Muchas mujeres, muchos hombres, parejas, personas solteras, quieren formar una familia. Los motivos pueden ser diversos, pero la elección de adoptar está latente en nuestra sociedad. Lamentablemente, a veces los procesos son extensos, engorrosos y pueden afectarnos.
Si quieres adoptar o ya lo has hecho, ¡seguro se han pasado por tu cabeza estas preguntas!

¿Cómo tenemos que actuar? ¿Qué tenemos que decir? Fernando Bryt, psicólogo experto, nos orienta en este hermoso pero arduo camino de adoptar y convertirnos en una familia.
La decisión

Un paso muy importante es cuando decidimos si adoptaremos o no. Si formaremos una familia o no. ¡Vaya que es importante esta etapa! Pero, ¿cómo la afrontamos? ¿Qué tenemos que hacer para que no nos desborde el proceso burocrático?
— ¿Es importante tener un acompañamiento psicológico en el proceso de la adopción?
— Fernando Bryt (F.B): Es un proceso que debe ser muy reflexionado. Cuando se toma la decisión, se debería tener un acompañamiento. Incluso, en el proceso de adopción, en cualquier país del mundo lo exige dentro de su estructura. Es bueno reflexionar, como también antes de tener un hijo biológico sería bueno hacerlo y estar seguros.
-Hay países en los que el proceso de adopción puede llevarte años. ¿Cómo podemos hacer para que no nos afecte?
— (F.B): Es un proceso muy duro. Estar esperando tanto tiempo no es algo normal. Pasar por todo eso, que te analicen por aquí, por allá, por arriba, por abajo, no es lindo. Debería hacerse con calidad y en el caso de ser necesario acompañar con ayuda psicológica.
— A la hora de adoptar, ¿cómo aconsejarías que sea el diálogo con el resto de la familia sobre el proceso?
— (F.B): Es muy particular de cada caso, depende de muchísimos factores. Hay que ver cuál es el vínculo que tiene con sus seres queridos, y depende de la confianza, sin embargo la decisión debe ser solamente de la persona o la pareja.
Las preocupaciones y los miedos de los padres

Luego de tomada la decisión, los miedos comienzan a aparecer. Son inevitables, querremos conocer más, pero a la vez tendremos miedo. ¿Cómo se adaptará? ¿Y si no nos quiere? Bryt nos cuenta cuáles son las principales preocupaciones de los padres.
— ¿Cuáles son las principales preocupaciones de los padres adoptivos?
— (F.B): Surge mucho el tema del conocimiento de su pasado: de dónde vienen, cuáles son sus genes, en qué circunstancias fue abandonado, si sufrió maltratos. El panorama es muy diferente dependiendo de cómo se dio en adopción a un niño.
En Barcelona dirigía un proyecto con 80 niños de una población clínica. Todos tenían Trastorno por déficit de atención e Hiperactividad (TDH), y el 30% era de ellos, eran niños adoptados. Entonces uno se preguntaba por qué hay tantos niños adoptados que tienen este trastorno. ¿Es porque sufrieron el proceso o es por genética?.
— ¿Encontraron respuesta?
— (F.B): Venía por los dos lados. Hay niños que sufrieron mucho en el proceso. En España casi que la adopción nacional ya no existe, la mayoría son adopciones internacionales. Son más rápidos, además. Por ejemplo, los que venían de Rusia eran los que tenían más problemas en relación al THD. ¿Por qué? Porque hay un problema de alcoholismo general en Rusia, toman mucho vodka sus habitantes.

— ¿Cómo hacer para que la historia que hay detrás de ese niño no nos llegue a afectar?
— (F.B): Hay que trabajarlo con un acompañamiento psicológico. Lo primero que los padres tienen que comprender es que todos somos adoptados, tanto los naturales como los adoptados. Siempre hay un proceso de adopción, uno es burocrático y el otro es emocional. Hay niños que están en la familia que nunca fueron adoptados psicológicamente.
Cuando nace se lo adopta, pero hay niños a los que no se los llega a adoptar emocionalmente. Eso es lindo pensar para los propios padres adoptivos, porque lo más importante es eso. Va a venir como es, hay que aceptarlo como es. Cuando nosotros tenemos un hijo que es natural no sabemos cómo va nacer, pero igual los adoptamos emocional y psicológicamente.
— ¿Qué pasa cuando una persona o pareja desea un bebé pero la posibilidad de adoptar se abre frente a niños más grandes, por ejemplo 12 años?
— (F.B): Adoptar a un niño de 12 años es un acto de amor muy bárbaro e increíble. Normalmente quien desea un hijo desea criarlo y que crezca. Pero eso no significa que haya que promover ciertos límites de edad, hay gente que tiene la posibilidad y el deseo de ayudar a un niño que no tiene familia y que es más grande y lo hace.
Creo que si lo pensamos mejor, es muy bueno que ese niño se integre a una familia que ya tiene hijos, y que no esté buscando un bebé. Así ese niño se logrará integrar a la familia. En el caso de que se busque un bebé, ese niño estaría ocupando un lugar en el que los padres estaban buscando otra cosa y puede ser conflictivo.
Dar la noticia

Es muy común que a un niño se le oculte la noticia de que es adoptado hasta pasados ciertos años. Sin embargo, esa decisión que tomamos sin maldad, puede afectarlo directamente. ¿Cómo hacer para que no se sientan mal ellos ni nosotros?
— ¿Cómo deberíamos comunicarles que son hijos adoptados?
— (F.B): Debería ser un proceso desde siempre, no se puede esperar a darle la noticia. Sin embargo, eso es muy común, y se crean fantasmas. Los fantasmas son vacíos en la génesis del niño y ellos lo tienen que llenar con algo. Cuando falta algo, algún eslabón, lo llenan con fantasías. El fantasma parece una falta pero se vuelve más importante que cualquier otra cosa.
Hay que decírselo desde siempre. Se le puede decir al comienzo sin profundizar e ir explicándole de a poco. Se puede empezar a decir hijo de corazón, por ejemplo.
Ellos consideran madre y padre, que así es, a quienes los crían. La necesidad de conocer a su familia biológica es un interés más adulto. Al niño le interesa el amor que recibe, pero se interesa de esa familia y se interesa de cómo es esa familia. En el momento que nace esa preocupación, se le debería decir muy naturalmente. Si se le oculta, hay un error. ¿Después cómo lo arreglas? A los 6 años le dices: «mira te tengo que decir algo». Pero eso no está bien.
Los niños muchas veces vienen con síntomas a las consultas. Recuerdo uno en el que viene un niño con problemas en la escuela, le costaba aprender, entonces en el diagnóstico descarto problemas específico o dificultades de atención. Cuando les hago las preguntas a los padres, me entero que es adoptado y los padres me respondieron que el niño no lo sabía. Le pedí que me hiciera un dibujo de una familia: él hizo una familia de perritos y un chanchito. Y el chanchito era simbólicamente él. Me confirmó la hipótesis. Sin saber, sabía. Ellos tienen una necesidad existencial de saber sobre su origen, que la historia esté, que sea sincera. Cuando hay un vacío, eso afecta a la persona.
— Cuando se demora en contarles, ¿se debería acompañar la noticia por una ayuda externa, es decir, psicológica?
— (F.B): Si es natural, no se debería precisar. No se le debería dar tanta importancia: lo que más valora él es que ellos son los padres y que lo aman. Y poco a poco ir contándole. Hay que decirlo como algo lindo, y si contamos algo positivo no debe ser acompañado por la presencia del psicólogo.
Si tiene 6 o 7 años y todavía no sabe, ahí sí es mejor que se consulte a un psicólogo.

— ¿Se pueden llegar a sentir diferentes?
— (F.B): Diferentes, si son adoptados, siempre se van a sentir. Es parte de la historia, pero eso pasa con cualquier minoría. Sin embargo para eso hay que darle más énfasis a otras cosas y así lo diferente no preponderará.
— Ocultar la noticia, ¿puede interferir en el proceso de construcción de la personalidad?
— (F.B): Claro que sí. Los seres humanos somos los únicos seres que tenemos dos nacimientos: uno biológico y otro existencial. El nacimiento existencial tiene que ver con la conciencia del ser humano, el saber quiénes somos y a dónde pertenecemos. Ese nacimiento es una necesidad del niño, tiene que ver con el quién soy yo. Esta pregunta es bien clara en ellos, está muy presente. Quieren construir la historia para identificarse, pero cuando algo falta en esa historia, el vacío se interpreta por parte del niño. Eso afecta a su identidad, totalmente.
— ¿Se le debe comunicar a las maestras, niñeras, etc, que el niño es adoptado?
— (F.B): Es un tema que debería ser tratado con mucha naturaleza, pero que le importa mucho a los otros. Si a los otros les interesa, van a comenzar a sacar el tema muchas veces y así no será natural.
Lo mejor es que no les cuenten, pero el propio niño a veces se lo dice, porque ellos no ocultan nada. A veces, hay que decirles, hay que contarles la historia para que no haya sorpresas. Pero es una cosa íntima, no hay necesidad. Se presenta un dilema y cada familia decidirá qué es lo mejor.
Naturalidad

Así es como tenemos que actuar. Somos una familia, nos amamos y eso es lo importante. Si fue por parto natural o por adopción es lo que menos debería importarnos. Bryt nos da su consejo, ¡y cuánta razón tiene!
— ¿Qué consejo le darías a una persona que quiere adoptar o que ya lo ha hecho?
— (F.B): Que se informe, que se cuente con alegría. Todo lo que tiene que ver con el nacimiento de un niño es alegría, no tiene por qué ser triste. Se debería tomar lo más naturalmente posible. Y, sobre todo, no hay que publicarlo por todos lados porque no es la historia de los padres, es la historia del niño y hay que respetarla.
¿Cuál de estas preguntas ha pasado por tu cabeza? Fernando Bryt, experto en psicología, nos respondió muchas de las preguntas que nos repetimos una y otra vez en relación a la adopción. ¿Qué más quieres saber? ¡Cuéntanos!









