MANHATTAN, Nueva York. - En ciertas discusiones a veces se escapan puntos que ayudan a ilustrar una realidad mayor. Con el proceso de paz de Colombia no es frecuente escuchar acerca de la presencia de las mujeres en torno a ese pacto.
A casi un mes del triunfo del "no" en Colombia, la ONU escucha a las mujeres articular la paz
Tras el plebiscito del pasado 2 de octubre que manifestó el rechazo al acuerdo de paz alcanzado entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, un panel en un salón de la ONU visibilizó la presencia de las mujeres en el pacto.

A unos días de que se cumpla un mes del plebiscito en el que los electores colombianos rechazaron el pasado 2 de octubre el acuerdo de paz alcanzado entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la Organización de las Naciones Unidas (ONU) acogió una discusión este viernes que abordó el proceso de paz en Colombia pero privilegiando la perspectiva de las mujeres en ese proceso y su futuro.
Un panel dio voz al papel que tuvieron las mujeres en los esfuerzos para lograr el pacto y ciertos puntos del Acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera en Colombia -al que llegaron en La Habana el gobierno colombiano y las FARC- que procuran sus derechos y el de otros grupos como la población LGBT.
De hecho, uno de los puntos del comunicado conjunto del gobierno colombiano y las FARC del pasado 24 de agosto lee que el acuerdo final "presta especial atención a los derechos fundamentales de las mujeres, los de los grupos sociales vulnerables como son los pueblos indígenas, las niñas, niños y adolescentes, las comunidades afrodescendientes y otros grupos étnicamente diferenciados".
"Queríamos que los acuerdos pudieran empezar a implementarse cuanto antes porque entendemos que para las mujeres es importante el silenciamiento de las armas para empezar a construir una vida libre de violencia", explicó en un mensaje por video la directora del programa de Equidad para la Mujer del municipio de Popayán, María Cristina Girón.
Pero el "No" triunfó.
"La sociedad no estaba lista ni para empezar a aplicar un enfoque de género ni para empezar a perdonar todo lo implica más de 50 años de violencia en la sociedad civil", sostuvo Girón en el panel que incluyó la participación de Paivi Kannisto, jefa de la sección de Paz y Seguridad de ONU Mujeres.
Tanto la coordinadora de la Red Nacional de Mujeres, Martha Quintero, como la activista de derechos humanos en Colombia de la organización Washington Office on Latin America (WOLA), Gimena Sánchez Garzoli, subrayaron que el acuerdo reconoció el impacto del conflicto en las vidas de las mujeres.
Quintero y Sánchez atribuyeron la victoria del "No" a una campaña que empleó "mitos y desinformación" en torno a los acuerdos. "Por ejemplo, que Colombia se convertiría en otra Venezuela", ilustró Quintero al comentar que dicha campaña se enfocó en "un sector de la población menos informado que creyó en sus medias verdades".
Pero más allá de sus implicaciones sociales y políticas, según Sánchez, el acuerdo es significativo en términos de la conversación de género y los derechos de las mujeres al procurar la equidad y la no discriminación.
"El acuerdo empodera a las mujeres, las reconoce como víctimas e identifica maneras específicas en que ellas han sido afectadas por el conficto como la violencia sexual", enfatizó Sánchez quien resaltó que en el punto 4 del acuerdo final (el de la “solución al problema de las drogas ilícitas”) "hay un esfuerzo por abordar cómo estas políticas sobre narcóticos afectan a las mujeres".
Asimismo, como mencionaron Sánchez y la coordinadora nacional del Proceso de Comunidades Negras (PCN), Charo Mina Rojas, el acuerdo establece la inclusión y el diálogo social con mujeres afrodescendientes e indígenas y la defensa de sus derechos.
En declaraciones por escrito, Mina Rojas expresó preocupación por grupos proponentes del "No" que "demonizaron conceptos como 'derechos reproductivos' y 'derechos de la mujer'" y sectores que no toman en cuenta el derecho a la participación de la comunidad afrodescendiente e indígena en la discusión del proceso de paz ni las provisiones del capítulo étnico del acuerdo.
La discusión de este viernes es parte de una conversación que ha estado creciendo en torno al proceso de paz desde el prisma de las mujeres.
La participación de las mujeres en la refrendación, verificación e implementación de los mecanismos en el acuerdo de paz firmado entre el gobierno y las FARC ha sido tema en otras instancias como la II Cumbre Nacional Mujeres y Paz que se llevó a cabo el pasado septiembre en Bogotá, Colombia.
Luego del "No" del referendum, el acuerdo de paz experimenta una revisión y según el presidente Juan Manuel Santos, quien ganó el premio Nobel de la Paz por sus gestiones para terminar el conflicto armado de más de medio siglo, no se descarta convocar otro plebiscito.
En el marco de la coyuntura posplebiscito, la discusión de la mujer no tiene visos de silenciarse. Quintero y las demás voces de esta discusión establecieron recomendaciones de cara a las próximas etapas, desde que se mantenga el acuerdo para el cese al fuego y de hostilidades, bilateral y definitivo, que la ONU continúe su supervisión del proceso de paz y que se procure una solución legal al acuerdo final.
"Las organizaciones de mujeres vamos a monitorear la solución a esta encrucijada en la que se encuentra el país", advirtió Quintero, "para asegurar una paz larga y duradera hacia el fortalecimiento de la democracia en Colombia".
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