La jornada número 100 de protestas ininterrumpidas en la ciudad de Portland estuvo marcada por cócteles molotov, gases lacrimógenos y más de una veintena de arrestos. Portland se ha convertido en el epicentro de un movimiento nacional contra el racismo y la brutalidad policial, que cobró auge tras la muerte por asfixia del afroestadounidense George Floyd.