Inmigrantes son más propensos a sufrir desordenes alimenticios al dejar su familia y país

HOUSTON, Texas.- El proceso de los inmigrantes de dejar su país, familia, amigos y costumbres es una etapa muy difícil la cual muchos superan y hasta se adaptan con el paso del tiempo. Sin embargo, otros al emigrar tienden a sentir tanta ansiedad que terminan rechazando o apegándose a los alimentos, cayendo de esta forma en un desorden alimenticio. Estos desórdenes a la hora de comer, pueden ser calificados como Trastornos de Comportamiento Alimentario (TCA).

Las enfermedades del TCA pueden desarrollarse de muchas formas, como por ejemplo: cuando una persona entra a una dieta rigurosa y es aplaudida por bajar de peso, por baja autoestima, al haber sufrido algún abuso físico o verbal, por sentirse solo, emigrar, entre otros.

En el caso de los hispanos en Estados Unidos, esta comunidad es propensa a sufrir los trastornos por el hecho migratorio. Dejar el país, familiares, y llegar a un nuevo territorio, sin conocer a nadie, crea un proceso de duelo que puede terminar en padecer un TCA.

Según Andreina Ramírez, socióloga y directora de la Fundación Ayúdate, los trastornos en inmigrantes aumentan en aquellos que han sido obligados a irse de su país por algún conflicto o violencia y no por decisión propia.

El problema está en que quienes terminan padeciendo el trastorno, ponen en peligro su salud al enfocar su energía al 100% en la alimentación para tratar de llenar un vacío emocional. Durante el proceso toman decisiones equivocadas como el exceso de ejercicio, purgarse, privarse de los alimentos, la ingesta de ciertas medicinas y comer por atracón.

“Esta enfermedad se ve únicamente como una persona que no quiere comer, porque le importa su cuerpo y es totalmente falso”, dijo Ramírez quien agregó que muchos asocian a veces la comida con una violación, las ganas de ser valorada o con una despedida desgarradora de su país. “Hay muchísimas cosas detrás de el problema alimenticio. Esta es una enfermedad psicológica”.

Esta especialista indica que cuando una persona a emigra a EEUU se tiene la concepción que en este país 'se aumenta de peso'. Cuando el inmigrante llega, tienen mucho miedo de que puedan aumentar unos kilos y se imponen una dieta estricta llevando su salud a un TCA.

La anorexia, bulimia y los atracones por comida forman parte de estos trastornos que en muchos casos son los adolescentes que lo padecen pero en los últimos tiempos, mujeres de 18 a 35 años, han tenido una mayor incidencia por eventos traumáticos.

Ramírez, explica que anteriormente se tenía la idea de que solo las mujeres podían sufrir de anorexia o bulimia. Con el pasar de los años, esto se ha demostrado que es falso y que el número de hombres con TCA aumenta cada vez más.

"Estamos en un momento que los roles de género de lo que se espera de un hombre y una mujer, están cambiando" dice Ramírez quien especificó que los problemas alimenticios en los hombres pasan desapercibidos ya que piensan que son enfermedades estomacales, depresión o ansiedad y nunca se llega al diagnóstico correcto.

Según Ramírez, en un momento se hablaba que los hombres que pasaban por un trastorno alimentario eran homosexuales, pero se ha comprobado que no es así. Otro tabú falso es que los trastornos alimentarios solo lo padecen personas de clase media-alta.

Ramírez pidió a todos los que sufren de estos trastornos ser "valientes" para poder salir de ese hábito que tienen. "Vale la pena pedir ayuda, van a conseguir libertad" dijo la especialista, quien recomienda acudir a un médico para poder identificar la enfermedad y las causas que llevaron al paciente a ella.

"Bajes y bajes kilos, el sentirte agusto contigo, no va estar ahí . Ahí no está el problema, el problema está en lo que tu sientes y en eso que te hizo caer en el desorden alimenticio" agrega Ramírez, quien invita a la comunidad hispana a hablar sobre este problema que afecta a tantos.

¿Cómo obtener ayuda?

La fundación ayúdate ofrece ayuda gratuita en línea a través de la página web: www.fundacionayudate.org/ve/‬. Si eres nutricionista, psiquiatra o psicólogo y quieres ayudar, la fundación cuenta con un programa de formación en línea en donde entrenan a los profesionales en la materia para que ayuden a los pacientes.

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