LOS ÁNGELES, California.– Los avanzados sistemas de vigilancia con los que cuenta la prisión estatal Calipatria, que alberga a cientos de reos de alta peligrosidad, no impidieron que un pandillero de la Mara Salvatrucha (MS-13) coordinara desde allí dentro el envío de droga de California a Nueva Jersey, reveló una investigación del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE).
Un pandillero de la MS-13 coordinaba tráfico de droga a Nueva Jersey desde una cárcel en California
Luis Calderón, alias 'Lágrima', aceptó ante un juez federal que usó un celular que le llegó de contrabando para dar órdenes a mareros sobre la distribución de metanfetamina, heroína y cocaína de costa a costa.


Luis 'Lágrima' Calderón, quien nació en Los Ángeles hace 32 años, utilizó teléfonos celulares que obtuvo de contrabando para dar instrucciones a miembros de la MS-13 en el exterior sobre la distribución de metanfetamina, heroína y cocaína en ambos estados. Esas comunicaciones, que incluyeron mensajes de texto, ocurrieron entre octubre y noviembre de 2015, según la acusación federal.
En una de las llamadas grabadas por las autoridades, Calderón le ordenó a uno de sus cómplices que vendiera narcóticos suministrados por un tercero y que luego le diera parte de las ganancias. Más tarde, un miembro de la MS-13 de Los Ángeles se unió a la conversación y los tres hablaron sobre la distribución de sustancias controladas y otros temas.
Durante varias comunicaciones y mensajes de texto, Calderón y uno de sus cómplices hicieron arreglos para enviar un paquete con cuatro onzas de heroína, cuatro más de "coca" y dos de "cristal" a un centro de negocios de paquetería en Edison, Nueva Jersey. 'Lágrima' le indicó que el costo total era de 9,000 dólares y que se podía quedar con el resto de las ganancias una vez que le pagara tal cantidad.
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Ese paquete señalaba que había sido enviado por "Jairo Ruíz de Los Ángeles" y que iba dirigido a "María Rodríguez". El pandillero también había obtenido el número de seguimiento del envío. Pero el plan fue frustrado por agentes federales, quienes a principios de noviembre de 2015 interceptaron la mercancía –que estaba marcada con el servicio de correo prioritario– antes de que la recogiera su destinatario.
En el interior de una caja de rollos de chocolate de la marca Little Debbie Swiss Rolls, los investigadores encontraron unos 95.5 gramos de heroína, 54.7 gramos de cocaína y 52.4 gramos de metanfetamina.
Poco después de este decomiso, guardias en la prisión Calipatria registraron la celda ocupada por Calderón y otra persona, en la cual encontraron un celular Samsung Galaxy de color negro.
Calderón admitió su culpabilidad ante un juez federal en Nueva Jersey de conspirar para distribuir sustancias ilícitas y ahora enfrenta una sentencia mínima obligatoria de 10 años en prisión, una sentencia máxima de cadena perpetua y una multa de 10 millones de dólares. La audiencia en la que será condenado se ha programado para el próximo 25 de junio.
El contrabando de teléfonos móviles es uno de los grandes retos que enfrentan los administradores de las prisiones californianas, al tal grado que algunos guardias han participado en dicha práctica ilegal. Con estos aparatos, los reos controlan las actividades criminales de las pandillas callejeras.
Solo de enero a agosto de 2016 se decomisaron casi 8,000 celulares en cárceles estatales. Por ello, el año pasado se colocaron cerca de un millar de escáneres y detectores de metales en los penales.
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