La polémica causada por aquel anuncio de 1992 en que Mark Wahlberg –en ese entonces conocido como Marky Mark– estrujaba su miembro mientras usaba un par de calzoncillos Calvin Klein, es tan sólo una prueba de que a la marca norteamericana le gusta hablar de sexo.
Erótica: La colección de Calvin Klein que viste tus frutos prohibidos
Una modelo mete las manos bajo sus panties y otra nos da un vistazo de lo que se esconde bajo su vestido, así es la nueva apuesta de la marca de ropa interior.

Hasta el día de hoy, historias protagonizadas por las celebridades más hot del momento (en situaciones sugestivas) nos invaden temporada tras temporada Esta vez el turno fue para Kendall Jenner que nos habla de sexo oral con “Erotica”, la más reciente campaña de la marca.

Son cuatro historias en total las que conforman la primavera de Calvin Klein y todas ya han causado que el plumaje de muchos se alborote. La actriz Abbey Lee Kershaw mete las manos bajo sus panties, mientras que Klara Kristin nos da un vistazo de lo que se esconde bajo su vestido para luego ver a Saskia de Brauw presionar sus pechos para provocar un escote de infarto.
Calvin y su fiesta de cuerpos
Celebrar la anatomía humana ha sido el detonador de la marca que hasta hoy ha abordado temas de tono sexual concernientes a distintas generaciones. El año pasado, su división de prendas casuales, Calvin Klein Jeans, celebró el otoño con “raw texts, real stories” una campaña inspirada en el fenómeno del sexting.
En “Erotica”, la musa y sensación de millennials –con 56.7 millones de seguidores en Instagram– es Kendall Jenner, quien nos invita a “comer” y a “recordar” con nuestros Calvins. Su forma de invocar recuerdos es quizás la participación más arriesgada que la Jenner ha hecho en publicidad hasta el momento. Una toronja partida a la mitad, un tulipán y una paleta helada, sirven de elementos para que la modelo deje a la imaginación (o no realmente) actos como la felación y la masturbación.
Si algo es cierto, es que cada década la marca ha dejado su huella al tocar temas que inquietan la líbido del público más joven, sin pena alguna. Su forma de causar revuelo al exhibir a las caras más populares del momento y hacerlas parte de su ejército de sex symbols, ha vuelto a la industria de la ropa íntima un negocio rentable y creciente.
Según reportes del New York Post, tan sólo al mes de febrero las ventas de calzoncillos masculinos ascendían a $2.8 millones de dólares. “Los jóvenes están sexteando cada vez más y no quieren que los vean con la ropa interior de su abuelo” aseguró al sitio Robin Lewis, jefe ejecutivo de The Robin Report.
La afirmación de que “el sexo vende” nunca había sido tan cierta. Si Calvin dice “enseña”, se convierte en mandamiento.
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