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Tengo un hijo hiperactivo ¿qué hago?

Esa es la consulta de muchas de mis pacientes, que en realidad son madres de niños a quienes se les ha diagnosticado síndrome de hiperactividad, un trastorno que a veces aparece en combinación con el déficit de atención. 

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¿Qué es el síndrome de hiperactividad?

Cuando una mamá comenta que su hijo de cinco años no puede quedarse quieto, que nunca se sienta, que todo lo curiosea, que es impulsivo y que nunca para, las demás madres le responden “¡el mío es igual!”. Sin embargo, estas no son conductas típicas de un niño o niña de cinco años. Podríamos pensar que todos los niños tienen ese comportamiento, pero no es así: cuando todas estas características se dan juntas y el niño no puede detenerse podemos comenzar a sospechar de que se trata de un niño con un déficit atencional, quizá combinado con hiperactividad. ¡Sólo las madres que pasan por esto y que tengan parámetros de comparación por haber criado a más de un hijo podrán comprender totalmente esto que hoy escribo!

Imagen Thinkstock

¿Se puede hacer algo?

Se pueden hacer varias cosas y lo primero es informarse, saber que un niño con hiperactividad en edad escolar seguramente tendrá ciertos problemas en su desempeño académico, distracciones abundantes y una clara desorganización en sus actividades diarias. Los niños con hiperactividad no suelen aprender de sus errores ni planean el futuro: solamente viven el momento.

Por eso, la segunda cosa para hacer es ser sincera con el niño y explicarle bien qué le está sucediendo. Si toma medicación, no le mientas en cuanto a ella. No le digas que son “unas vitaminas” porque el niño se dará cuenta de que se trata de medicamentos y, además de hallarse enfermo, habrá perdido la confianza en ti.

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En tercer lugar no esperes un patrón de rendimiento regular en una persona con síndrome de hiperactividad. Si un día obtiene un 9 y al siguiente obtiene un 5 en el mismo tema en la escuela una tiende a pedirle cuentas al respecto. Pero al ser interrogado el niño no sabrá qué responder, porque simplemente su cerebro funcionaba bien el primer día y mal el segundo, pero él no es aún consiente de ello como para poder explicarlo ni justificar sus acciones.

Por último, aprende a ver el lado positivo de la hiperactividad. En vez de pensar en tu hijo o hija como alguien que no presta atención y nunca se detiene, piénsalo como una persona muy apurada por conocer el mundo,

Y en caso de que sospeches que alguno de tus hijos podría estar pasando por resto, puedes leer más en el artículo llamado Síntomas y tratamiento de la hiperactividad.