El autoconcepto infantil es imprescindible para el buen desarrollo psicosocial de cualquier persona. Pero, ¿de qué se trata? ¿Son lo mismo autoconcepto y autoestima? Averígualo a continuación.
¿Qué es el autoconcepto infantil y cómo potenciarlo?

Autoconcepto no es lo mismo que autoestima
El autoconcepto tiene que ver con la imagen que tiene de sí una persona, la capacidad de reconocerse, pero no tiene nada que ver con la autoestima.
La autoestima a diferencia del autoconcepto, se refiere a valoraciones de los aspectos más importantes de una persona.
La experiencia y la opinión de los demás es lo que forma el autoconcepto. Esta opinión generada hará que una persona actúe de una forma u otra, dependiendo de si su autoconcepto es positivo o negativo.
Si bien autoconcepto y autoestima no son lo mismo como ya dijimos, sí tienen una relación porque un autoconcepto negativo dará lugar a una autoestima dañada; en cambio, un autoconcepto ajustado a la realidad, positivo y/o adecuado será necesario para una buena autoestima.
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Cuándo surge el autoconcepto
Tus hijos empezarán a formar la opinión de sí mismos desde bien pequeños por lo que como padre y madre deben cuidar que la imagen que proyecten de sí mismos sea positiva, de este modo los hijos se sentirán más seguros ante las diferentes situaciones que se le puedan presentar en la vida.
La infancia es la etapa más importante en la construcción del autoconcepto porque es cuando se forma la base necesaria para ir construyendo encima de ella, y lo que se vaya formando acompañará al niño en todas las etapas de su vida.
El niño debe ver que es capaz de afrontar cualquier obstáculo por pequeño que sea para percibir sus buenas habilidades y así poder crecer con una autoestima adecuada, y ser capaz de conseguir lo que quiera, porque quién quiere y puede.

Influencias en la formación del autoconcepto
La primera influencia y la más importante de todas son la familia y el pensamiento de los padres, ésta es la máxima base para un buen autoconcepto.
Existe otra influencia que es la escuela y la opinión de los profesionales de la institución educativa, como también influyen las experiencias que los niños tengan a nivel académico y social.
Otra influencia son los amigos, incluso cuando sus opiniones son negativas pueden ser enterradas si en casa los padres ayudan a sus hijos a construir un buen concepto de sí mismos.
En definitiva, son todas las vivencias las que harán que los niños vean sus habilidades en desarrollo, y es deber de los padres guiarlos para que encuentren el camino adecuado y se puedan valorar como eficaces ante las adversidades por pequeñas que sean.









