No soy la única mamá a la que le pasa. Es muy probable que a ti también te haya pasado en algún momento de tu vida como madre o puede que te esté pasando ahora mismo. ¿Te sientes culpable por educar a tus hijos con disciplina?
Estrategias para no sentirte culpable al disciplinar a tu hijo

Cuando hablo de educar me refiero a establecer normas y límites, dos cosas esenciales en la educación de cualquier individuo. Y es que cuando se riñe a un hijo (sobre todo cuando son pequeños y hacen pucheros), el alma de una madre se parte en dos quedando el corazón y la razón totalmente divididos.
El tomar decisiones para educar a los hijos no debe hacerte sentir mal, pero tampoco debes evitar tomar decisiones solo para no tener sentimiento de culpa. Son muchas las veces que hay que imponer límites, normas y disciplina a los pequeños para que la educación vaya por buen camino, pero no es saludable sentirse culpable. Por este motivo, te voy a dar algunas estrategias para que el sentimiento de culpa quede en el olvido.
La disciplina es importante
Marcar límites y normas a los hijos es algo fundamental para su buen desarrollo social y afectivo; por este motivo, no debes sentirte culpable cuando digas que no a algo. Recuerda siempre por qué le dices que no. Piensa que puede ser para que aprenda nuevas habilidades, para prevenir malas decisiones, ayudarle a resolver problemas o para que sea capaz de hacer cosas por sí mismo.
Para solventar ese sentimiento de culpa escribe en un papel por qué dices que no y las razones por las que debes hacerlo. Cada vez que te sientas mal, vuelve a leer esa nota.

Aceptar el malestar del niño
Aprender a aceptar el malestar del niño como un proceso por el que debe pasar también resulta fundamental. Ser buenas madres no se trata únicamente de criar a un niño feliz que sonría siempre, sino que también implica enseñarle las habilidades necesarias y las capacidades adecuadas para que se convierta en un adulto responsable y feliz.
Serán necesarios, a lo largo de su crecimiento, momentos en los que tu hijo se sienta enfadado, triste e incluso decepcionado, para que aprenda a tolerar la frustración de una manera positiva.
Si cuando tu hijo tiene una rabieta le das lo que quiere solo para que se calle, él aprenderá que esa es una forma correcta de conseguir sus objetivos, algo totalmente inadecuado para cuando vaya creciendo. Por este motivo necesita aprender otras formas saludables para controlar y manejar sus emociones negativas.
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Esos grandes ojos brillosos de tu pequeño pueden hacerte dudar si no estarás siendo muy severa con las normas, pero debes tener la seguridad de que con disciplina, normas y límites, tu hijo será una gran persona.









