Nueva York se prepara para honrar a Jason Rivera, oficial caído durante un tiroteo en Harlem

Ante la reciente racha de violencia la ciudad se prepara para dar sepultura a un oficial de policía novato que era aclamado como una inspiración para su comunidad, mientras que su compañero sigue "luchando por su vida".

El funeral del agente Jason Rivera, el policía novato de 22 años que fue asesinado el viernes por la noche en Harlem, se celebrará a finales de esta semana en la catedral de San Patricio, en la Quinta Avenida de Manhattan.

Rivera, se unió a al NYPD en noviembre 2020 para hacer una diferencia en lo que había descrito como una "ciudad caótica." Al crecer en el barrio Inwood de Manhattan, notó las tensiones con la policía, según una carta titulada "Por qué me convertí en oficial de policía", cuya copia obtuvo The Associated Press. "Me di cuenta del impacto que tendría mi papel como agente de policía en esta caótica ciudad", escribió.

Dos policías hispanos de NYPD, víctimas en tiroteo en Harlem; uno murió y otro está gravemente herido

Durante una entrevista el domingo por la mañana en la CNN, el alcalde Eric Adams subrayó la urgencia de "abordar los problemas subyacentes que están afectando a la delincuencia en nuestra ciudad y que se han convertido en una mancha en los centros urbanos de todo nuestro país". Afirmó que el NYPD renovaría una unidad anticrimen de agentes destinada a retirar las armas de las calles.

Aquella división fue disuelta en 2020 por el temor de al exceso de denuncias.

"El símbolo de ese abrigo sucio con sangre roja es realmente de lo que estamos hablando aquí, no solo en la ciudad de Nueva York, sino en todo Estados Unidos", dijo Adams.

El médico forense dictaminó que la muerte de Rivera fue un homicidio después de que la autopsia determinara que murió por heridas de bala en la cabeza y el torso.

Por otro lado, el agente Mora, que llevaba cuatro años en la policía de Nueva York, continua en estado critico y ha sido trasladado del Hospital Harlem al Centro Médico Langone de la NYU.

El tiroteo es el último de una serie de crímenes que han inquietado a la ciudad más poblada de la nación y al mayor cuerpo de policía del país, con 36.000 agentes.

En las tres semanas transcurridas desde que Adams asumió el cargo, una cajera de 19 años fue asesinada a tiros mientras trabajaba en un turno nocturno en un Burger King, una mujer fue empujada hasta la muerte en una estación del metro y una bebé resultó gravemente herida por una bala perdida mientras estaba en un carro estacionado. Con el tiroteo del viernes por la noche en Harlem, ya son cuatro los agentes de policía que han sido baleados.

Los detalles sobre lo que condujo a la confrontación mortal siguen bajo investigación.