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Aflicciones y pérdidas infantiles

Como mismo sucede a lo largo de la vida, el crecimiento de los niños es un proceso largo que incluye pérdidas y ganancias. A diferencia de los adultos, que hemos formado mecanismos de comunicación para mostrar el dolor, los menores lo expresan de modos más indirectos. Veamos cómo se producen las aflicciones y pérdidas en la infancia.

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Causas de aflicciones infantiles

Las situaciones más comunes que pueden afligir a los niños son:

  • Pérdida de los padres (cuando un padre muere o lo abandona)
  • Divorcio o separación paterna.
  • Pérdida de los amigos.
  • Muerte de sus mascotas.
  • Tener una discapacidad física.
  • Pérdida de la memoria debido a alguna catástrofe.
  • Pérdida de la cultura y el hogar natal cuando se mudan a otro país.
  • Muerte de los abuelos.
  • Mudarse de casa o escuela.
  • Ser hospitalizado.
  • Separación prolongada de sus padres.
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Proceso de comprensión de las pérdidas en la infancia

Preescolares

Los niños preescolares todavía no tienen las herramientas para entender que la muerte es un fenómeno definitivo. Tampoco pueden expresar el dolor que sienten ante cualquier pérdida, así que lo harán a través de sus actos. Probablemente se vuelvan más apegados y no quieran estar separados de sus padres.

Escolares jóvenes

En esta etapa los escolares jóvenes comienzan a entender que la muerte es irreversible. Es común sentirse responsable por la muerte del ser querido o la separación paterna. Creen que ha sido porque se portan mal. También aparecen preocupaciones sobre la persona que se hará cargo de ellos.

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Escolares mayores

Los escolares mayores ya conocen lo que es la muerte, se muestran interesados por lo que puede haber más allá de la vida y hacen preguntas del orden espiritual. No son dados a culparse por las pérdidas, aunque suelen responsabilizar a uno de los padres por el divorcio. No es personal, es su manera de canalizar la tristeza.

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Adolescentes

La aflicción en los adolescentes se asemeja más a la de los adultos, solo que en ellos las respuestas son muy emocionales e inestables, debido a su desajuste hormonal. Pueden deprimirse con frecuencia, ponerse agresivos o simplemente tener cambios de humor bruscos.

Los padres deben proveer de afecto a los hijos en tan difíciles situaciones. Son su guía y su apoyo para poder enfrentar realidades no asimilables aún debido a su inmadurez emocional. No permitas que tu niño se sienta solo y desorientado, dale tu mano y camina junto a él en sus aflicciones y pérdidas