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Situaciones absurdas del parto: un relato personal para alertar sobre la violencia obstétrica

A los 22 años, la brasileña Saionara Angioletti Athayde conmovió Internet. Relató la violencia obstétrica que sufrió durante el parto de su primer hijo y se volvió viral. Más que una alerta, la historia cruel retrata la realidad de un problema que se repite sistemáticamente, en mayor o menor grado, en Latinoamérica y en el mundo.

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Un conmovedor relato de violencia obstétrica

«Hoy, mirando esa foto, resolví contar una poco de mi historia (...) Muchas personas cercanas me preguntan y quieren saber qué es esta "bolsa" [de colostomía] y por qué una mujer tan joven la necesita», comienza su publicación que fue compartida miles de veces en Facebook.

Saionara cuenta que su primer embarazo se dio en 2015 y fue considerado de alto riesgo. Su presión oscilaba mucho y ella estaba por encima del peso ideal, por lo que tuvo que someterse a una supervisión médica intensiva con medicinas, exámenes y reposo.

Imagen Shutterstock

Cinco días antes de la fecha prevista para el nacimiento de su bebé, fue a una consulta médica en la que descubrió que su obstetra estaba enferma y no podía atenderla por una semana. Sin embargo, el bebé no esperó y rompió bolsa 3 días después.

Discriminación médica en el parto

Tras dirigirse rápidamente a un hospital, Saionara fue internada, pero no pudo contar con la presencia de un acompañante en el cuarto, aunque se trataba de un familiar directo de la gestante.

«La doctora que me atendió, antes de darme los buenos días, preguntó: '¿cómo una persona gorda como tú se embarazó?'. Y allí comenzó mi tortura: fueron más de 40 horas escuchando todo tipo de insultos», recordó la brasileña de Santa Catarina.

Con dificultades para tener un parto normal, por contar con poca dilatación, la paciente fue varias veces víctima de prejuicios. En uno de los momentos más trágicos, cuenta que llegó a desmayar debido a la pérdida de sangre, por lo que su madre pidió que se le hiciera una cesárea. La médica respondió:

«Nada de hacerle cesárea a una gorda. Debió pensarlo antes de quedar embarazada», y agregó: «Si se le hace o no una cesárea, igual va a morir».

La maniobra de Kristeller

Desesperada por la situación, Saionara sintió alivio al saber que habría un cambio de turno en el hospital y entonces podría ser atendida por otro profesional. Tenía esperanzas de que el próximo médico sería mejor.

En aquel entonces, ya había perdido mucha sangre y estaba en ayunas debido a la posibilidad de una cesárea. Sin embargo, la obstetra que asumió el nuevo turno informó que no se le podría hacer una cirugía porque el bebé estaba coronado, es decir, ya había pasado por una parte del canal del parto.

«Ella dijo: "este bebé nace o nace"», cuenta Saionara, quien continuó: «Tuve que parir sin dilatar y sin suficientes contracciones, con mi propia fuerza. La doctora mandó a dos enfermeras a que me ayudaran y así fue: subieron a mi barriga y, como si yo fuera un animal, 'parí' a mi hijo de 4,010 kilos a las 23h40 del día 15/06.»

El acto de subirse a la embarazada es llamado « maniobra de Kristeller». Considerado dañino e ineficaz, configura una práctica de violencia obstétrica.

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Fisura interna y bolsa de colostomía

Si bien recibió un tratamiento de emergencia por la hipoglicemia, el bebé de Saionara nació sin mayores problemas. Sin embargo, escuchó de la médica mientras examinaba su vagina: «Voy a intentar "arreglar" aquí y todo va a quedar bien». En total, le cosieron 36 puntos de adentro para fuera.

Allí comenzó la mayor batalla de la vida de la paciente. Regresó a casa con dificultades para moverse y andar, lo que atribuyó a las decenas de puntos que le tomaron. «Yo pensaba que todo había acabado y que había vencido hasta que comencé a evacuar involuntariamente por la vagina», recordó.

En entrevista con VIX, afirmó que se resistía a ir a un hospital porque estaba traumada. Sus familiares le pedían insistentemente que buscara ayuda, lo que al fin hizo 12 días después de haber llegado a ese estado.

En la atención médica, fue diagnosticada con una fístula recto-vaginal -una especie de «agujero» anormal que se abre entre el recto y la vagina y liga los dos órganos. Saionara fue internada y programada para una cirugía que llevaría 40 minutos, pero que terminó durando más de 6 horas. De acuerdo con la brasileña, lo que escuchó después de la operación fue devastador:

«Hice todo lo que pude, pero había una fístula de 12 centímetros entre tu ano y tu vagina. Tu útero estaba desgarrado, con marcas de uñas», le dijo el médico.

Debido al grave estado de sus órganos, Saionara tuvo que someterse a una ileostomía, cirugía que exterioriza la parte final del intestino delgado y lo une a una bolsa recolectora llamada colostomía.

Cirugía bariátrica

«Después de la cirugía, lo primero que hice fue sonreír y agradecer a Dios por haberme dejado vivir. Luego, me puse la mano en la barriga y me dije a mí misma: "Vamos, esto también lo vas a vencer"», remarca.

Después de 28 días internada y de un largo período de aceptación, Saionara descubrió que no podría hacerse una cirugía para retirar la bolsa porque estaba muy por encima del peso ideal. Fue cuando el doctor le sugirió una cirugía bariátrica para bajar de peso.

Imagen iStock

A principio, la brasileña estuvo en contra e intentó otros métodos para adelgazar, con el uso de medicamentos inclusive. Sin éxito, terminó aceptando una reducción de estómago y tuvo la suerte de contar con personas que la ayudaron a lograr que se le pudiera hacer el procedimiento de forma más rápida en otra ciudad.

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El segundo embarazo

La cirugía fue un éxito, por lo que ella y su marido regresaron a casa esperanzados en la recuperación. Y dos meses después, recibieron una noticia increíble: Saionara estaba nuevamente embarazada.

«Fue una desesperación total porque no nos imaginábamos qué podría suceder [debido a las recientes cirugías]. Y ¿cómo podía embarazarme si me cuidaba?», resalta.

Después de un embarazo bien asistido, se le realizó una cesárea en la que participaron 4 especialistas debido al cuadro post-ileostomía y bariátrico. Su hija nació prematura, pero muy sana.

«Todo fue perfecto. Nos dieron de alta y nos fuimos a casa: yo, mi princesa y mi 'bolsa'. Mi familia nos cuidó mucho y es donde encuentro las fuerzas para seguir adelante cada día», dice emocionada.

Actualmente, Saionara lleva una vida normal y espera otra cirugía para retirar la bolsa, mientras también se encuentra en una batalla legal contra el hospital donde ocurrió el parto de su primer hijo. «Sigo feliz, Dios me dio la oportunidad de concebir dos hijos lindos y maravillosos», dice y completa:

«Creo que existe un tiempo determinado para todo, entonces estoy viviendo mi hoy y disfrutando de mi familia de la mejor forma posible.»

¿Qué es la violencia obstétrica?

Cualquier acto que no esté enmarcado en los principios de la humanización y acorde a las evidencias científicas puede ser considerado violencia obstétrica. Se tratan de prácticas hostiles durante procedimientos inherentes a la gestación.

Algunos ejemplos son: agresiones verbales o físicas, rechazo de atención, ayuno innecesario, episiotomía (corte entre el ano y la vagina), atar a la parturienta, exceso de exámenes que impliquen tocar a la paciente, impedir la presencia de un acompañante, procedimientos sin el consentimiento de la madre, separar a la madre del bebé después del nacimiento y hacer comentarios discriminadores hacia el sexo, raza o físico, entre otros.

¿Cómo denunciar la violencia obstétrica?

La denuncia puede ponerse en los organismos policiales competentes a los que debe llevarse el informe médico, o sea, un documento que registra todos los procedimientos a los que la madre fue sometida en la maternidad u hospital. Esta prueba puede ser requerida en la administración de la institución médica.

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¿Cómo protegerse de la violencia obstétrica?

En primer lugar, es necesario que la mujer y su acompañante se informen y estudien el proceso del nacimiento antes de entrar al hospital para prevenir los abusos. Hay grupos de apoyo gratuitos que ayudan en esta tarea. También se recomienda buscar un equipo humanizado y observar la conducta de los profesionales desde los controles a lo largo del embarazo.

Imagen iStock

Finalmente, se puede escribir un plan de parto, documento en el que se puede especificar el tipo de parto deseado por la gestante, informar su acompañante directo y describir los procedimientos a los que ella acepta ser sometida, entre otros detalles de igual importancia.

El o la obstetra responsable debe firmar que recibe ese documento y que está de acuerdo con los planteos. Si se niega, puedes buscar la dirección de la maternidad u otro médico.

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Original Author: Ligia Lotério Original Author URL: https://www.vix.com/pt/users/ligia-loterio
Original URL: https://www.vix.com/pt/comportamento/549812/mulher-relata-absurdos-vividos-no-parto-e-ajuda-a-alertar-sobre-violencia-obstetrica