Advierten en un funeral de policías que la violencia contra oficiales es una amenaza creciente

El gobernador de California, Jerry Brown, y la fiscal estatal, Kamala Harris, acudieron a las honras fúnebres de los dos policías de Palm Springs asesinados por un pandillero que les masacró a la puerta de su casa.

Policías de Palm Springs dan el último adiós a sus compañeros.
Policías de Palm Springs dan el último adiós a sus compañeros.
Imagen AP

LOS ÁNGELES, California.- Lo que le pasó a dos policías de Palm Spring cuando el 8 de octubre atendían un llamado de emergencia por disturbio familiar es algo que podría repetirse ante la creciente violencia en contra de los agentes del orden, advirtieron este martes jefes policíacos que acudieron al funeral de los oficiales caídos.

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Los oficiales José Gilbert Vega, de 63 años de edad, y Lesley Zerebny, de 27, fueron asesinados a balazos por John Hernández Félix, de 26, un pandillero que los habría emboscado cuando llegaron a su vivienda en el condado de Riverside.

Vega, quien tenía 35 años como policía, y Zerebny, con apenas año y medio con el uniforme, fueron despedidos con honores en una ceremonia a la que asistieron alrededor de 20,000 personas.
Sus cuerpos partieron a distintos cementerios custodiados en caravana por sus compañeros de departamento.

Entre los asistentes estuvieron el gobernador Jerry Brown y la fiscal estatal Kamala Harris.

El jefe del Departamemto de Policía de Palm Springs (PSPD), Bryan Reyes, dijo que Vega y Zerebny fueron víctimas de lo que llamó “una epidemia de violencia contra los policías”.

“La amenaza contra los agentes del orden a lo largo del país es muy real”, recalcó Reyes.

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El jefe policíaco se refirió al Félix como “el sujeto”, ya que dijo no podría llamarlo hombre, al señalar que el atacante fue parte esa epidemia de violencia en contra de los policías que podría repetirse si la comunidad no empieza a reconocer que se trata de una amenaza inminente.

“Ya basta, estamos cansado de ese comportamiento inaceptable”, mencionó el oficial, palabras que fueron seguidas por una andanada de aplausos. El pasado 5 de octubre, el sargento Steve Owen del Departamento del Sheriff de Los Ángeles fue baleado mortalmente por un presunto ladrón de casas.

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En las calles de la ciudad cientos de personas se apostaron en aceras y puentes mientras los cuerpos de los oficiales eran trasladados a sus respectivos cementerios.

El día de la emboscada