Cómo quitarle un juguete peligroso a tu hijo

Puede ser uno de los peores momentos que tengas que atravesar como padre o madre; la desesperación se apodera de ti, y es cuando necesitas saber cómo quitarle un juguete peligroso a tu hijo. ¡Calma! No te pierdas lo que sigue, te contamos cómo hacerlo.

A veces ocurre que en realidad el juguete en sí no es peligroso sino que el niño en cuestión es normalmente curioso y se le ocurre o intenta cosas que le sirven para experimentar y aprender. Todo está muy bien, solo que como padres deseamos y debemos cuidarlos; por ello es conveniente actuar para prevenir posibles accidentes.

Calma ante todo

Cada padre puede reaccionar de diferente forma ante una misma situación; creo -y en base a mi experiencia- que una de las que mejor funciona es mantener la calma aunque te estés muriendo de miedo.

Si comienzas a los gritos o le chillas al niño, puede que se asuste y que lo que hasta ese momento no había sucedido, ocurra en un segundo; por ejemplo:

Tu hijo tiene entre sus manos un juguete de plástico al que se le rompió un extremo, por lo cual tiene un borde filoso. De pronto observas que se lo lleva a la boca (afortunadamente no del lado que está roto), y es cuando piensas que se puede cortar el labio o la lengua y de modo impulsivo le gritas para que lo suelte.

Pueden suceder varias cosas (entre otras):

• El niño puede asustarse y tomar el juguete de forma inesperada con sus manos justo por el borde que está roto y cortarse.
• Ante el temor podría darle la vuelta al juguete y cortarse con él.

Bien, esto es solo a modo de ejemplo, pero lo que quiero decir es que la forma adecuada de quitarle un juguete peligroso a un niño -y que me resulta efectiva- es acercarse con calma, sin nervios y de forma pausada para tomar el juguete peligroso y decirle al niño “préstamelo, mamá quiere ver el juguete”. Una vez se lo hayas quitado puedes explicarle lo que ocurre o si es muy pequeño también podrías distraerlo con otra cosa para evitar llantos.

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Cómo evitar accidentes con los juguetes

Para ser sinceros, cualquier cosa que se encuentre en buen estado, puede resultar un potencial peligro para nuestros hijos; desde el dedo de un muñeco con el que se golpea un ojo hasta un simple cubo de plástico que decidió utilizar a modo de asiento y de pronto al no soportar su peso, se rompe en varios pedazos.

Creo que para prevenir lo mejor es estar atentos a los que hacen nuestros hijos y cuidar que los juguetes con los que juegan sean acordes a su edad para evitar la mayor cantidad de riesgos posibles.

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¿Te ha sucedido? ¿Alguna vez has tenido que quitarle a tu hijo un juguete peligroso? ¿Cuál fue tu reacción? ¡Comparte tu experiencia con otros padres!