Doña Francisca Domlao, una mexicana que vive en Riverside, California, está abriendo de nuevo su tintorería y sastrería que se vio obligada a cerrar por miedo a un contagio durante la pandemia de coronavirus.
Esta abuelita hispana de 76 años vence el miedo al coronavirus y ahora lucha por reactivar su negocio
Doña Francisca Domlao tiene una tintorería y lavandería en Riverside, California y durante la pandemia se dedicó a coser mascarillas para sobrevivir.

Al inicio de la crisis cerró porque le preocupaba enfermarse y comenzó a coser y vender mascarillas mientras la pandemia se desarrollaba en todo el estado.
Sin embargo, la necesidad ha hecho que su negocio vuelva a estar en marcha, sobre todo porque su giro está dentro de la categoría de negocios esenciales.
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“Al principio me asusté, como todo mundo, porque tengo 76 años y asma. Yo tuve que cerrar por mi seguridad”, dijo doña Francisca.
“Como al mes de que estuve en casa me di cuenta de la necesidad de hacer máscaras, porque yo puedo coser”. Ella dijo que a las personas que llegaban a su negocio les regalaba una mascarilla en la compra de otra.
“Al menos ya no tengo la frustración de cómo voy a pagar la renta, porque sigue corriendo, y yo he trabajado toda mi vida y no he estado sin hacer nada, así que dije: voy a ayudar a la comunidad haciéndole máscaras”, dijo doña Francisca.
Tuvo que lidiar con extorsionadores
En el pasado, doña Francisca enfrentó una demanda de $119,000 dólares por un cliente hispano que se dedicaba a extorsionar a pequeños negocios de inmigrantes en la zona.
Este cliente, que es abogado, se había quejado porque le habían cobrado 25 centavos de más por la limpieza de una blusa de su pareja.
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Rogelio Morales había recorrido al menos 11 negocios de la zona argumentando que lo habían discriminado por razón de género y emprendió demandas en contra de los comerciantes para tratar de obtener beneficios económicos en su favor.
Molares y su pareja Mireya Arias fueron detenidos por las autoridades por el delito de robo y fue encarcelado gracias al apoyo de los abogados Bryan Owen y Rosa Elena Sahagún.



























