Los padres somos el mejor ejemplo y más importante para cualquier niño. Los pequeños aprenden cómo sentirse acerca de si mismos, de sus posibilidades, de sus habilidades, de cómo tratar a las personas, de cómo comportarse, qué pensar y un largo etcétera. En definitiva, los niños nos imitan porque somos sus modelos a seguir.
Conductas que tus hijos no deberían imitar de ti

El ejemplo es la forma más exitosa para que tus niños aprendan comportamientos saludables para la vida, pero a veces tú como madre puedes hacer cosas que no son buenos ejemplos para que tus hijos imiten.
Criticarte a ti misma
Es posible que a veces critiques tu forma de ser, de vestir, actuar o pensar, y que tus hijos lo perciban. Pero esas señales de baja autoestima pueden influenciar la autovaloración que tienen de si mismos tus hijos. Si por ejemplo una niña ve en su madre problemas de imagen, de autoestima, que no le gusta su físico o que tiene complejos, la niña puede sufrir trastornos de imagen, crecer pensando en dietas e incluso cosas peores.
Es muy importante que tus hijos no te vean criticarte, pero más importante es que aprendas a vivir bien contigo misma para ser feliz y transmitir esa felicidad a tus pequeños.
Comer para sentirte bien
Utilizar la comida para compensar las carencias emocionales tiene graves consecuencias para uno mismo y para el hijo/a que te está viendo hacerlo cada día. Comer una porción extra de chocolate porque estás triste, es enviar malos mensajes a tus hijos porque le estarás diciendo que la comida sirve para sentirse bien ¡y no es así! Hay otras maneras para conseguir estar mejor cuando te sientas triste como por ejemplo hablar con los amigos o dar un paseo al aire libre.

Dar más importancia a lo material
Hay que tener mucho cuidado con dar más importancia a lo material que a lo emocional, entre ellos existe una fina línea que no debes pasar. Es importante enseñar a tus niños a apreciar las cosas por pocas que sean, valorar lo que se tiene y no lo que se desea, dar importancia al deporte y al tiempo en familia más que a los productos que nos intentan vender a todas horas.
No se trata de cuidarte de todo lo que haces delante de tus hijos, pero sí de evitar delante de ellos todo tipo de conductas negativas para su desarrollo. De ese modo les estarás enseñando bien a la vez que te estarás queriendo tú un poco más.









