HOUSTON, Texas- Un residente de Baytown, Texas, de 54 años, ha sido condenado por su participación en el tráfico de armas de fuego, anunció el fiscal federal Nicholas J. Ganjei.
Eduardo Hernández es sentenciado por comprar armas en Houston y venderlas a cárteles en México
Eduardo Hernández, de 54 años, deberá cumplir 151 meses en una prisión federal a los que seguirán inmediatamente tres años de libertad supervisada. Al dictar la sentencia, el juez Crane aclaró que la víctima de este delito es realmente México y cómo la gente de ese país sufre a manos de la violencia de los cárteles.

El Juez Jefe de Distrito de EE.UU. Randy Crane ha ordenado ahora que Eduardo Hernández cumpla 12 y 7 meses en una prisión federal a los que seguirán inmediatamente tres años de libertad supervisada.
El tribunal escuchó pruebas adicionales sobre las actividades de Hernández, incluida la compra de varias armas de fuego a un distribuidor autorizado de la zona de Houston.
También había enviado fotos de las armas de fuego a una persona en Michoacán, México, para confirmar la transacción.
Durante su alegato, Hernández se disculpó por su ofensa a Estados Unidos. Sin embargo, al dictar la sentencia, el juez Crane respondió comentando que la víctima de este delito es realmente México y cómo la gente de ese país sufre a manos de la violencia de los cárteles.
"Esperemos que la condena y la sentencia de Hernández sirvan de advertencia a otros que consideren suministrar armas a quienes están irregularmente en el país", dijo Ganjei.
Lo que encontraron en la casa de Eduardo Hernández
El 1 de noviembre de 2023, como parte de una investigación criminal en curso relacionada con la compra, transferencia y exportación ilegales de armas de fuego y munición, las autoridades llevaron a cabo un registro en una residencia.
En ese momento, descubrieron e incautaron múltiples armas de fuego a Hernández, quien admitió que las armas estaban destinadas a ser transportadas a México.
La investigación reveló que Hernández había comprado dos de las armas incautadas, ambas rifles.
En el momento de su detención, Hernández admitió haber comprado aproximadamente 50 armas de fuego a distribuidores autorizados y vendedores privados y haberlas transferido a extranjeros presentes irregularmente en Estados Unidos.
Hernández también admitió haber transportado decenas de miles de cartuchos a un domicilio cercano a la frontera entre Estados Unidos y México.
A Hernández se le permitió permanecer en libertad bajo fianza y entregarse voluntariamente a un centro de la Oficina de Prisiones de Estados Unidos que se determinará en un futuro próximo.
Este caso es el resultado de una operación del Grupo Especial de Lucha contra la Droga y el Crimen Organizado (OCDETF).











