'Son mis bebés’: familias que viven con ayuda del SNAP temen quedarse sin comida para sus animales

El cierre del gobierno y los retrasos en los fondos del SNAP no solo afectan a las familias, también a sus mascotas.

Cómo los retrasos del SNAP afectan a las familias más vulnerables
Cómo los retrasos del SNAP afectan a las familias más vulnerables
Imagen Free Pik

CHICAGO.- Para muchas familias que dependen del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria ( SNAP, por sus siglas en inglés), la preocupación no solo es cómo llenar su propio refrigerador o cómo pagar las cuentas, sino también cómo alimentar a sus mascotas.

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De acuerdo con AP, Sarah Lungwitz, madre de dos adolescentes en Illinois, ha vivido días de angustia por los retrasos en los pagos del SNAP, luego de que la Corte Suprema aceptara este viernes la apelación de emergencia del gobierno de Trump para bloquear temporalmente la orden judicial que le exigía financiar completamente los pagos del programa SNAP de asistencia alimentaria durante noviembre, en medio del cierre del gobierno, el más largo de la historia hasta este momento.

Esto ha dejado a la mayoría de beneficiarios con la incógnita de cuándo recibirán su próximo pago y en consecuencia, luchando por poder comprar lo esencial para toda la familia, incluyendo lo necesario para los miembros peludos del hogar.

La falta de fondos no solo la hizo temer quedarse sin alimentos para sus hijas, sino también para su gato y sus dos perros, ya que sin cupones para alimentos, no le ha sido posible proveer en casa para todos. Afortunadamente, gracias a una organización sin fines de lucro que le entregó una tarjeta de regalo, pudo comprar comida, incluidos sus animales, pero la inestabilidad en los pagos mantiene a su familia en un estado constante de preocupación.

“Ni siquiera gano lo suficiente para pagar todas mis facturas, mucho menos para la comida”, dijo Lungwitz, de 46 años, empleada de una tienda de autopartes. En su caso, sus mascotas, Bambi, Spike y Chloe, son parte esencial de su hogar, su salud mental y su estabilidad emocional.

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Aunque el SNAP no puede usarse para comprar alimento para mascotas, muchas familias recurren a su propia comida o a bancos de alimentos cuando la ayuda se retrasa.

Stephanie Hicks, directora de la organización Care for Pets en Rockford, Illinois, explicó que algunos voluntarios incluso acompañan a los dueños en el supermercado para ayudarlos a aprovechar cada dólar disponible.

El Humane World for Animals (Mundo Humanitario para Animales), calcula que más de 20 millones de mascotas viven en hogares con dificultades económicas. Su portavoz, Kirsten Peek, explicó que la presión financiera es una de las principales razones por las que muchas personas terminan entregando a sus animales a los refugios.

Según AP, varios albergues en distintos estados han notado que más familias piden comida para sus mascotas o buscan ayuda para no tener que separarse de ellas. En Baton Rouge, Luisiana, Companion Animal Alliance ha considerado desviar fondos destinados a atención veterinaria para comprar alimento, después de perder a un donante clave.

“La gente está en pánico, no sé cómo describirlo mejor”, dijo Paula Shaw, una de sus directoras. “Es tan común que los beneficiarios del SNAP den su propia comida a sus mascotas, que les compartimos listas de alimentos humanos que pueden mezclar para que les rinda más”.

Iniciativas similares han surgido en otras partes del país, como en Massachusetts, donde la organización Charley’s Angels Pet Initiative recibió una ola de donaciones a través de Venmo tras pedir ayuda en redes sociales.

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Por otro lado, en Tennessee, el refugio New Leash on Life pasó de atender a unas 100 familias al mes a más de 120, mientras que en Nueva Orleans, el refugio Zeus’ Rescues repartió una tonelada de comida para mascotas en octubre, cantidad que representa el doble de lo habitual.

“Te rompe el corazón”, dijo su fundadora, Michelle Cheramie. “Algunas personas están tan desesperadas que dejan a sus animales en la puerta del refugio”.

Katie Saari, desempleada por problemas de salud, contó que sin el SNAP no ha podido comprar comida para sus dos perros. “Son más importantes para mí que yo misma”, dijo. “Son mis bebés”.

Sarah Lungwitz comparte eso en común, pues vive con un trastorno de estrés postraumático y depresión severa, por lo tanto su médico le recomendó tener un perro, un bulldog americano de 79 libras (36 kilos), para ayudarla a mantener una rutina y sentirse más segura, pero con los retrasos en la ayuda, alimentarlo se ha convertido en un desafío.

“Estoy teniendo dificultades”, admitió. “A veces recurro a los bancos de alimentos incluso para conseguir donas para el cumpleaños de mi hija. No quiero tener que elegir entre mi familia y mis animales”, dijo.

En general, ante el cierre del gobierno federal, cientos de familias en Estados Unidos enfrentan una situación crítica por la suspensión de los beneficios del programa de asistencia alimentaria SNAP. La reducción de fondos ha dejado a muchas personas sin recursos suficientes para cubrir su canasta básica, comenzando a afectar en distintos aspectos de sus vidas, incluyendo las de sus mascotas.

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Esta nota se hizo con información de AP.