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Alergia a la proteína de la leche

Desde que le diagnosticaron alergia a la proteína de la leche a mi hijo, hemos tenido que cambiar completamente la dieta de casi todos los miembros de la casa. El hecho de que esta proteína esté presente en casi todos los alimentos que consumimos hace que las personas a quienes se les diagnostica este problema, encuentren grandes problemas en la alimentación habitual.

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¿Cómo se diagnostica?

La alergia a la leche normalmente se diagnostica en bebés o en niños por su pediatra. Normalmente, el desarrollo del niño que sufre esta enfermedad es correcto a excepción de su peso o su talla; suele ser más pequeño que los otros niños de su edad, come muy poco, se enferma rápido, etc..

Cuando este problema está presente, los pediatras son quienes piden el análisis de sangre y en él se ve el tipo de alergia que tiene el niño; podemos tener alergia a la proteína de la leche, a otros de sus componentes o bien a su azúcar, la conocida alergia a la lactosa.

Imagen Thinkstock

Tratamiento de la alergia a la proteína de la leche

Una vez sepamos que el niño tiene esta alergia, el médico nos informará cómo hay que tratarla. Generalmente, el primer paso que se da es quitar de la dieta del niño la leche normal y cambiarla por leche en polvo.

Esto no afecta sólo a la leche, sino a toda su dieta. Por desgracia, hay muchos alimentos que están hechos con leche y, por ello, los padres deberán empezar a mirar todas las etiquetas de los ingredientes y descartar aquellos que estén hechos con leche o proteína de leche, que son muchos.

Después de un tiempo prudencial, se volverán a hacer los análisis de sangre y, si el niño sigue teniendo muestras de alergia o las defensas muy altas en consecuencia de ella, el segundo paso será cambiar la leche en polvo por leche de soja o de arroz. También es posible dar al niño leche de almendras. En realidad, todo tipo de leche o alimento que no esté hecho con leche de vaca serán bienvenidos para que el niño pueda superar esta alergia.

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Si es diagnosticada en niños de un año, más o menos, y se empieza la dieta, es muy posible que a los cuatro o cinco años, haya superado esta alergia y pueda comer como cualquier otra persona. Sin embargo, si el niño llega a los cuatro o cinco años con la alergia, en muy pocos casos se superará, lo que llevará al pequeño a tener que comer siempre estos alimentos especiales.

Por eso es tan importante que, si los padres sospechamos que nuestro hijo puede tener esta alergia, lo comuniquemos al médico para que haga los exámenes necesarios.