¿Pesará el cierre del gobierno en las elecciones del próximo año?

Demócratas y republicanos intensifican su pugna política en torno al cierre parcial del gobierno, cada uno buscando aprovecharlo para fortalecer su mensaje de cara a las elecciones de 2026.

Video Cierre de gobierno federal: ¿quiénes son los principales afectados? Te contamos

Los líderes políticos en Washington están dedicando buena parte de sus energías a culpar al otro partido por lo que podría convertirse en un cierre prolongado del gobierno federal. Y esa batalla no es solo presupuestaria: también busca moldear la narrativa de cara a las elecciones del próximo año.

El brazo demócrata de las campañas enfocadas en la Cámara de Representantes lanzó anuncios digitales en 35 distritos considerados competitivos, acusando a los republicanos de “bloquear a sabiendas el acceso a la atención médica asequible”.

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La ofensiva publicitaria coincide con la exigencia demócrata de que cualquier proyecto para financiar el gobierno incluya medidas para proteger la cobertura sanitaria, algo que los republicanos han rechazado. Un grupo aliado, House Majority Forward, también puso en marcha una campaña de $3 millones en 10 distritos controlados por republicanos.

Del lado republicano, el comité de las campañas para la Cámara Baja difundió dos anuncios digitales en distritos pendulares. “Es sabotaje. Los demócratas amenazan con un cierre del gobierno para detener las políticas del presidente (Donald) Trump, como su ofensiva contra la pandilla MS-13 y los criminales violentos”, dice uno de ellos.

Otros dos grupos conservadores, One Nation y American Action Network, compraron espacios publicitarios en los mercados de Nueva York y Washington. “La turba woke exigió un cierre del gobierno y los liberales del Congreso lo están cumpliendo”, dice otro anuncio.

Con mayorías tan ajustadas en ambas Cámaras del Congreso, ninguno de los dos partidos puede darse el lujo de perder terreno en la batalla por controlar la percepción de los votantes sobre este cierre parcial del gobierno federal. Sin embargo, la experiencia sugiere que el impacto electoral sería limitado.

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El precedente de 2013, un cierre del gobierno que pesó poco entre los electores

El cierre del gobierno federal de octubre de 2013, que duró 16 días, sirve como ejemplo. Los republicanos exigían cambios importantes a la ley de salud del entonces presidente demócrata Barack Obama a cambio de aprobar el presupuesto y autorizar al Tesoro a seguir pagando la deuda del país.

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Doug Heye, quien fue jefe adjunto de gabinete del líder de la mayoría republicana en la Cámara Baja, Eric Cantor, recuerda que la dirección del partido temía las consecuencias políticas. Pero muchos legisladores creyeron, alentados por algunos senadores republicanos, que podrían usar el cierre gubernamental para desmantelar partes de la Ley de Cuidado de Salud Asequible conocida como 'Obamacare'.

“Les dijimos: si quieren tocar la estufa, se van a quemar, y aprenderán que esto no se hace, que no es el camino inteligente”, dijo Heye.

Y así fue. Los republicanos cedieron cuando las encuestas comenzaron a mostrar un desgaste. Pero el golpe fue pasajero: poco más de un año después arrasaron en las urnas, ganando 13 escaños más en la Cámara de Representantes y nueve en el Senado, con lo que recuperaron la mayoría.

Heye dijo que el episodio demostró algo: salvo que un cierre del gobierno sea muy prolongado y afecte directamente la vida de los votantes, su impacto electoral tiende a ser mínimo. “Los votantes tienen corta memoria. Culpan a alguien y, en un año, ya han pasado página”, resumió.

El cierre más largo, una historia distinta

El cierre parcial del gobierno de 2018-2019, el más largo de la historia con 35 días, tuvo resultados electorales más ambiguos.

El entonces presidente Trump se negó a firmar un presupuesto que no incluyera miles de millones de dólares para su muro fronterizo con México. Los demócratas en el Senado no cedieron. El cierre terminó cuando el gobierno se reabrió sin el muro, tal como los líderes demócratas exigían desde el principio.

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Trump perdería después ante Joe Biden en las elecciones de 2020, aunque esa contienda estuvo marcada por la pandemia. Los demócratas lograron tres escaños en el Senado y el control de la Cámara de Representantes, mientras que los republicanos ganaron terreno en la Cámara Baja pese a que se esperaba lo contrario.

Todo sugiere que los cierres del gobierno, incluso los largos, no siempre determinan el resultado electoral. Pero un cierre más extenso o doloroso podría cambiar ese patrón.

Los modestos presupuestos de las actuales campañas publicitarias indican que ambos partidos están guardando fuerzas para peleas mayores. Pero sus mensajes ya apuntan a los temas que dominarán los próximos comicios: salud e inmigración.

Para los demócratas, el acceso a la atención médica sigue siendo central. Millones de personas podrían ver subir el precio de sus seguros el próximo año si el Congreso no extiende un crédito tributario que ayuda a costear las primas de 'Obamacare'.

Además, millones podrían perder cobertura si entran en vigor los nuevos requisitos laborales y recortes a Medicaid incluidos en el paquete fiscal de Trump, aunque esas medidas no comenzarán hasta 2027.

El costo de vida: el eje que asoma para las elecciones de mitad de período

“La principal preocupación en todo el país es el costo de vida”, dijo la congresista Suzan DelBene, presidenta del comité de campaña demócrata. “Trump prometió bajar los precios desde el primer día y hemos visto lo contrario. Los republicanos han incumplido su mayor promesa”, afirmó.

Los republicanos, por su parte, están usando el cierre del gobierno para redirigir el debate hacia la inmigración, un tema que consideran clave en su reciente ascenso político. “Díganles a los demócratas que no tomen al gobierno como rehén para poner a los indocumentados por delante de nosotros”, dice un anuncio digital del comité de campaña republicano.

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Pero los inmigrantes sin estatus legal no tienen acceso a programas federales de salud, incluido el seguro de 'Obamacare' o Medicaid, y los demócratas aseguran que no buscan cambiar esa norma.


A diferencia de cierres anteriores, donde los republicanos fueron quienes exigieron condiciones para mantener al gobierno abierto, esta vez son los demócratas quienes marcan el pulso de la negociación.

“El cierre es un desperdicio y un error”, dijo el congresista Richard Hudson, presidente del comité de campaña republicano. “Los republicanos votamos para mantener el gobierno abierto, asegurar los pagos a los trabajadores y garantizar los servicios esenciales. La culpa de este cierre y del daño que cause a las familias trabajadoras recae completamente en los demócratas, y les costará sus escaños el próximo noviembre", opinó.

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