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Cómo hacer que las vacunas no sean tan estresantes para tu bebé

Te voy a contar mi experiencia con las vacunas de mi hija mayor. Recuerdo que cuando fui a ponerle todas las que corresponden al ingreso a la escuela primaria le asaltó un temor irrefrenable. Era como si quisiera escapar por la ventana al ver las agujas... Casi lo hace, pero no pudo porque la ventana era muy alta y no alcanzaba el vano. 

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En ese entonces yo no sabía cómo evitar que ella se sintiera mal y estresada. Es muy cierto eso que dicen, «de las malas experiencias se aprende», porque me sirvió para aplicarlo con mi segunda hija. Evité todo lo que podía ser estresante para ella, y las vacunas ¡ni las sintió!

En esta entrega quiero contarte qué cosas puedes hacer para que tus hijos no se sientan intimidados por las inyecciones y soporten el pinchazo de manera estoica. ¡Ven!

 Cómo evitar que tu hijo le tenga miedo a las vacunas

Niña
Niña
Imagen Shutterstock

Existen algunas cosas que puedes hacer y que le traerán a tu pequeño la calma que necesita para evitar el estrés que producen las inyecciones. En primer lugar lleva contigo su juguete preferido o su mantita, ¡algo a lo que le tenga apego! Recuerda que las vacunas se dan con regularidad desde que nace hasta los 6 años y son muchas las veces que va a pasar por el consultorio del doctor. 

Si tu hijo es grandecito, explícale con palabras claras qué es lo que pasaría si no se vacuna. Cuéntale acerca de todas las enfermedades que lo dejarían sin jugar y que el pinchazo solo durará un segundo. Mientras lo inoculan, haz contacto visual y háblale, distráelo para que no piense en la aguja y mantenlo en tu regazo lo más firme que puedas.

Haz que tu pequeño respire profundamente a medida que el doctor o la enfermera le ponen la inyección. Después de la vacuna, abrázalo, dale un beso, alaba lo bien que se portó y dile lo grande que está, ¡a los chicos les encanta eso!

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Finalmente, antes de irte del consultorio, escucha con atención las instrucciones del especialista, que te dirá cómo proceder de acuerdo con el tipo de vacunas que le hayas puesto a tu bebé. El último consejo no es para que lo apliques con tu hijo, sino contigo misma: ¡mantén la calma! No te desesperes ni empieces a quejarte, porque lo único que lograrás es que tu hijo se asuste más y quiera estar en China en ese momento. Recuerda que las vacunas se le aplican por su bien y que todo lo que hagamos en beneficio de su salud es el mejor regalo que podemos darle.