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Si existiera un muro en la frontera, las botas picudas no habrían puesto a bailar a Dallas y a Houston

Un descabellado invento que nació en el estado mexicano de San Luis Potosí, el de alargarle la punta a las botas texanas, es la tendencia entre las celebraciones de quinceañeras latinas en Estados Unidos, es devoción de dj internacionales y hasta inspiración de importantes diseñadores en París.

Así lucen las botas de extensas puntas que nacieron en San Luis Potosí en México y que conquistan Estados Unidos.
Así lucen las botas de extensas puntas que nacieron en San Luis Potosí en México y que conquistan Estados Unidos.
Imagen Giphy.com

En San Luis Potosí, México, un ritmo llamado tribal, uno que juntaba sonidos de la cumbia, de la música electrónica y sonidos hispanos empezó a alebrestar a los hombres más que a las mujeres. Ellos tan bien puestos, tan serios, tan hombres del campo empezaron a bailar este ritmo con desenfreno. Para darle un toque característico e inesperado a esta danza, los pobladores de Matehuala le sumaron un poco más de puntas a sus botas vaqueras para que caprichosamente se bambolearan ante sus movimientos.

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Los vecinos de pueblos aledaños presenciaron este atrevimiento y antes que juzgarlo ridículo, empezaron a competir por quién lograría tener la punta más larga. Así, esa misma punta que, hacía más de un siglo, los vaqueros que viajaban por los campos de Texas y el norte de México le habían sumado a sus botines militares para que encajaran mejor en el estribo del caballo, ahora cobraba dimensiones descabelladas no para cabalgar, ni para arreciar a las bestias, sino para bailar.

Algunas botas picudas alcanzan más de dos metros de largas.
Algunas botas picudas alcanzan más de dos metros de largas.
Imagen Giphy.com

Las botas picudas nacieron como el emblema de una subcultura, una que llevaba los ideales estéticos del vaqueros a unos limites muy extraños. Los pantalones se llevan extremadamente apretados y las botas que parecen de arlequín se llenan de terciopelo, de brillo y hasta de rosado. Nació así una moda que, aunque parecía ser muy pintoresca como para trascender a otros territorios, empezó a llegar a Estados Unidos.

Discotecas y antros de Dallas y Texas acogieron con furor la música tribal y su baile cobró fuerza de mano, claro de las botas picudas. La fama de esta botas estrafalarias, hechas con una manguera que alarga la punta y que luego es forrada en piel para que se vea como una extensión natural de la bota y que pueden llegar a costar 300 dólares se coló en un video del dj Erick Rincón. Este emblema de la música tribal hizo que el fenómeno mexicano que ya había cobrado relevancia por un documental que había hecho Vice ahora llegara a todo el mundo latino que le interesara su música.

Luego, el famosísimo dj David Guetta también las incluyó como pieza clave de su video ‘This one´s for you’ en donde aparece toda una banda de bailadores picudos y en donde hombres rudos las llevan como si se tratara de un objeto preciado. La fama de estos zapatos quedó consagrada en los Estados Unidos.

Más allá del folclore y de la moda de pueblo, los periódicos empezaron a reportar que una de las grandes tendencias entre las quinceañeras latinas de Dallas y Houston era pedir justamente que invitaran a su fiesta una de estas tripulaciones de bailadores de botas picudas que enseñaban complejas coreografías y que dejaban en claro las habilidades rítmicas de los mexicanos y sus habilidades de lidiar con semejante estorbo en los pies.

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Como si colarse en terrenos impensables como las fiestas selectas y los videos de música electrónica no fuera suficiente, las botas rígidas de los texanos, convertidas en divertidas y móviles piezas para bailar por lo mexicanos, se colaron en el desfile de modas de la marca Comme des Garcons de Rei Kawakubo quien terminó de legitimar y expandir la influencia de este invento.

En la colección masculina de la marca que lidera la japonesa Rei Kawakubo se colaron una versión sofisticada de las botas picudas mexicanas.
En la colección masculina de la marca que lidera la japonesa Rei Kawakubo se colaron una versión sofisticada de las botas picudas mexicanas.
Imagen Getty IMages

Quizás con su rápida propagación llegará un día en que nadie recuerde bien si esas botas picudas son mexicanas o estadounidenses, quizás pase como ha ocurrido con las botas texanas que hoy atraviesan fronteras e identifican por igual a los de un país y otro. Quizás las botas picudas sean solo un argumento más para comprobar que nada le haría más daño a la cultura de los dos países que un muro que dividiera la frontera y que pusiera fin a este hilarante y apasionante juego de intercambios culturales.

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