Cuando los niños juegan solos o en compañía, ejercitan diferentes habilidades que son imprescindibles para poder desarrollarse en plenitud para la vida. Los juegos son como ensayos de nuestra sociedad, siendo un aprendizaje simbólico de gran importancia.
Las emociones que se esconden detrás de los juegos infantiles

Durante el juego el niño aprenderá que a veces se gana, que en otras ocasiones se pierde, pero que siempre hay que buscar la parte positiva de las cosas, o al menos ese es un gran aprendizaje que se le debe enseñar. Por este motivo, las emociones juegan un papel primordial en el juego de los niños porque le ayudarán a entender sus sentimientos.
Los niños necesitan la orientación y guía de los padres, y gracias a esta guía, a medida que vayan creciendo, podrán entender sus emociones por ellos mismos, para así después poder entender lo que les va ocurriendo internamente en los acontecimientos que pasan en el transcurso de su vida.
Emociones cuando no quieren compartir
Son muchas las ocasiones en que los niños pequeños no quieren compartir sus juguetes, y no es algo malo, simplemente están aprendiendo nuevas habilidades que hay que saber orientar por parte de los padres. Es importante que los niños aprendan a gestionar estos sentimientos de posesión que les entra cuando tienen que compartir sus juguetes, hay que enseñarles a compartir y a esperar turnos para poder jugar todos con todos los juguetes.
Ver también: Cómo enseñarles a los niños a tener autocontrol

Emociones cuando hay rabietas en el juego
A causa de la baja tolerancia a la frustración que caracteriza a los niños, es habitual encontrarnos con niños que tienen rabietas cuando juega con otros niños. Cuando esto ocurre, la mejor estrategia para calmar las emociones negativas es intentar distraer al niño pequeño con un libro o un juguete que le guste.
Además, para que el niño disfrute de los juegos y las emociones negativas no le impidan pasarlo bien, hay que tener en cuenta que cuando el niño esté jugando no tenga ni hambre ni sueño, porque entonces le puede dar una rabieta más fácilmente (recuerda que todos los niños de dos a cuatro años tienen rabietas y algo totalmente normal).
Seguir leyendo: Mis secretos para controlar las rabietas de mi hijo
Emociones e independencia
Para que las emociones que experimentan los niños en el juego sean sanas y productivas, es aconsejable dejarles algo de margen de libertad para que pueda ser más independientes, algo que sin duda les encanta. Eso sí, tendrás que vigilarlos para procurar que no se hagan daño y poder estar a su lado siempre que lo necesiten.
La próxima vez que veas a tus hijos jugar, observa cómo se comportan durante el juego. Descubrirás varias manifestaciones de su mundo interiores emocional y podrás conocerlos mejor.









