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Niños enfermos: ¿Cuándo deben faltar a la escuela?

Sé que como padres tenemos el don de entender y conocer perfectamente a nuestros hijos, pero cuando experimentan algún malestar suele ser difícil interpretar qué es lo que los inquieta o aqueja. Cuando esto sucede, lo mejor es prestar especial atención a los síntomas del pequeño para poder identificar cuando están fingiendo para no ir a la escuela y cuando están realmente adoloridos.

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Fiebre

Si tu hijo no tiene demasiada temperatura y no es demasiado pequeño puedes enviarlo sin problemas a la escuela. El problema surge cuando la fiebre ataca fuerte o es demasiado pequeño como para estar afiebrado. Seguramente no se sentirá de buen ánimo como para participar activamente de las clases.

Vómitos

Lo que sucede con los vómitos es bastante particular, porque es común que los niños experimenten este malestar debido a atracones de dulces o exceso de flemas. Aunque, si ya ha vomitado más de una vez, o presenta síntomas de deshidratación debido a la intolerancia de líquidos, te recomiendo que permanezca en cama.

Diarrea

Si mueve el vientre de forma normal, aunque de forma un poco menos sólida que lo habitual no hay por qué preocuparse. Si el niño va de cuerpo más de una vez al día, se corre el riesgo de estar frente a un síntoma de infección y/o deshidratación. Se debe activar la alerta roja si la materia muestra rastros de sangre.

Dolor de garganta

Mientras esté libre de fiebre o cualquier otro síntoma puede asistir perfectamente a clases. Eso sí, cuando el dolor está acompañado de inflamación, jaquecas o cualquier otra cosa, debes mantenerlo en cama hasta ver su evolución o consultar al doctor.

Dolor de estómago

Cuando se encuentran en buen estado y activos no existe ninguna complicación primaria para no enviarlos a clases. Puede ser un poco de estreñimiento o una reacción a los nervios. Ten cuidado cuando el dolor lo paraliza de tal forma que no puede hacer nada más, puedes estar frente a una obstrucción intestinal o un posible caso de apendicitis.

Nunca subestimes a los pequeños, escúchalos, y, por supuesto, ante todo debes consultar al médico.