de Colombia un solo dólar de ayuda”, dijo Petro, quien afirmó que la ayuda estadounidense “no es para el gobierno” sino para “las ONG que maneja USAID”, es decir, “para ellos mismos”.
El mandatario cuestionó si esa cooperación ha beneficiado realmente a los colombianos durante todos estos años, al considerar que la política antidrogas de Washington ha fracasado por basarse en la erradicación forzada de cultivos de coca, lo que, según Petro, ha condenado a Colombia “a la violencia”.
“En apoyo militar, sí tenemos un problema” por la retirada de financiación, reconoció el mandatario, quien puso como ejemplo los helicópteros del Ejército y el impacto que podría tener sobre su falta de mantenimiento y modernización.
“Nos quieren quitar la ayuda cuando mejor nos va” en la lucha contra el narcotráfico, afirmó el presidente.
En su lugar, y frente a las acusaciones de inacción por parte de Trump, Petro se centró en destacar los logros de su gobierno contra el narcotráfico y en el aumento de incautaciones y extradiciones de capos de la droga.
“La estrategia colombiana contra las drogas es más eficaz de lo que se está diciendo”, defendió, a la vez que recordó que su estrategia se concentra en la captura de narcotraficantes más que en la erradicación de cultivos de coca a cargo de pequeños campesinos.
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