Ser madre implica, también, ser un torbellino de sentimientos. A partir del momento que nos convertimos en madre sentimos con más intensidad. De un momento para otro nuestra vida es una montaña rusa: pánico, satisfacción, alegría, culpa, enojo, energía y más.
Si eres madre, ¡seguro has experimentado todos estos sentimientos!


¿Se podía sentir todo eso al mismo tiempo? No tenía idea hasta que me convertí en madre.
Confusión y más confusión
Y esto, ¿cómo lo hago? ¡Ayudaaaa!
Pero también mucha confianza
¡Sí!, ser madre es muy sencillo. ¡Soy una gran mamá!
Un montón de agotamiento

Hola, soy madre y necesito un día entero (o una semana) para dormir, gracias.
Y, de vez en cuando, muchísima energía
¿De dónde salió toda esta fuerza?
Y… hasta algo de enojo
No nos gusta sentirlo pero, ¿quién no se ha enojado porque el suelo está lleno de patata pisada?
Mucha, mucha alegría

¡Ayyyy, qué sentimiento más hermoso!
Pero también culpa
¡Rayos!, ¿por qué no fui a verla a ese partido?
Quizá también algo de desesperación
¡No puedo con todoooo!
Y pánico
¿Cómo se hace para ser madre, mujer, trabajadora, amiga, pareja e hija? ¡¡No puedo!!
¿Quién no se ha sentido una superhéroe?

Claro que puedo, ¡soy capaz de todo!
Mucho, muchísimo orgullo
¡Qué lindo es verlos crecer y aprender!
¿De dónde vienen todos esos celos?
¿Desde cuándo soy una bolsa de celos? ¿Acaso dijo papá antes que mamá?
Nunca lo creíste: pero eres más protectora de lo que pensabas

Futuro hijo adolescente: perdóname, en serio, pero no puedo controlar mi instinto maternal y sobreprotector. Para mí siempre serás mi pequeñito.
Un amor tan intenso que te invade de pies a cabeza
Y al final del día nos queda un sentimiento más fuerte que todo: ser madre es tan magnífico que nos hace sentir una clase diferente de mariposas.
¿Eres madre? Seguro has experimentado todos estos sentimientos. Sí, también es probable que las hayas sentido todas en un mismo día o, incluso, en una misma hora. ¡Todo es posible!








